La emergencia desatada por el Covid-19 expuso inequidades previas. En el ámbito educativo, la brecha tecnológica evidenció múltiples desigualdades, demandando considerar distintas dimensiones para la elaboración de respuestas innovadoras. Así, el diseño de políticas públicas para un mismo territorio requiere de estrategias pensadas desde las distintas realidades. Ante este panorama, un informe exploró algunas ideas posibles de aplicar en nuestro país para ampliar el acceso de jóvenes a medios educativos virtuales en medio del contexto de pandemia.
“Acceso gratuito a material educativo a través del celular, envío de contenido vía SMS, ancho de banda preferencial para la navegación de páginas de educación, elevar los límites para el uso de datos con fines educativos, distribución de dispositivos o de tarjetas SIM”, fueron algunas de las alternativas consideradas en el documento “¿Qué alianzas hay entre gobiernos y empresas de telecomunicaciones frente al Covid-19?”, elaborado por el Observatorio Argentinos por la Educación y con autoría de Carolina Aguerre, profesora e investigadora de la Universidad de San Andrés.
El informe menciona distintas posibilidades que busquen igualar las condiciones previas al aprendizaje y que ya han sido implementadas en otros países.
Puntos de acceso público a internet. “Esta medida puede resultar eficiente para dar conectividad en puntos estratégicos de mucha circulación y en barrios carenciados con alta densidad de población. En un contexto de pandemia, esta estrategia tendría mayor utilidad en la medida en que los puntos de acceso tuvieran alcance suficiente para llegar a los hogares”.
Rating cero para contenidos educativos. “Consiste en generar acuerdos con los operadores de internet móvil para que ciertas páginas de contenido educativo sean de acceso gratuito para cualquier persona con una computadora o dispositivo móvil. Esta clase de política fue la adoptada en el desarrollo de “Facebook Zero”, implementada en varios países de África en 2013 y es similar a la implementada para la plataforma Seguimos Educando en Argentina”.
Mayor límite de datos para contenidos educativos. “Para aquellos usuarios que ya tienen planes de datos determinados, la propuesta es de acceso gratuito a más datos exclusivamente para fines exclusivamente educativos. Un caso de implementación de esta política es Turquía, donde los estudiantes que, por ejemplo, tenían acceso a 4 GB en su plan original, a partir de la cuarentena pueden contar con 4 GB adicionales sólo para fines educativos (es decir, un total de 8 GB).
Uso del celular sin internet. “El envío de contenido educativo vía SMS a cualquier usuario que lo solicite es otra política posible por medio de un acuerdo entre el Estado y las empresas telefónicas. Un caso de utilización de este medio fue Wikipedia Zero, que llegó a estar disponible en 72 países a través de acuerdos con 97 operadoras de telefonía móvil. Esta tecnología en principio parece obsoleta, pero no habría que descartar posibles usos”.
Acceso preferencial. “La asignación de los proveedores de internet brinden acceso preferencial a un cierto ancho de banda para la navegación de páginas educativas. Esto permitiría que todas las personas que accedieran a una página predeterminada tuvieran mejor conexión a internet y pudieran acceder al contenido con mayor velocidad. Aunque hay quienes desaconsejan una política de este tipo considerando el postulado de la neutralidad de la red, que a su vez está recogido en la normativa argentina”.
Distribución de dispositivos. “Tanto la distribución de equipos tecnológicos (netbooks, tablets, etc.) como de tarjetas SIM ofrece otra alternativa para reducir la brecha digital. En el primer caso, en Argentina existe el antecedente de Conectar Igualdad, y otros programas provinciales de reparto de dispositivos. La provisión de tarjetas SIM con acceso gratuito a internet o a ciertas páginas educativas para estudiantes y docentes podría resolverse por medio de acuerdos con empresas de telecomunicaciones, con el desafío de implementar procesos sencillos y expeditivos de registro de los chips”.
“Diversos países han perseguido estrategias mixtas que se apoyan sobre estas tecnologías de carácter analógico. Primordialmente, las políticas efectivas en materia de impulsar un mejor acceso a la infraestructura de redes y dispositivos deben ser diferenciadas y enfocarse, sobre todo en la primera etapa, en los sectores sociales más vulnerables. Esto es complementario del acceso a tecnologías tradicionales de información y conocimiento (radiodifusión o libros de texto)”, planteó Aguerre, autora del informe.