Los clubes de barrio están viviendo una situación apremiante, casi terminal. Y Centro Castellano, la histórica institución que cumplirá 99 años, se mantiene como puede. ¿Y cómo es eso?, vendiendo pizzas, fideos y ahora lo harán con pollos. “Cien años para un club de paleta es muchísimo. Debo ser de los más viejos del club, porque estoy acá desde que tenía 5 años y puedo hablar de más de la mitad de la vida de la institución”, cuenta Eduardo Cóceres, su presidente, orgulloso por el esfuerzo titánico que están haciendo para mantener los gastos fijos.
“Tenemos muchísimos problemas los clubes de barrio. Hay clubes que tienen muchos socios, muchas categorías, algunos recibieron ayuda del gobierno y nosotros no recibimos casi nada. Los gastos fijos están y hay que pagarlos. El club está cerrado, hay gastos y nos mantenemos vendiendo pizzas, fideos y ahora hacemos el domingo una pollada para pagar gas, luz, seguros del club porque tenemos la documentación al día”, cuenta el presidente.
“Me parece que los gobiernos no nos tienen en la lista. Hay muchos que están igual que nosotros, como República de los Hornos, por ejemplo. Sería bueno que nos pregunten desde la Secretaría de Deportes, que se interesen por saber qué estamos necesitando. Nos dan una dirección de internet para comunicarnos con Buenos Aires. Yo me cansé de llamar, pasar declaraciones juradas, estatutos y después, no se recibe nada. Con poco nos arreglamos, pero no viene nadie. Pero lo que me llena de orgullo es que los chicos lo mantienen, porque de chiquito vienen con una paletita a jugar y ahora llevan a los hijos y tienen el sentido de pertenencia bien arraigado”, le cuenta Cóceres a El Litoral.
“Les pedimos que nos ayuden, que vengan a comprarnos los pollos el domingo, se retira en el club o se lo hacemos llegar a domicilio. Estamos tratando de incrementar el compromiso con la gente del barrio, están haciendo un delivery de comidas en el comedor, estamos tratando de salir adelante como podemos”, señala Cóceres, quien además contó que “en diciembre hicimos baños para el comedior, invertimos 300.000 pesos que lo pusimos los socios, sin ninguna obligación. Al dinero lo vamos a devolver sin pago de intereses y cuando se pueda. Hice un cartelito y al rato tenía el dinero y pudimos hacer ese trabajo. Pusimos todos y en un ratito juntamos el dinero. Esas cosas te impulsan a seguir trabajando”.
“Los chicos anticipan las cuotas, que es baja pero colaboran de esa manera con el club. Nos hemos criado allí, fui con cinco años y soy parte de más de la mitad de la historia del club”, concluyó Cóceres.
Centro Castellano se fundó cuando un grupo de españoles oriundos de la zona de Castilla y León afincados en nuestra ciudad, decidieron juntarse y reunir a las familias de su colectividad en una institución para poder mantener vivas sus costumbres y su cultura, y de este modo asegurarse que fuera transmitida a sus descendientes y a la comunidad toda. Bajo estos designios, el 28 de agosto de 1921, reunidos en el almacén ‘Alfonso XIII‘, ubicado en la intersección de las calles Rivadavia y Catamarca, se fundó el Centro Castellano de Santa Fe, con el objeto de, según reza su estatuto original, “agrupar en el mismo a todos los castellanos de Santa Fe”.
La inevitable evolución social rompió ese marco restringido a una colectividad y lo amplió al resto de la comunidad, en un proceso tan lento como imperceptible. Así fue que tras comprar el terreno para su “local propio”, como lo indica el Acta de 1932, en avenida Facundo Zuviría 5263 —la actual sede— se reunió el dinero y se tomó un crédito hipotecario para dar inicio a las obras más importantes, en 1940.
Por supuesto que la cancha de frontón (pelota a paleta) era el centro sobre el que giraba toda la actividad, pero de a poco se fueron incorporando otras disciplinas: primero, bochas; luego básquetbol; y en algún momento vóleibol, dando paso así a ese cambio de fisonomía que experimentó desde el Centro de una colectividad al club que encontramos hoy.
La venta del domingo es de un pollo asado, ensalada y pan a un valor de 500 pesos, pudiendo reservarse al 3426141480 o al 3424295958. Así, a pulmón y vendiendo pizzas, pollos y fideos, se están manteniendo los clubes de barrio.