Investigación, creación y producción son tres terrenos vinculados al teatro que el dramaturgo y director Mariano Tenconi Blanco conoce muy bien. En su Buenos Aires natal, donde integra junto al músico y compositor Ian Shifres y la productora Carolina Castro la Compañía Teatro Futuro, estrenó obras como “Montevideo es mi futuro eterno en”, “Lima Japón Bonsai”, “Quiero decir te amo”, “La Fiera”, “Las Lágrimas”, “Futuro”, “Todo tendría sentido si no exisitiera la muerte” y “La vida extraordinaria”. Actualmente se desempeña como docente de dramaturgia y de actuación.
HOY: viernes 22 de mayo, a las 18 h, dentro del ciclo #Conversaciones, pueden verme en diálogo con Juan Pablo Gomez y... Publicado por Mariano Tenconi Blanco en Viernes, 22 de mayo de 2020
El artista aceptó la convocatoria de El Litoral y se hizo un espacio en su agenda (que actualmente incluye sobre todo clases virtuales) para desgranar algunos apuntes sobre el teatro en tiempos de aislamiento social preventivo. “Tomar la enseñanza de la pandemia y tratar de hacer de este planeta un mundo mejor va a requerir de mucha imaginación, y esa imaginación no va a existir mientras se crea que el arte es un bien prescindible”, aseguró. Y manifestó su interés en que que se avance en un trabajo conjunto entre Ministerios de Salud y entidades que representan al teatro “para desarrollar protocolos para las clases primero, ya que allí se juega el trabajo de mucha gente, y para las funciones luego”.
—En este momento el teatro no se puede consumar porque está limitada la posibilidad de reunirse. ¿Existe alguna posibilidad en lo virtual o se trata de otra cosa?
—Lo cierto es que no lo sé. Se han emitido obras online y yo entiendo que es un gesto valioso y que si la grabación acompaña, se puede pasar un momento grato. Yo mismo he puesto algunas obras online, también pensando en que es una de las pocas fuentes de ingreso que nos han quedado a los artistas. Pero tendería a pensar que el teatro sigue siendo eso que sucede en presencia de los cuerpos en un segundo que es irrepetible.
—¿Qué características pensás que tendrán la actuación, la dirección y la dramaturgia teatral luego de la pandemia?
—Entiendo que cada artista incoporará o no lo sucedido a su estética. Yo personalmente pienso que el teatro es algo demasiado maravilloso y me duele mucho todo este tiempo sin teatro, así que cuando vuelva sólo me consagraré al teatro.
—¿Hubo algún otro momento en la historia del teatro en que se produjo un quiebre como el actual? ¿Qué cambios se produjeron en la actividad?
—Seguramente algo análogo haya sucedido con otras pandemias o en las guerras. A mí no me tocó vivirlo. Sólo recuerdo un pequeño parate cuando sucedió la Gripe A. A mí siempre me hace bien pensar en Shakespeare, que durante la peste de 1606 escribió “Rey Lear”, “Antonio y Cleopatra” y “Macbeth”.
—¿Se mantendrá el interés por los bienes culturales cuando se alcance la “nueva normalidad”?
—Yo tiendo a creer que cuando todo esto pase la gente va a tener ganas de salir, de ver a sus amigos y amigas, de ir al cine y a los teatros. La preocupación es saber cuándo va a pasar todo esto. Y es algo que a quienes amamos el teatro nos preocupa y nos angustia mucho.
—¿Qué protocolos se podrían poner en marcha para la reapertura de las salas y las clases de teatro?
—Creo que sería muy interesante el trabajo conjunto entre Ministerios de Salud y entidades que representan al teatro para desarrollar protocolos para las clases primero, ya que allí se juega el trabajo de mucha gente, y para las funciones luego. Me parece muy importante. El teatro argentino es siempre fruto de orgullo en el mundo. No debería decirse simplemente “va a ser lo último que se abra”, sino que habría que trabajar activamente para que esa expresión tan fuerte de nuestra cultura sea cuidada.
—¿Cuál debe ser el rol del Estado frente al sector, en este momento de emergencia?
—Pienso que es importante acompañar fuertemente a una actividad que está detenida en un cien por ciento desde hace más de dos meses. Hay muchos artistas y muchas instituciones que no sé cuánto más van a poder resistir. Y el teatro en particular, y el arte en general, es importante para la vida de las personas. Pero no porque haya que ir al teatro para que te expliquen cómo es la vida, sino que el arte es el lugar donde sucede la imaginación, donde las personas piensan universos imposibles. Y tener imaginación es bueno para nuestros médicos, para nuestros políticos, para nuestros periodistas, para todos. Tomar la enseñanza de la pandemia y tratar de hacer de este planeta un mundo mejor va a requerir de mucha imaginación, y esa imaginación no va a existir mientras se crea que el arte es un bien prescindible.