Los estudios científicos se apilan mientras se destaca que nunca en la historia de la humanidad hubo tantos expertos estudiando y analizando un mismo problema sanitario con múltiples soluciones en estudio en todo el mundo para frenar esta pandemia decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ya contagió a más de 5 millones de personas y provocó el fallecimiento de más de 335.000.
En estos 6 meses que convivimos con el nuevo coronavirus, se pueden citar múltiples ejemplos de contradicciones en cuanto a información, tratamiento de la epidemia, comportamiento social y regulaciones administrativas de distintos gobiernos. Aquí, las 5 principales contradicciones:
1- Débil respuesta de la OMS ante la aparición del brote en China
La Organización Mundial de la Salud desde que China el 31 de diciembre de 2019 la notificó con la noticia de la detección de un nuevo virus de la familia de los coronavirus que había aparecido en Wuhan. Desde ese entonces, hasta el día de hoy, ha sido acusada por especialistas y gobiernos de ir detrás del virus y no actuar con propiedad para impedir o moderar su propagación. Las críticas más severas señalan que esta organización sanitaria dilató la toma de decisiones esenciales y omitió recomendar medidas sanitarias que más tarde fueron reconocidas como esenciales para combatir el virus.
Los pedidos de renuncia ya aparecen en la página digital change.org con casi un millón de firmas. Otra petición en ese mismo sitio que aboga por su permanencia solo ha logrado unos dos mil firmantes.
En Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia en números oficiales de contagios y muertos, el presidente Donald Trump fue uno de los principales críticos sobre el funcionamiento de la OMS al punto de amenazarla con quitarle los 500 millones de dólares que aporta anualmente y pidió al grupo que “demuestre su independencia de China”. Porque, mientras tanto, el titular de la OMS no ha cuestionado a Pekín por la política de ocultar los datos de la enfermedad, ni ha expresado preocupación -como otros miembros de la OMS- por la carencia de información proveniente de este país. Tampoco ha condenado las medidas punitivas contra los críticos de la gestión de los comunistas chinos, como el caso del Dr. Li Wenliang.
2- ¿Cómo se contagia el virus?
Según comunica la OMS hoy en su página web en el capítulo titulado “Vías de transmisión del virus de la COVID-19: repercusiones para las recomendaciones relativas a las precauciones en materia de prevención y control de las infecciones”, “el virus de la COVID-19 se transmite principalmente entre personas a través del contacto y de gotículas respiratorias. Por consiguiente, el virus de la COVID-19 se puede contagiar por contacto directo con una persona infectada y, de forma indirecta, por contacto con superficies que se encuentren en su entorno inmediato o con objetos que haya utilizado (por ejemplo, un estetoscopio o un termómetro).
Pero el último 16 de mayo, la OMS comunicó que todavía no ha encontrado pruebas concluyentes de que el coronavirus pueda contagiarse a través de un contacto con una superficie artificial como picaportes de puerta o teclados. Sin embargo, la organización mantiene su recomendación a favor de la desinfección de superficies y objetos, siempre que sea posible y para tranquilidad de la población.
3- ¿La hidroxicloroquina es eficaz o no contra el COVID-19
Derivada de la cloroquina antipalúdica, la hidroxicloroquina es un medicamento que se utiliza contra el lupus o la artritis reumatoidea. Varios científicos en todo el mundo comenzaron a estudiar los efectos de esta droga en pacientes con COVID-19 que lo padecen en forma severa y grave, como forma de llegar a un tratamiento eficaz.
En Francia, el discutido médico Didier Raoult, jefe del Instituto de Infecciones del Mediterráneo de Marsella, es quien impulsa el uso de hidroxicloroquina contra el coronavirus a tal punto que afirmó que sería una “inmoralidad” no utilizarlo frente a la pandemia. Publicó dos estudios científicos en pocos pacientes en los que confirma, según él, la “efectividad” de este tratamiento contra el coronavirus.
En tanto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha autorizado el uso de cloroquina en pacientes con coronavirus, aunque solo bajo prescripción médica porque podría causar graves problemas cardiacos. La medicina suele utilizarse en casos de malaria o para tratar el lupus.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró este miércoles que la gente no debe usar hidroxicloroquina para evitar contagiarse de coronavirus. Durante una conferencia de prensa, el director ejecutivo del organismo para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, indicó que el medicamento antipalúdico, que es utilizado para la malaria, “sólo debe usarse en estudios clínicos monitoreados por médicos” debido a sus “potenciales efectos secundarios”.
Además, otros expertos aseguran que la “cloroquina (su nombre familiar)” no ejerce ningún efecto -positivo o negativo- en los pacientes con coronavirus.
“El coronavirus que provoca el Covid-19 se transmite por el contacto con gotitas de saliva que procedan de tos, estornudos o de la simple respiración cercana de otra persona. Pero no queda flotando en el aire ni es posible que se trasmita a través de él si salimos a la calle o caminamos por un supermercado donde pasó un rato antes una persona infectada”, explica un reciente informe de la OMS que evaluó la evidencia científica disponible hasta el momento y que por eso mismo reiteró que no es necesario utilizar mascarillas o barbijos para transitar por las calles.
En el ámbito local, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) junto con la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) emitieron a principios de febrero un comunicado en el que “desaconsejan el uso de barbijo a la población para la prevención del (coronavirus) 2019-nCoV”.
Sin embargo desde el 4 de mayo último, el uso de barbijos y tapabocas en obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires y muchas provincias.
5- ¿Aislamiento obligatorio o vida normal como en Suecia?
El viernes 8 de mayo, en medio del anuncio de una nueva prórroga de la cuarentena obligatoria, el presidente Alberto Fernández defendió el aislamiento obligatorio como medida de prevención ante el avance del coronavirus en Argentina y festejó el aplanamiento de la curva de casos y fallecimientos en ese momento. Luego se refirió a los problemas económicos que la cuarentena trae aparejados y comentó el modelo que se aplicó en Suecia y Noruega.
En el primero, a diferencia del segundo, no se decretó una cuarentena estricta, la vida siguió en una aparente normalidad y el modelo sanitario cosechó elogios entre quienes alertan por el impacto negativo del aislamiento y sugieren priorizar la economía.
El modelo sueco en la lucha contra el coronavirus, que intenta sostener la economía sin confinamiento obligatorio, ha tenido una buena noticia: logró disminuir el índice de contagio a menos de uno desde el 21 de abril pasado.
Inclusive, la Agencia de Salud Pública de Suecia se animó a pronosticar que, en las próximas semanas, Estocolmo podría contar con inmunidad de grupo. Pero pese a implementar un modelo flexible o nulo de aislamiento, Suecia sufre el golpe del coronavirus, que ha dejado sin trabajo a más de 300 mil personas este año, con muchas retracción en sus exportaciones, que representan el 30% del Producto Bruto Interno (PBI).