“El show del fin del mundo Vol. 1”, grabado y lanzado en plena cuarentena, fue el disparador para profundizar en la historia y las producciones del trío de Adrogué.
Gentileza Flor Petra Salirse del rock nos da una libertad enorme , reconoce Nica Corley sobre la categoría free rock .
Los Reyes del Falsete aprovecharon la cuarentena para reflotar un viejo proyecto llamado “El show del fin del mundo Vol. 1”. Nica Corley, vocalista y guitarrista, navegó junto a El Litoral por la historia de una de las bandas más innovadoras de la actualidad, hermanada con la filosofía de Litto Nebbia, y creadora de una obra que deja guiños desde Monty Python hasta Shakira.
Oportun-crisis
La primera entrega de “El show del fin del mundo” fue publicada a mediados de abril, pero su origen data de 2012. Por entonces, los hermanos Nica y Tifa Rex (Corley), junto a Juanchy Munchy, afrontaban la salida de su segundo álbum (“Días nuestros”). “En esa época, el fin del mundo era un tema recurrente. Un poco en joda, queríamos hacer un programa de YouTube con chistes y canciones... un proyecto trunco de los tantos que tenemos”. Lo trunco quedó dando vueltas y fue volviéndose tronco, inspirado en la experiencia de un arquitecto que en una charla TED dijo que no hay ideas buenas o malas, sino ideas que van o no van en ese contexto. En cuanto a la composición del disco, Nica reflexiona que, si hubo un criterio, “no fue consciente y racional”. La última canción (“Menos de lo mismo”) responde al concepto antes mencionado. Originalmente, fue grabada en los años de “Guacalart” (2018), y restaban unos detalles de la mezcla. “Como Juanchy grabó sus canciones y nosotros las nuestras, nos pareció bueno agregar una en la que estemos los tres juntos”.
Siguiendo los preceptos de Homero Simpson, el trío capitalizó la situación de aislamiento y el encierro como una oportun-crisis. “Aunque suene raro, a nivel estrictamente creativo, creo que nos vino bien. Como no vivimos de esto, no nos podemos dar el lujo de estar todo el día haciendo música. En este caso, nos vimos obligados a estar en casa”.
Deliberadamente o no, los tres muchachos de Adrogué se hicieron carne de un fragmento de su pieza musical titulada “El gran cohete”, más precisamente, la que asume, como mecanismo para exorcizar el dolor, “me quedo acá en casa”. Ello también se asocia con la metodología de mantener muchos proyectos abiertos a la vez, como si se tratara de decenas de ventanas de un explorador de Internet en la computadora de un/a diseñador/a.
La lista incluye videoclips, un disco solista, canciones del proyecto paralelo (Randal) y de Sus Hijas (banda de Sofía Corley). El único problema, reconoce Nica, es que “no estamos con Juanchy. Vivimos juntos pero separados, como una mini-comunidad, con mis hermanos. El otro día hicimos un Google Drive de la banda. Él grabó una guitarra con su iPad, desde su casa, la subió, y nos pusimos a grabar cosas. Estamos en un proceso medio experimental... ¡y más productivos que nunca!”.
Algo nuestro
El arcón de grabaciones de Los Reyes del Falsete guarda dentro de sí cinco álbumes, los iniciáticos EP y varios singles. La forma de nombrar los larga duración habla mucho del espíritu de la banda. Previamente a “El show del fin del mundo vol. 1” y a “Guacalart”, estuvieron: “La fiesta de la forma” (2009), “Días nuestros” (2012) y “Lo que nos junta” (2016). En un brainstorming a distancia, Nica arrima las palabras “sinergia”, “festejo” y “amistad”. “Las canciones solamente pueden nacer en la unión de los tres. Es como el amor en la relación de pareja: hay algo nuestro que es diferente a mí y a vos”. En quince años de historia, “hubo muchos momentos de parar la pelota, juntarnos a charlar y llegamos a la conclusión de que hacemos música como consecuencia de una amistad. Y, si no tocáramos más en vivo, también nos juntaríamos a hacer música”. El flamante video de “Menos de lo mismo” es un buen ejemplo de los dichos del cantante y guitarrista. “Están todos nuestros amigos, como en la tapa de ‘La fiesta de la forma’. Eso es algo que siempre buscamos: que no se entienda quiénes son los que tocan y quiénes no”.
En función de lo anterior, ¿cómo opera la alquimia de la composición? Nica Rex explica que para el grupo “la manera de hacer es esencial a una cosa, no existe algo así como una única forma de hacerlo”. En este sentido, “el cómo hacer la cosa lleva a resultados muy diferentes, a nivel compositivo y de producción”. En el primer plano, afloran los matices. “La fiesta de la forma” estuvo atravesado por la improvisación. “Estábamos los tres tocando y grabando todo juntos. Otras veces, pasa que el tema está completamente terminado y lo que hay que hacer con la grabación es sacarle una foto a esa canción”. “Guacalart”, en cambio, tuvo otro tiempo: “uno se ponía a hacer una base con el iPad en una gira, el otro improvisaba arriba”. Pero, también, pasó que no sabíamos cómo era la canción. ‘Un poco’ no la habíamos escuchado antes de grabarla, solamente teníamos las notas y parte de la letra. Hicimos el piano, y le fuimos agregando cosas. Escuché por primera vez el tema terminado, cuando ya estaba grabado. Sentí lo mismo que cualquier escucha de la banda: me emocioné y descubrí cosas que no conocía de la canción”.
Otro rasgo característico de Los Reyes del Falsete es, justamente, la impronta vocal. “Creo que tiene que ver con dos cuestiones: nuestras influencias vocales (The Beach Boys, The Zombies) y la necesidad material”. Esto último, al mejor estilo Bobby McFerrum (la parodia de Bobby McFerrin made-in-Capusotto), “nos sirvió para llevar a la realidad muchos pensamientos musicales cuando no sabíamos tocar otros instrumentos. La voz, de alguna manera, es directa con el pensamiento. Con la voz podía hacer una melodía de trompetas o teclados... ¡gratis!”. Ejemplos sobran en la obra rizomática del trío, pero quizá un primer chapuzón por el instrumental silbado “Fantasma escritor” sea un buen ejercicio de aproximación.
Free rock
Los Reyes del Falsete es un grupo de amigos que hace música. Nica cuenta que una de las amalgamas es el gusto común por cierto tipo de humor. “No me parece menos importante aquello de lo que nos reímos que la música que escuchamos. Aunque, quizá, no operen de la misma manera, creo que uno no puede estar mucho tiempo con alguien con quien no comparta el humor”. Los nombres propios de Les Luthiers, Monty Python, Cha Cha Cha y Diego Capusotto van cayendo en la conversación (risomáticamente, con ese de risa). Así se constituye el linaje del trío.
La filosofía que defiende el conjunto combina diversos elementos de la cultura popular, asentándose con especial cariño en el punk y el pop. Del punk toma ese rasgo que el indie logró enarbolar como una de sus banderas: el do-it-yourself. La autogestión, entre la necesidad y la ética, espolvorea las canciones, el arte de tapa y los videos de Los Reyes del Falsete. Esto puede percibirse en un escaneo por un puñado de obras audiovisuales distintas entre sí y, a la vez, exponentes de una estética (“El rayo”, “Pasó en tu casa” y “El río”). La otra pata es hija dilecta del pop platense: el cualquierismo.
Justamente, fueron dos hermanos y amigos del barrio, Santiago y Esteban Rial (Los Perdedores Pop) quienes acercaron al grupo a esta categoría. El primero de ellos, Santi Amor, bautizó al inclasificable último disco de su banda Dchampions “Free pop”. Él mismo les dijo: “Ustedes hacen free rock”. Y los conquistó. “Es la única etiqueta que, más o menos, aceptamos. Porque tiene que ver con el jazz, con la improvisación, pero sin dejar de ser pop. Salirse del rock nos da una libertad enorme”. Lo dice, ni más ni menos, el integrante de un grupo que supo citar en sus inicios a Intoxicados y versionó, entre otras zonas del repertorio latinoamericano, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Alejandro Lerner; además de realizar, con argumento y metodología, una deconstrucción en plan electro-coral de “Ciega, sordomuda” (Shakira). “Son las canciones que cantamos en el karaoke con un piano cuando nos juntamos entre amigos. Ahora estamos preparando ‘Revolución turra’ (Andrés Calamaro)”. En ese sentido, entiende el músico, “me parece que Litto Nebbia también hace free rock, porque ha producido y hecho discos de rock, tango, folclore, jazz, pop y música instrumental”.
Corriente alterna
La conexión con Nebbia no es casual y admite múltiples entradas. Una de ellas es la identificación con la forma de vida del responsable de Melopea Discos. Para los hermanos Corley, hijos de una familia de profesionales (madre psicóloga, padre biólogo), el consumo cultural siempre estuvo presente, pero el estilo de vida estuvo más cerca de la academia que del arte. “Litto es un bohemio. Y, al mismo tiempo, es extremadamente culto. Hablás de cualquier libro y lo leyó, vio todas las películas y series, escuchó todos los discos. Él me abrió esa puerta: se puede ser rockero, se puede vivir de la música y, además, llevar un modo de vida que me gusta. Litto me mostró ese camino, de ayudar a otros músicos, de producir discos. Tiene mucho amor y mucha entrega por la música. Se volvió un referente artístico e intelectual para mí. Además, es un gran ejemplo de un tipo que hizo todo, que se junta con todo el mundo a tocar y a hacer música con mucho menos prejuicio”.
Consultado por El Litoral, Litto Nebbia no se queda atrás en elogios. “Los Reyes del Falsete son de los mejores muchachos que he conocido en estos últimos años. El entusiasmo y la dedicación que tienen por el Arte hacen que uno pueda compartir múltiples momentos. Entre las cosas buenas que tienen es que saben, pero quieren aprender. A mí me da gusto cuando toco o grabo con ellos, porque siempre está abierta esa corriente alterna que permite que uno le transfiera al otro cualquier instancia emocional. Sigo pensando que esta es una de las mejores maneras de comprender algo dentro del Mundo del Arte”. La confluencia se hizo visible en participaciones en teclados, guitarras y coros en algunas canciones, y de forma más patente al sumar su voz en “Los niños”. Pero aquí no se agota el vínculo. “A fin de año, terminamos de hacer un álbum juntos. Se trata de ‘Los Reyes del Falsete celebrando con Nebbia’. Un álbum que ha sido una Fiesta en su realización, porque hemos grabado allí todas las cosas que se nos ocurrían. Viejas canciones del pop inglés cantadas en su idioma original, temas del Tamla Motown, algunas viejas canciones mías que ellos han ‘descubierto’, y hasta un par de temas donde componemos juntos”.