"Yo quiero proteger a mis nietos. Todo lo hice por los chicos, porque me di cuenta que la mamá no iba a hacer nada”, expresó ante el juez Leandro Lazzarini la mujer que denunció a su yerno. El hombre fue imputado por el “abuso sexual gravemente ultrajante” de su hijastra de 9 años, y este jueves quedó en prisión preventiva.
La investigación se encuentra en manos de la fiscal María Celeste Minniti, de la Unidad Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual, quien detalló ante el juez lo que dijo la abuela al momento de radicar la denuncia el sábado 13 de junio. La mujer manifestó “que su hija de 9 años, días previos, había estado en la casa de otra de sus hijas (ya mayor de edad y madre)”, y que regresó a casa llorando. Al preguntarle qué había pasado, respondió que su hermana la echó.
Muy nerviosa, contó que vio al hombre que es la pareja de su hermana en la cama matrimonial: él estaba acostado, desnudo, y tenía a la hijastra -también de 9 años- arriba suyo, mientras tocaba todo su cuerpo. “Cuando el imputado la ve, tira a la niña a un costado. Ella sale y se va corriendo y el imputado se tapa”, continuó relatando la fiscal. La chiquita se metió en su pieza y se escondió bajo las sábanas, tapándose la cabeza.
Tras presenciar esto, la testigo se dirigió al comedor de la casa, en donde se encontró con una adolescente de 14 años, otra hija de su hermana mayor, a quien le dijo lo que acababa de ver. Ante esto, la respuesta fue “que sabe, pero que su mamá las iba a retar porque no le cree”. Aun así, la testigo decidió hablar con su hermana mayor y fue entonces que “le dice que deje de inventar y que se vaya”. Luego llamó a su madre: “Ahí te la mando porque anda hablando pavadas”, le dijo.
Al enterarse, la abuela no dudó en radicar una denuncia, preocupada por el abuso a su nieta y por la reacción de su hija mayor que minimizó lo ocurrido. La Secretaría de Niñez intervino y retiró a la pequeña y a sus dos hermanos -una chica de 14 y un nene de 6- de su hogar, otorgándole la custodia a la abuela.
Entrevistada por el psicólogo del mencionado organismo, se notó que la madre “desestima totalmente la posibilidad de que esto -el abuso- pase”, y “su relato se centró todo el tiempo en detalles y situaciones que involucran hechos de desobediencia de su hermana, mostrándola como una niña mala, que está todo el tiempo preocupada por conseguir noviecitos”.
Para Minniti, “claramente, lo que la señora quiere hacer es neutralizar o dejar mal parada a la testigo, que recuerdo es una niña de 9 años”.
“Más allá del hecho que vio la niña y se lo contó a su mamá y a su hermana, queda claro también que esto no fue una situación del momento”, explicó la fiscal Celeste Minniti al juez Lazzarini. “Claramente estos niños están impedidos de hablar. La situación de confianza y de contención no está asegurada con ellos y creo que se agravaría si el imputado recobra la libertad”.
Especialmente vulnerables
“La fiscalía lo ha calificado como un “abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la convivencia preexistente, -la cual- luce ajustada a estos hechos”, aseguró el magistrado en sus fundamentos.
Si bien “la defensa propuso la aplicación de un tipo penal más leve como lo es el abuso sexual simple, entiendo que los hechos conforme al relato de la testigo, exceden esta calificación legal”.
En cuanto a la pena, “en caso de futura condena sería de cumplimiento efectivo” ya que la calificación legal escogida tiene un mínimo de 8 años y un máximo de 20. Además, el juez Leandro Lazzarini señaló: “La existencia de riesgos procesales es el fundamento para la aplicación de la medida cautelar de máximo impacto, y en este caso se encuentra corroborado en virtud de que existen ambos riesgos”, de fuga y de entorpecimiento probatorio.
Los niños “deben ser escuchados” y “las primeras entrevistas deben ser ampliadas” a través de los dispositivos pertinentes, como el de cámara Gesell.
“Estos testimonios deben ser resguardados en su máxima expresión, dado que aquí claramente estamos hablando de no sólo una víctima, sino de testigos” menores de edad, lo que los hace especialmente “vulnerables”.
Por todo esto, Lazzarini resolvió convertir la detención que venía sufriendo el padrastro en prisión preventiva.