Los acreedores internacionales siguen de cerca el caso Vicentin

La cerealera argentina que quedó al borde del default durante el gobierno de Mauricio Macri y que Alberto Fernández podría intentar expropiar inquieta en Estados Unidos y en Europa, lo que llevó a la intervención de la justicia de Nueva York y a la contratación de entidades financieras locales para que lleven adelante la negociación de los pasivos.

Si bien la mayor deuda de Vicentin es con el Banco Nación, por cerca de $ 18 mil millones, la deuda con toda la banca internacional sumada supera ampliamente a esa cifra, por lo que los acreedores internacionales siguen de cerca todo el entramado entre el Gobierno, la justicia argentina y la empresa.

Tres acreedores sobresalen por los montos: la Corporación Financiera Internacional con base en Estados Unidos (16.504,8 millones de pesos), la Compañía de Financiamiento para Países en Desarrollo de Holanda (9.228,4 millones) y la sucursal Tokio del Banco ING (4.420 millones).

Expertos locales aseguran que el crédito que cedieron los holandeses fue clave para el desarrollo reciente de la empresa: fue el que le permitió asociarse con la suiza Glencore para crear la planta de Renova.

La empresa ya envió los papeles correspondientes al juez de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Alvin Hellerstein, ya que asegura que en sus movimientos no hay nada raro y que su quiebra se debe casi en su totalidad a la volatilidad que se generó tras las Paso.

Los directivos explican que, cuando Macri perdió las Paso, corrió rápido el rumor de que vendrían más retenciones, por lo que los productores se apuraron a liquidar los granos que le habían dado a la empresa, lo que dejó a la empresa sin capacidad de pago tanto para los productores como para las entidades financieras.

El Gobierno actual considera que la empresa también es responsable de la quiebra y que además hubo un manejo delictivo de los activos, teniendo en cuenta además que hay varias empresas relacionadas a los Vicentin en paraísos fiscales.

El presidente Fernández consideró hace dos días que es importante que a la empresa no la sigan manejando “los que la manejaron” hasta ahora y remarcó que “los dueños de Vicentin quieren que los salvemos sin poner nada”.

Además insistió el sábado con que, si el juez no acepta la propuesta de Omar Perotti, deberá continuar con la expropiación porque no quedará otra alternativa. Todo el ruido de los últimos días llegó hasta el embajador de Holanda, Roel Nieuwenkamp, quien le solicitó una audiencia al Gobierno en la que buscará conocer detalles de lo que ocurre con la compañía.

Tres acreedores sobresalen: la Corporación Financiera Internacional con $ 16.504,8 millones; la Compañía de Financiamiento para Países en Desarrollo de Holanda con $ 9.228,4 millones y la sucursal Tokio del Banco ING $ 4.420 millones.

En Comodoro Py

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Claudio Lozano, director del Banco Nación, declaró como testigo ante la Justicia en la causa que investiga la deuda que otorgó esa entidad a la empresa agroexportadora Vicentin durante la gestión de Mauricio Macri y complicó a su antecesor en el cargo, Javier González Fraga, principal imputado por los préstamos otorgados a la empresa.

Por otra parte la Unidad de Información Financiera insistió ante el juzgado de Julián Ercolini para que la acepte como querellante en el caso de la empresa cerealera. Es otro de los frentes judiciales abiertos, además del concurso en Reconquista y de la investigación en Nueva York

La UIF, conducida por el abogado Carlos Cruz, acusó al ex presidente Mauricio Macri, a los ex titulares del Banco Central y Nación Guido Sandleris y Javier González Fraga, como también a los directivos de Vicentin por los delitos defraudación al Estado, lavado de dinero y fuga de capitales.

La posición de González Fraga en ese caso es, básicamente, que la corrida cambiaria y granaria tras el triunfo de Alberto Fernández en las Paso, “descalzó” la operatoria financiera de Vicentin en el Banco Nación.

Para Lozano, los $ 18.500 de deuda acumulada con la entidad crediticia oficial son producto de maniobras dolosas.