La formación encabezada por el pianista oriundo de Fuentes presentará las canciones de su primer disco, “Santiago de Cuba”, y abre el juego para que el público interactúe antes y durante el streaming, que se verá el sábado desde las 22. Aquí, el artista repasa junto a El Litoral su propuesta artística y algunos proyectos.
Gentileza producción Tortul y sus compañeros: Mariano Sayago en contrabajo y bajo, Mauricio Palavecino en percusión (que reemplazó a Alfredo Tosto) y Martín Tessa en guitarra.
El Joel Tortul Cuarteto se suma a la grilla de conciertos sin público con protocolo aprobado por el Ministerio de Cultura de Santa Fe, y con la posibilidad de realizar aportes a los artistas por medio de una “gorra virtual”, a través de un CBU que se dará a conocer al momento del espectáculo en vivo. Para la ocasión, la formación encabezada por el joven pianista nacido en Fuentes presentará un show “a la carta”, el próximo sábado 6 de junio a las 22. Se podrá ver de manera gratuita a través del canal de YouTube del Complejo Cultural Atlas de Rosario.
El Cuarteto, que completa su formación con Martín Tessa en guitarra, Mauricio Palavecino en percusión y Mariano Sayago en contrabajo y bajo; recorre ritmos como la música litoraleña, el tango, la milonga, la zamba, la chacarera y editó en 2019 su primer disco titulado “Santiago de Cuba”. En esta oportunidad contarán con la participación de Huaui Basualdo, como cantora invitada. “A la carta” es una propuesta interactiva que permitirá a la audiencia interactuar en tiempo real, sugiriendo canciones y autores, entablando un diálogo con el artista. Además, se invita a participar previamente de diversas encuestas en las redes sociales del pianista (Facebook e Instagram), donde se podrá sugerir parte del repertorio.
En diálogo con El Litoral, Tortul repasó sus propuestas artísticas, sus últimas andanzas y los proyectos congelados por la cuarentena.
Cambio de formato
—¿Cómo se abrió la posibilidad de estar en la grilla de streamings?
—Este año iba a hacer un ciclo, de hecho hice la primera fecha el 4 de marzo, en el Centro Cultural Atlas. Era todo el año, dos fechas por mes hasta diciembre, casi 20 fechas. Iba a tocar con mi cuarteto, con un invitado especial en cada fecha: empezamos con Bruno Arias, y el 18 tenía el concierto con Juan Falú, no llegamos a hacerlo porque ya no se podía. Después venía Liliana Herrero, y muchos otros artistas: Daniel Maza (el bajista uruguayo, Lorena Astudillo, Julián Venegas, Clara Bertolini (que ya estuvo haciendo un vivo en el Atlas), Leonel Capitano, Juan Iriarte (que son dos grandes referentes de la composición en el tango de Rosario), Nadia Larcher, Juan Quintero, Franco Luciani, Rudi Flores, un montón.
Es por eso que ya formaba parte de la grilla del Atlas: es por eso que también tuvieron esa decisión de convocarme para este concierto. Pablo Juárez fue el anterior desde ahí, antes estuvo Clara.
—Se propone como un concierto a la carta, donde antes y durante el mismo el público podría sugerir parte del repertorio. ¿Cómo va a ser esta dinámica?
—La idea de hacerlo así es un poco para que la gente se sienta partícipe del concierto. Me pasa que veo amigos que están haciendo conciertos desde su casa y la gente les pide temas, o les manda un saludo, está más bueno. Es como un intercambio. Porque ver un concierto, uno lo puede ver en YouTube, grabado, al otro día. Esto es para generar un dinámica, que la gente se enganche más, y uno estar más cerca: mi idea es estar tocando como si estuviera dentro de la casa de la gente. La idea es generarlo desde antes del show.
Identidad
—Por un lado tenés una educación musical jazzística, y la combinás con las tradiciones del tango y el folclore. ¿Cómo fluye en vos este cruce de lenguajes?
—Estudié con profesores que eran muy jazzeros: Juan Carlos Silvera en Rosario y Juan Carlos Cirigliano, que fue el pianista de Astor Piazzolla; pero nunca toqué jazz: siempre me gustó escuchar, analizar esa música, y ciertos elementos del jazz volcarlos a la música popular argentina, que es lo que hago y es mi lenguaje.
Desde chico toqué música popular argentina tradicional; ya en mi adolescencia, cuando empiezo a viajar a Rosario y a vincularme con estos profesores, empiezo a adquirir cosas no sólo del jazz sino de la música en general. Trato de vincularlo con nuestra música, algo que ya han hecho muchos: en el caso del folclore el Chango Farías Gómez, y en el tango ya lo hacían Horacio Salgán, Piazzolla.
También esta formación de piano, guitarra eléctrica, guitarra criolla, batería, contrabajo y bajo eléctrico, esta formación de cuarteto es muy jazzera. Se usa un sonido jazzero pero estamos tocando música popular argentina. La idea es absorber lo que se pueda de la música del mundo, siempre con una impronta y una mirada desde acá.
—Los integrantes también tienen un toque muy jazzero.
—Sí, por ejemplo Mauricio Palavecino, el actual baterista del grupo, es músico de jazz (el disco lo grabamos con Alfredo Tosto, que ahora está en Europa). También Mariano Sayago, el contrabajista y bajista, ha tocado mucho jazz. Ambos son también músicos latinoamericanos, ese es el aporte que tiene el grupo. Martín Tessa, el guitarrista, viene del palo del tango, y aporta ese sonido más ciudadano. Todas esas confluencias hacen que salga un sonido; estas vertientes enriquecen a la música y la formación.
Latinoamericano
—Hablando de fusiones, el disco “Santiago de Cuba” saca el nombre de una chacarera cubanizada, con música y letra que unen a los dos Santiagos. ¿Cómo salió esa canción?
—Desde chiquito fui muy amante de la música cubana: en el piano se hace los tumbados, lo que uno escucha en el son montuno, o (lo que es más popular) en la salsa. Un día en plena adolescencia, cuando tocaba en las peñas folclóricas de Fuentes y la región, aprendí un tumbado y lo empecé a tocar en ritmo de chacarera, quedó como un juego.
Seguí estudiando, tuve un viaje a Cuba: una experiencia muy hermosa en 2012. Estuve 21 días, conocí muchos músicos; fui con Leonel Capitano.
Mamé esa cultura más de cerca, y tiempo después volví a jugar, y pensé por qué no hacía una “chacarera tumbada”. La música es un juego, tengo la misma energía que cuando tenía seis años tocando. Le pregunté a Leonel si quería hacer la letra: habla de toda nuestra historia latinoamericana, de las cosas que nos ocurren; de la cultura, de esa lucha por la libertad. La chacarera es de Santiago del Estero, pero como ésta es “tumbada” es “Santiago de Cuba”. Es una forma de unir a esas dos tierras, pero en el fondo une a toda Latinoamérica.
—En el disco la canta Raly Barrionuevo. ¿Cómo salió la invitación?
—No tenemos una relación directa, ni de amigos. Una vez él fue a Rosario a cantar, fui al camarín y le mostré mi chacarera. Le gustó, y me dijo: “Cuando la grabes en un disco llamame y le pongo la voz”. Pasó un año y medio, grabé la chacarera y le acerqué la música; él puso su voz desde su estudio, que tiene en su casa. Lo importante es que se pudo concretar, y es muy importante la participación de él en el disco; porque es un artista santiagueño y con mucha relación con Latinoamérica.
—El disco se grabó en dos días en Buenos Aires, pero lo terminó mezclando Billie Gómez en Rosario. ¿Cómo se preparó el cuarteto para esas sesiones?
—El cuarteto se formó en el año 2015, y fuimos tocando, armando los temas. Cuando tomamos la decisión de grabar los temas los teníamos muy tocados en concierto. Generalmente uno hace un disco y sale a tocar esos temas; pero nosotros hicimos al revés: los tocamos, los probamos, los fuimos arreglando, y ya los grabamos. Por ahí el público rosarino, que ya nos iba a ver cuando terminamos de grabar y lo presentamos, no se encontró con nada nuevo.
Por eso lo grabamos en dos días, era un repertorio muy tocado. De hecho grabamos 16 temas y salieron nueve, hay unos seis que no salieron que van a salir en el próximo.
De a dos
—Contaste del ciclo. ¿Qué más tenías en vista para este año? Obviamente se verá alterado.
—Iba a presentar un disco con Pablo Farhat, un violinista santiagueño que actualmente está tocando con el Chango Spasiuk; un gran artista (además es cantante). Hace unos años venimos tocando en formación de dúo (piano, violín y voz), estuvimos grabando un disco y este año lo íbamos a presentar. Igual lo haremos online.
—Salir va a salir.
—Sí, porque ya está grabado. Después íbamos a tocar con la Orquesta de Cámara Municipal en el Teatro El Círculo, una orquesta de cuerdas.
Igual todas las fichas las tenía puestas en el Atlas: producir dos shows por mes, con estos artistas, requería de un trabajo.