Nadie puede negar en la Argentina la importancia, incidencia y poder que tiene la figura de un presidente en los clubes de fútbol. Y está más que claro que Unión y Spahn no escapaban a las generales de la ley. O sea, será determinante el “1” de la Comisión Directiva para elegir y finalmente cerrar la contratación del reemplazante de Leonardo Carol Madelón como entrenador tatengue.
Igualmente Spahn tiene un grupo chico, como si fuera un G-8, que tiene mucha voz y llegado el caso también voto. A todos el presidente está dispuesto a escuchar antes de la decisión final.
Por un lado, el que siempre “hace la primera” es el secretario técnico Martín Zuccarelli, alguien que fue construyendo su propio espacio profesional en el Mundo Unión en los últimos años. Con alguna toma de decisiones muy importantes, el hijo de Humberto se fue ganando el respeto de los dirigentes. “No sólo que lo escuchan, sino que su opinión es muy clara y tiene peso”, afirman.
¿Qué otras personas forman parte de ese G-8 de Unión?: las tres personas que siempre “patrullan” Casasol: José Cardonet, el “Mono” Romero y Marcelo Piazza, algo así como una mesa de enlace del fútbol profesional.
A ese tridente, el presidente va a sumar a sus tres vice. Por una relación histórica, desde hace años, siempre tiene en cuenta a Fabián “Curly” Brasca, ocupe el puesto que ocupe. Y ahora, más allá de Rafael Pérez Del Viso, se posicionó mucho Edgardo Zin en su relación con “Chiqui” Tapia y el resto de los dirigentes de AFA.
El octavo pasajero de este grupo es Jorge Molina, el síndico. Primero, por su experiencia en comisiones anteriores en el rubro fútbol profesional con el manejo de cuestiones importantes. Segundo, por la importancia que generó la vuelta de Molina en el último proceso electoral que ganó Spahn. Finalmente, en el caso puntual de Claudio Gugnali, por el afecto mutuo con el ex Estudiantes de La Plata.
“Define Luis, es cierto. Pero los va a esuchar a todos, uno por uno, recibiendo cada opinión. Incluso, si el presi advierte que viene muy peleado o parejo, no descarta la chance de hacer votar al G-8 para elegir al entrenador reemplazante de Leo Madelón”, explican a El Litoral.
Por lo que se pudo “filtrar”, tanto Spahn como el resto de esa mesa chica, ya conocen la opinión de Martín Zuccarelli como mánager: eligió un nombre y lo fundamentó. Hizo una valoración deportiva dentro de los nombres que eran “viables”; luego, los detalles finales “finos”, es responsabilidad de Spahn y los dirigentes.
Puede que las circunstancias —Ejemplo: el “ni” de Vojvoda y la demora de Rondina— obliguen a barajar y dar de nuevo. Que el “3” (Claudio Vivas) y el “4” (Claudio Gugnali) tenga las mismas chances que el “1-2” inicial.