El joven que fue apresado el martes en barrio Barranquitas fue sometido ayer a declaración indagatoria, en un trámite que se cumplió en el Juzgado Federal N° 1.
Buscan precisar cuál era la cadena de comercialización y los contactos que manejaban estos narcos barriales.
El joven que fue apresado el martes en barrio Barranquitas fue sometido ayer a declaración indagatoria, en un trámite que se cumplió en el Juzgado Federal N° 1.
Si bien no trascendieron mayores detalles de su testimonio se supo que ahora su situación procesal quedó sujeta a resolución del magistrado interviniente, doctor Reinaldo Rodríguez.
El inicio de esta causa nos remite al 28 de mayo del corriente cuando la policía dio cuenta de un inescrupuloso sujeto que se dedicaba a la venta de estupefacientes nada menos que frente al jardín de infantes Santa María Goretti, esto es, en Juan del Campillo 3200, en el corazón de barrio Pro Adelanto Barranquitas Este.
De aquel procedimiento logró escapar un joven (es el hijo del principal acusado), motivo por el cual se ofició un pedido de captura que se concretó el martes. La investigación y el operativo estuvo en manos de la Brigada Operativa I, a cargo del subcomisario Marcos Musillo, de la Dirección de Narcocriminalidad, dependiente de la Agencia de Investigación Criminal.
Tras ser indagado el hombre fue procesado por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, según dispone el artículo 5, inciso C de la Ley 23.737
Fuentes tribunalicias señalaron que la defensa de este hombre habría solicitado le sea concedido el beneficio de la prisión
domiciliaria, argumentando cuestiones de salud.
Los vecinos del barrio siguieron con atención el curso de ambos operativo y no ocultaron su satisfacción al ver lo que estaba sucediendo.
Es que -como ya se dijo- este “kiosco” o “bunker” se ubica en un punto sensible de esta tradicional barriada, esto es, a la vuelta de la vecinal y nada menos que frente al jardín de infantes Santa María Goretti.
En distintas oportunidades tanto los vecinos como los padres de los chicos que asisten a dicho establecimiento educativo, resultaron involuntarios testigos de la llegada y salida de “gente extraña” a dicho departamento, como así también de repentinos movimientos de vehículos.
Por último los lugareños expresaron su deseo para que “una vez que rindan cuentas con la justicia, estos narcos barriales no vuelvan a hacer de las suyas”.