La invasión del coronavirus nos llevó a tener y mantener una cuarentena o aislamiento severo que afectó y afecta a la producción y por ende al trabajo, lo que determina dificultades laborales, quedando asalariados sin percibir sus sueldos o sueldos rebajados con la aprobación de los representantes gremiales o recibiendo un complemento del Estado.
La realidad es que haciendo los números de lo que perciben los gremios por las cuotas sindicales por cada asalariado afiliado y los que no son afiliados, pagan un mayor porcentaje, por cuanto los dirigentes gremiales -junto a los funcionarios- encontraron un atajo para castigar a esos afiliados, con un aporte solidario, y en la sumatoria de aportes lo que ingresa a los gremios es importante, más que importante, excesivamente importante.
Las sumas son notorias, se usan para gastos de organización y estructura, sin dar servicios reales y concretos. Son Representantes, nada más.
Hoy en esta crisis deberían ser los primeros en ponerse en una actitud solidaria a la par del Estado y a todo aquel compañero que pierde una parte de su salario porque el gremio al que pertenece acepta y aprueba una disminución salarial de parte del empleador que está en dificultades financieras, el gremio -con actitud solidaria- debería completar el salario de su afiliado con los ahorros efectuados con esos aportes realizados durante tantos años por los asalariados, es decir, los afiliados debería cobrar la totalidad de sus salarios con fondos del Gremio.
Esto lógicamente debería usarse para aquellos asalariados que quedan cesantes o les reducen su salario...
El gobierno decreta una Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva, los gremios son renuentes a sumarse y si lo hacen, no se nota.
Existe una disposición para que, al asalariado que queda cesante, el Anses -que es el organismo donde ingresan los aportes para la futura jubilación- le pague un seguro durante seis meses, utilizando esos aportes jubilatorios. La pregunta es ¿por qué ese monto de reconocimiento al cesante, no lo abona el gremio, por todo lo que recibe de dicho asalariado durante tantos años y se dejan de utilizar indebidamente los fondos del Anses, cuya finalidad es otra?
El presidente pomposamente decretó la Ley de la Solidaridad y Reactivación Productiva, para enseñarle al pueblo lo que es la solidaridad; mas debería apuntar los cañones para el lado del brazo armado del gobierno que son los gremios.
¡Qué increíble! Nuestros legisladores en todos los tiempos legislaron a favor supuestamente del más débil, usando dinero siempre de otro, como en este caso el de los jubilados... ¡claro! en nuestro país los jubilados no tienen problemas, bailan en una pata.
Somos Isidoritos, siempre vivimos de los demás, nunca del esfuerzo propio o de la organización gremial como correspondería, si no para qué recaudan de los afiliados y castigan a los no afiliados.
En fin, difícil que el chancho chifle.