Quizás algunas frases o conceptos se pueden interpretar distinto o directamente malinterpretar. Hace una semana, Miguel Oyeras dijo lo suyo en El Litoral. Fue en ocasión de cumplirse un aniversario de aquél agónico triunfo ante El Porvenir, con el gol del Memo Torres, que evitó el descenso directo a la tercera categoría y la chance de una Promoción con Tristán Suárez, que finalmente se ganó. Oyeras fue contundente cuando señaló que “de Unión no me llamaron, ni siquiera para preguntarme si estaba vivo”, pero se refirió claramente a lo institucional. “Debo ser uno de los pocos técnicos que no se fue silbado del club y de eso no me olvido. Por eso, yo nunca quise ser ingrato con la gente de Unión, con su hinchada, porque a mí me trataron de maravillas”, señaló Oyeras.
—Cuando hablás del olvido te referís a que desde Unión, como institución, nunca recibiste un llamado para que puedas, por ejemplo, volver a trabajar por el club...
—Exactamente, a eso me refería... Mirá, yo estuve en el lanzamiento de la Agrupación Tate campeón, la de Marcelo Martín. Fui a cenar a la casa de los hermanos Poccia, muy buena gente, gran calidad humana. No es que yo perdí relación con la familia tatengue, todo lo contrario... Yo me referí a lo institucional. Y te aclaro una cosa: no tenían ninguna obligación de llamarme. Pero es lo que siento y lo que pasó... Tengo una excelente relación con el Negro Vergara, con Frutos, con Biaggini, que estaban cuando yo entré al club. Después vino Omar Schiavón, con ellos siempre tuve una gran relación... Con Américo Giménez también... Todos los días le agradezco a Dios haber conocido esta gente.
—Algunos se sintieron “tocados”...
—Es que por allí hubo muchos que se sintieron mal y en realidad yo soy un tipo muy respetuoso y nunca voy a morder la mano del que me da de comer porque es lo que me enseñaron mis viejos. Y nunca dejaré de ser un agradecido a Unión porque debemos ser pocos los técnicos en el mundo que podemos dirigir al equipo del que somos hinchas fanáticos como es mi caso.
—Y obviamente a la hinchada porque sos uno más de ellos...
—Ni hablar... De la gente ni hablar, porque han sido extraordinarios conmigo... Si se lee bien la nota, yo me refería a la institución y no a la familia tatengue, de la que soy agradecido. ¿Cuándo en mi vida volverán a corear mi nombre 18 o 20.000 personas como pasó en la cancha de Unión?, nunca. Entonces, ¿cómo puedo hablar mal de la familia tatengue?, me refería a la institución desde lo dirigencial, porque esa es la realidad: a mí nunca más, en 16 años, me llamaron desde el club... Pero a eso me refería. No quisiera que se malinterprete ni tampoco que piensen que soy un irrespetuoso. Jamás en mi vida le iba a hacer mal al club y por eso también aclaré que no le iba a hacer juicio a Unión cuando me dijeron que el ciclo estaba terminado.
—Eso quedó claro: te fuiste del club resignando el 70 por ciento de lo que te correspondía...
—Por eso... Imagináte que jamás le podría haber hecho algo al club que lo perjudique... Pero bueno, yo no quiero que la gente de Unión se disguste o se enoje. Dije lo que pasó y te aclaro que no tenía, nadie, la obligación de llamarme. Te repito que tengo muchos a los cuáles he nombrado y que han sido muy importantes para mí y a los cuáles les estoy agradecido... Y ni hablar de la hinchada, siempre agradecido a la gente de Unión... Si es necesario pedir disculpas a quiénes se sintieron tocados u ofendidos, lo hago. No fue mi intención. Dije lo que pienso y lo que en realidad pasó. Hablaba de la institución y de lo laboral, no de la gente y lo personal..