Hace 102 años un virus se dispersó por gran parte de occidente y se convirtió en una pandemia. Bautizada como “Gripe Española” o “Grippe”, también llegó a la República Argentina y provocó casi 15 mil muertes entre los años 1918 y 1919.
En ese entonces también se la llamó “grippe”. En el país provocó casi 15 mil muertes. En la provincia el virus elevó la tasa de mortalidad por gripe. El recuerdo en una serie de publicaciones de la época.
Hace 102 años un virus se dispersó por gran parte de occidente y se convirtió en una pandemia. Bautizada como “Gripe Española” o “Grippe”, también llegó a la República Argentina y provocó casi 15 mil muertes entre los años 1918 y 1919.
Resta decirlo, pero en aquel entonces no había Internet, muchos menos redes sociales y la sociedad se informaba a través de los diarios impresos (El Litoral se fundó en 1918) ya que la radiofonía argentina comenzó recién en la década de 1920 y la televisión ni siquiera estaba en los planes.
La gente se movilizaba en tranvía y trenes, y los inmigrantes llegaban desde Europa en barco. Mientras que en el viejo continente quedaban las consecuencias de la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918), Argentina abría sus puertas al mundo con su modelo agroexportador. La ciudad de Santa Fe crecía a buen ritmo; de acuerdo al censo de 1914 en la provincia vivian 899.640 personas, mientras que en la capital 64.095. Para aquel entonces ya contaba con servicio de tranvía y la actividad portuaria era uno de los principales motores de la sociedad. También por esos años se creaba la Universidad Nacional del Litoral.
La historia marca que los primeros reportes de este tipo de virus se dieron en Estados Unidos, a principios de marzo de 1918. Unos meses más tarde, en agosto de ese año, se confirmó un caso en el puerto francés Brest por donde las tropas norteamericanas llegaban a Europa para la guerra. Corrieron las semanas y se reportaron casos en Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y España. Precisamente, este país (que se mantuvo neutral en el conflicto bélico por lo que no ocultaba la información) dio a conocer informes sobre la enfermedad y sus consecuencias, incluso la confirmación que el rey Alfonso XIII contrajo la enfermedad; de ahí que fue apodada “gripe española”.
Fueron los propios europeos que huían de la miseria y de la guerra quienes trajeron el virus al continente, particularmente al puerto de Buenos Aires. “El impacto sobre la población fue dispar y se desarrolló en dos oleadas: la primera hacia fines del año 1918, cuando las provincias más afectadas fueron las de la región central y el litoral, y la cual, debido al momento en que se desarrolló, fue relativamente benigna. La segunda se produjo en el invierno de 1919 y afectó a todo el territorio nacional, impactando más fuertemente en términos de mortalidad en las regiones del norte, las provincias más pobres y atrasadas, para diseminarse posteriormente, aunque con mucha menor fuerza, por el centro del país ”, destaca el historiador Adrián Carbonetti en su publicación “Historia de una epidemia olvidada. La pandemia de gripe española en la argentina, 1918-1919”.
En ese trabajo, el especialista remarca que “uno de los aspectos que llama la atención con respecto a esta enfermedad fue la denominación que se le dio por parte de las autoridades sanitarias y por los médicos en general: ‘grippe’. Posiblemente esa doble ‘p’ se haya constituido en un elemento diferenciador de la enfermedad que aparecía todos los años, menos devastadora y más recurrente que la ‘gripe española’”.
“Entre 1917 y 1918 la mortalidad por gripe se multiplicó por siete, y entre 1918 y 1919 se multiplicó por cinco. Lo cierto es que la epidemia de gripe española dejó un saldo en las provincias argentinas de 14 997 muertes en 1919”, detalla el investigador. Cabe remarcar que a nivel mundial la pandemia dejó unos 50 millones de muertos.
En 1918, con apenas meses de circulación en las calles, Diario El Litoral informaba a la ciudadanía sobre la gripe. El martes 22 de octubre en la tapa del vespertino salió un breve artículo con recomendaciones. “La grippe”, se tituló y decía: “Habiéndose producido en esta ciudad algunos casos de grippe, la dirección de la Asistencia Pública de esta capital, recomienda muy especialmente al vecindario: 1) dar aviso a la Asistencia de los casos de enfermedad infectocontagiosa de que se tenga conocimiento (...); 2) recurrir a la Asistencia o médicos particulares en el caso que se noten perturbaciones en la salud; 3) no hace uso de verduras crudas, frutas de estación, helados de sospechosa procedencia y evitar los excesos de comida y bebidas; 4) evitar la concurrencia a sitios o locales donde haya aglomeración de público”.
Por su parte, Diario Santa Fe (que se editó entre 1911 y 1934) el miércoles 23 de octubre de 1918 resaltaba: “El ministerio (de Educación) ha resuelto clausurar todos los establecimientos dependientes del mismo por 10 días en Buenos Aires y sus alrededores, autorizando a las direcciones de los institutos del resto del país a adoptar igual medida. (...) Sabemos que en las escuelas de esta capital hay ya numerosos inasistencias por la causa aludida”. Y agregaba: “En la escuela Industrial y el colegio Nacional también se encuentran alumnos afectados por el mal reinante, lo que induce a creer que antes de poco habrá necesidad de clausurar esas casas para evitar difusión”. Casi sobre el final de esa nota, detallaba: “Cuatro atacados por la enfermedad que llegaron a ésta, procedentes probablemente de la Capital Federal, fueron acto seguido internados en el hospital Iturraspe y desinfectado el local en el que al llegar se habían alojado. Las autoridades sanitarias proceden también a la inspección de todas las casas de inquilinato y conventillos (...).
Como se expresó en los párrafos anteriores, este tipo de gripe tuvo una segunda ola en 1919, teniendo un impacto mayor a la del año anterior. “Si bien en casos aislados y sin caracteres graves, ha hecho su reaparición en la capital la epidemia gripal que no hace mucho se extendió por todos el país con la consiguiente alarma de los vecindarios”, relataba El Litoral en su edición del viernes 10 de enero de 1919.
Unos meses más tarde, Diario Santa Fe reafirmaba lo anunciado por El Litoral. “El fatídico mal que hizo su aparición el año pasado, retorna esta vez con más empuje, invadiendo todo el territorio del país”, aseguraba el citado medio el 13 de mayo. En este artículo se hace referencia al avance del virus en distintas regiones del centro norte de Argentina y sobre Santa Fe detallaba: “Según datos oficiales, en esta capital el estado sanitario no ha sufrido alteración apreciable. Sin embargo, todo hace prever que el azote ha de hacernos sentir también sus caricias. Conviene, por tanto, guardar higiene y no jugar con las energías físicas, por si acaso”.
Unos días más adelante, el mismo periódico santafesino ya hablaba del recrudecimiento de la situación. “Contra todo lo que se viene asegurando por las autoridades sanitarias de la población, la verdad es que la epidemia de gripe está en pleno apogeo en esta ciudad y que su desarrollo es alarmante en toda la provincia”, arrancaba un artículo publicado el 5 de junio de 1919. Y remarcaba: “Aquí ya ha causado víctimas (...). En Rosario, las autoridades más precavidas que en Santa Fe, acaban de ordenar la clausura de todas las escuelas por tiempo indeterminado (...). Al respecto, diario La Nación (14/05/1919) señalaba que la intendencia rosarina “destinaba recursos humanos y monetarios a fin de sanear la ciudad de suciedades y también restringía el funcionamiento de los lugares de reunión pública”.
Retomando la investigación de Carbonetti, cabe señalar que la gripe pasó de provocar 0.7% de las muertes en 1917 a 4.3% en 1918 y a 20.7% en 1919. “Aunque es posible que hubiera una mayor mortalidad a partir de los casos no denunciados o de la confusión con otras enfermedades o asociación con algunas de éstas”, explica en la citada publicación el historiador.
En lo que refiere a la provincia de Santa Fe, al igual que provincias cercanas como Buenos Aires y Córdoba aumentaron “su tasa de mortalidad entre 1918 y 1919 entre 2 y 6 veces”, aporta el investigador del Conicet. El número concreto que se pudo rescatar de los “Anales del Departamento Nacional de Higiene, vol. 26, 1920” (que el propio Carbonetti investigó) indica que en Santa Fe la tasa de mortalidad relacionada a gripe calculada por 10.000 habitantes en 1918 fue de 1,90 y en 1919 de 8,84.
En comparación, los guarismos santafesinos fueron de los más bajos del país. Por ejemplo, la tasa más alta la presentó Salta con 9,18 en 1918 y 118,68 en 1919, siempre siguiendo los datos aportados por Carbonetti. En Jujuy se dio otro salto importante: 7,29 en 1918 y 95,82 en 1919. En la provincia de Tucumán se registró una tasa de 1,33 en 1918 y 40,1 en 1919.
Por último, vale la pena mencionar un párrafo de la citada investigación: “Lo cierto es que la epidemia de gripe española dejó un saldo en las provincias argentinas de 14 997 muertes en 1919, la gripe se constituyó, junto a otras afecciones de carácter respiratorio, en una de las principales causas de muerte”.