Por Ana María Cecchini de Dallo
Luego de los reiterados aportes a la guerra de la independencia de santafesinos y orientales, sorprende que la autoridad de Buenos Aires y el mismo Belgrano dudaran de la voluntad independentista de los pueblos federales.
Por Ana María Cecchini de Dallo
Manuel Belgrano matizó la conducción militar del ejército contra los realistas, con la participación de sus fuerzas en los enfrentamientos entre porteños y federales, en cumplimiento de órdenes del Directorio.
De los numerosos brotes en la lucha de las provincias integrantes de la Liga Federal con los gobiernos de Buenos Aires, hubo dos en las cuales el Gral. Belgrano tuvo que dejar el frente externo para “bajar” al Litoral, la primera ocurrió en marzo de 1816, por orden del Director Ignacio Álvarez Thomas y la segunda, a fines de 1818, respondiendo al mandato del Director Juan Martín de Pueyrredón.
Ambas circunstancias tuvieron similares personajes, además de Belgrano, el Cnel. My. Juan J. Viamonte y el My. Gral. Eustoquio Díaz Vélez en la conducción de las fuerzas del Directorio, y, por los federales fuerzas que respondían a José Artigas, en particular Estanislao López; coincidieron también en el escenario: la provincia de Santa Fe, y en el modo de resolución temporaria de la guerra, pactando en ambos casos: el convenio de Santo Tomé en 1816 y el armisticio de San Lorenzo en 1819, los cuales comparten algunos términos y también la condición de haber resultado infructuosos a mediano plazo.
Belgrano, San Martín y el Directorio
¿Por qué Manuel Belgrano fue un protagonista convencido en esta guerra interior? Arriesgando la defensa del norte, tomando una decisión que lo diferenció del Gral. San Martín, quien, desdeñó la orden del directorio de venir a defenderlo, en lo que se ha denominado la “genial desobediencia”. Belgrano era un fiel porteño, ello implica una identidad política que consideraba que las grandes decisiones debían tomarse en Buenos Aires, la denominación institucional: Junta, Triunvirato, Congreso o Director Supremo, no interesaba, tampoco quien ejercía el cargo, su compromiso de militar era de subordinación al mandato del gobierno de Buenos Aires.
Se descubre cierta motivación de las acciones del Gral. Belgrano mediante una carta al Gral. San Martín, en ocasión de su segunda “bajada”, a raíz de que éste le ha manifestado haberse conmovido por …ese movimiento…, Belgrano, a su vez,… se admira de que deba… cruzar otra vez los Andes, ya que, en la comunicación que les remitiera el Directorio con fecha 4 de marzo, …nada me dice de un movimiento que va a retardar la ejecución de los mejores planes, y quien sabe hasta qué punto perjudicar la causa en el interior y afirmar el yugo español; pero lo dispone quien manda, y no hay más que obedecer.
Comprende el riesgo que conlleva la orden del Directorio, pero asume obedecer a la autoridad.
Ahora bien, cuál es el objetivo que persigue …quien manda… ordenando al Ejercito Auxiliar al mando de Belgrano, abandonar la frontera norte para combatir a …los bandidos… con los cuales desea lograr una transacción ...para cerciorarnos de si son o no agentes de los españoles.
Es decir que, a nueve años de actividades francas, de declaraciones y participación en la guerra, luego de los reiterados aportes a la guerra de la independencia de santafesinos y orientales, sorprende que la autoridad de Buenos Aires y el mismo Belgrano dudaran de la voluntad independentista de los pueblos federales, acusándolos de connivencia con España y que sus dirigencias fueran calificadas como bandidos.
1816 en Santa Fe
En marzo 1816 la ciudad estaba dominada por la autoridades porteñas. Un gobierno favorable, impuesto desde Buenos Aires, a cargo del Teniente de Gobernador Juan Francisco Tarragona con civiles y fuerzas santafesinas que lo apoyaban. Además el Ejército de ocupación, llamado de Observación, conducido por Viamonte, más dos buques bloqueándola,
Las fuerzas federales aspiraban a recuperar la autonomía, perdida al morir Francisco Antonio Candioti, y para ello contaban con el apoyo de los orientales. Para lograrlo se produjo un movimiento de pinzas, desde Añapiré avanzó Estanislao López, desde Coronda las fuerzas de Mariano Vera y los barcos fueron apropiados por los federales con canoas que bajaron desde Rincón, conducidas por Cosme Maciel, el mismo que izó por primera vez la bandera en las barrancas de Rosario. La gran batalla definitiva se dio en las mismas calles de la ciudad en un combate intenso.
El 31 de marzo Viamonte se rindió, Mariano Vera asumió el gobierno de la provincia y Díaz Vélez permaneció en San Nicolás sin poder entrar en acción a la espera del arribo del Gral. Belgrano. Cuando éste llegó y asumió la conducción, las tropas tenían dificultades de cohesión, por enfrentamientos entre los jefes, es entonces que comprende que, el mayor riesgo, es el avance federal sobre Buenos Aires, frente a ello abre la negociación. El resultado es el convenio o armisticio de Santo Tomé que firman Díaz Vélez y Cosme Maciel. En él se acuerda separar a Belgrano de la conducción del Ejército de Observación, ya que era cuestionado por la tropa por sus propuestas pro monárquicas en el Congreso de Tucumán y exigir la dimisión del Director Álvarez Thomas.
Belgrano retorna a Tucumán con un fracaso en su foja y quienes lo traicionaron, seguirán incumpliendo los acuerdos y dando pie a nuevas luchas.
1818, otra vez Santa Fe
En 1818, en el marco de este conflicto interminable, que se ha visto complicado por la invasión de Portugal a la Banda Oriental con la connivencia del Directorio. En esta oportunidad fue Juan Martín de Pueyrredón quien dispuso una nueva invasión a Santa Fe por el ejército de Operaciones al mando del Gral. Juan R. Balcarce,
Ahora era Estanislao López quien gobernaba la provincia y conducía las tropas y da las batallas siempre con éxito, aunque no pudo impedir que Balcarce llegue a la ciudad, nuevamente bloqueada por agua; si bien el triunfo fue breve, mientras huía arrasaba la hacienda de los campos. Fue allí cuando apareció Viamonte y asumió la conducción del ejército aguardando en Rosario el arribo de Belgrano. La espera se hizo larga, y se temió que la ciudad de Buenos Aires fuera invadida por las fuerzas federales, que cada día tienen más razones para repudiar al Directorio, se decidió entonces a buscar una negociación, para lo cual envió al Cnel. Ignacio Álvarez quien, el 12 de abril se reunió con Pedro Gómez y Agustín Urtubey, en el Convento de San Lorenzo, adonde se acordó un armisticio y el retiro de tropas porteñas de los territorios santafesino y entrerriano.
Belgrano en su recorrido hacia el lugar del encuentro, escribió…todo es desolación y miseria, las casas abandonadas…las familias fugitivas, los campos desiertos de ganado---, esa era la cruda realidad de la campaña santafesina que el ejército del directorio había generado.
Manuel Belgrano tuvo a lo largo de su vida un vínculo sostenido con Santa Fe que estuvo signado por las luces y sombras de un tiempo de profundos cambios en guerra.
* Serie producida para El Litoral por la Junta Provincial de Estudios Históricos.