El único imputado por el homicidio de Lucas Pirovano aceptó su culpabilidad el jueves por la mañana durante la audiencia en la que se presentó un acuerdo de juicio abreviado que lo condena a 16 años de prisión. La víctima falleció el 29 de agosto del año pasado, luego de agonizar por cinco días en el Hospital José María Cullen a causa de los múltiples golpes que le propinaron en la cabeza con un elemento de metal.
El tribunal pluripersonal compuesto por los jueces Rosana Carrara -presidente-, Jorge Patrizi y Sergio Carraro escuchó a la madre de Pirovano, que si bien se manifestó de acuerdo con el método elegido para concluir el proceso, no ocultó su dolor: “Yo firmé un acuerdo para que al asesino de mi hijo, cobarde que lo mató de atrás, le dieran 16 años de prisión, pero yo hubiese preferido que el den cadena perpetua”. Según Zulema, los testigos “no se animaron a venir a declarar porque están presionados”.
Seguidamente, el imputado se conectó a la audiencia a través del sistema Zoom, ya que permanece en el penal de Coronda en prisión preventiva desde mediados de octubre. Brian Orlando Benítez, de 25 años, no tiene antecedentes condenatorios y aceptó una pena de 16 años por asesinar a Lucas Pirovano. Su defensa técnica fue ejercida por el abogado Daniel Rocca.
El fiscal de la Unidad Especial de Homicidios Martín Torres estuvo al frente de la investigación, en la que oportunamente imputó a Benítez “haber dado muerte de manera intencional, con conocimiento y voluntad, mediante el empleo de un elemento contundente a Lucas Pirovano”, el sábado 24 de agosto del 2019, aproximadamente entre las 9 y 9.30.
Víctima y victimario habían pasado parte de la noche juntos, y en determinado momento se generó una discusión entre ambos. Estaban en Pasaje Braille, a la altura de 4800, muy cerca de la casa de Benítez, cuando Pirovano decidió retirarse del lugar. Pero tras voltearse, el muchacho lo asestó un golpe en la cabeza con un “elemento metálico tipo fierro”, cayendo la víctima al suelo. Allí, Benítez continuó atacándolo.
Luego, el agresor intentó “sacar el cuerpo del lugar arrastrándolo y llevándolo hacia un Pasaje Sin Nombre en dirección al oeste, sitio del que Lucas Pirovano fue retirado para ser trasladado e internado de urgencia en el Hospital José María Cullen, donde falleció el día 29 de agosto de 2019 como consecuencia del ataque perpetrado”, señaló el fiscal.
La calificación legal elegida es la de “homicidio simple en calidad de autor”, y la pena de 16 años de prisión “se ha considerado justa en virtud de que el mínimo previsto para la escala escogida es de 8 años y el máximo es de 25.”
“En el caso particular, y a la luz de las circunstancias, se ha considerado el daño irreparable provocado por Benítez al atentar contra la vida de Pirovano, como así también la pérdida sufrida por la familia, habiendo elegido el agresor un medio idóneo a tal fin, un elemento contundente tipo caño con el cual propinó un golpe letal en una zona vital del cuerpo como lo es la cabeza, demostrando de esta manera una mayor peligrosidad e intención homicida al continuar golpeándolo hasta provocar daños irreversibles”, aclaró el fiscal Torres, considerando también que el ataque sucedió en la vía pública y a plena luz del día, y que Benítez eligió un medio violento como mecanismo para poner fin a un conflicto interpersonal.
Lucas Pirovano era el menor de seis hermanos. Se desempeñaba como profesor interino en la escuela técnica 1299 (frente a la Maestranza Municipal), donde daba cursos de refrigeración (instalación de aire acondicionado y reparación). Su tiempo libre lo repartía entre la crianza de sus hijos (menores de edad) y en ayudar a su padre en el taller de bicicletas ubicado en Mosconi y Lisandro de la Torre.
Aunque no se ventiló en la audiencia de juicio abreviado y no pudo ser acreditado en la causa, durante la investigación trascendió que aquel 24 de agosto trágico, Lucas fue atacado cuando decidió abandonar la reunión donde estaba, porque se negó a darle plata a su agresor.