El especialista económico advirtió que la recuperación tras la pandemia -cuya finalización es incierta-, será “lenta y gradual”, y señaló que el Producto Bruto (PIB) tendrá este año una caída récord histórica, no observada desde 1914.
El especialista económico advirtió que la recuperación tras la pandemia -cuya finalización es incierta-, será “lenta y gradual”, y señaló que el Producto Bruto (PIB) tendrá este año una caída récord histórica, no observada desde 1914.
Bour advirtió, además, que hay pocas posibilidades de que haya una recuperación rápida en el segundo semestre.
“La caída de la actividad será la mayor de los últimos cien años, y 2020 será el de peor calidad del PIB, y estamos estimando un poco más del 12%, la más grande desde 1914, cuando estalla la primera guerra mundial”.
“Será la caída más grande y la gran duda es si se puede revertir de a poco, pero tiene que empezar a hacerse desde ahora”, alertó Bour.
El economista dijo que en la recuperación “veremos un proceso en zigzag, gradual, pero no esperaría una recuperación en ‘V’, sino un proceso bastante más lento”, en declaraciones a ECO Medios.
Señaló que la economía caerá en mayo “muy fuerte, cerca del 20%, y las dudas sobre la recuperación económica se deben a que hay algunos sectores que han podido retornar a trabajar en un turno y no estamos hablando de normalidad”.
Mejores y peores
Explicó que los sectores que mejor están “son la producción de químicos y de alimentos, por la buena situación doméstica y las exportaciones”.
Tras advertir que la crisis de la pandemia está golpeando muy fuerte al sector servicios, la industria y el comercio, señaló que en la producción manufacturera “hay otros sectores que están tratando o empezando a normalizarse, como el automotriz”, y que el de la construcción está “muy mal”.
Bour advirtió que “todos los sectores que se están normalizando no han podido recuperar su demanda”.
Explicó que las nuevas normas de aislamiento más estrictas “perjudica fundamentalmente al comercio y los servicios, pero también a la industria por las restricciones a la movilidad de los trabajadores, básicamente al AMBA”.
Explicó que “toda la producción está interconectada, porque las empresas del interior están relacionadas con las del AMBA, y los que pueden reanudar la actividad necesitan insumos de las provincias, y hay muchos problemas de conectividad en la logística”.
Se aguarda un derrumbe “histórico”
El INDEC difundirá mañana el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), correspondiente a abril último, y se espera que la caída sea histórica, ya que se trata del mes en el cual la cuarentena impactó más fuerte en todos los sectores.
Según los últimos datos oficiales, el EMAE se derrumbó un 11,5% interanual en marzo, a raíz de la larga recesión por la que atraviesa la economía y el inicio de la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus.
La caída de marzo fue el retroceso de actividad más grande desde 2009, cuando la economía fue afectada por el conflicto entre el Gobierno y la dirigencia agropecuaria, que paralizó la comercialización de granos justo en el período de la cosecha gruesa.
Además, la actividad económica de marzo de este año también cayó fuerte con relación a febrero: 9,8%, según el INDEC.
Por eso, se aguarda con expectativa los números que este lunes hará público el organismo que conduce Marco Lavagna: analistas estiman que la actividad habrá caído entre 20% y 25% en abril.
Sucede que en el cuarto mes de 2020 la economía estuvo prácticamente parada por la cuarentena: no se fabricaron automóviles, numerosas industrias estuvieron paralizadas, la demanda energética cayó y se paralizaron las obras de construcción.
Sólo el sector de la alimentación y cierta actividad comercial se mantuvieron en actividad.
Durante la última semana, el FMI fue lapidario sobre cómo la pandemia terminará afectando a la economía argentina en 2020: para el organismo, el PBI local caerá 9,9%, y el país será uno de los más perjudicados en todo el mundo por la emergencia sanitaria.
Casi nueve de cada diez familias argentinas terminaron junio con deudas sin pagar
El stock de endeudamiento de las familias argentinas creció 4,6% en junio empujado por las deudas “no bancarias”, que aumentaron 16,1%, de modo que casi nueve de cada diez familias terminaron el mes con compromisos de pago pendientes, según un informe elaborado por el Centro de Economía Regional y Experimental (CERX).
La deuda total de las familias alcanzó los $ 1.905.119 millones y afectó a 11,9 millones de hogares, que equivalen al 86,5% de los hogares del país, unos 163.000 hogares menos que en mayo, aunque creció en $ 83.415 millones la deuda para quienes no pudieron cancelar sus pasivos.
Según el informe, si bien las deudas bancarias se redujeron 1,6 % en junio hasta los $ 1.168.217 millones a raíz de la caída en los créditos prendarios (-5,8%) y de tarjetas de crédito (-2%), la deuda no bancaria aumentó un 16,1% respecto de mayo y alcanzó los $ 736.902 millones, principalmente por el retraso en el pago de impuestos (+24%) y servicios (+15,5%).
“Lo más frecuente en junio continuaron siendo los atrasos en impuestos, que acumuló deudas por $ 185.040 millones, 24% más que en mayo. Las familias continuaron dejando de pagar impuestos como el inmobiliario, patentes, y otros nacionales y municipales”, señaló el documento de la consultora que dirige la economista Victoria Giarrizo.
Por otra parte, el informe señala que si bien creció poco (+1,4%) la deuda con “familiares y amigos”, sí aumentó muy fuertemente (+12,6%) las deudas con “prestamistas”, algo que preocupa por su alto costo y riesgo.
“En promedio cada familia adeudaba en junio $ 159.738, un 6% más que en mayo”, señaló el informe.
Otro de los datos que se resaltan de junio es el aumento del temor de los hogares a perder ingresos o el empleo que, para el 44,9% de las personas, es “muy alto” y que, cuando finalice la cuarentena, si se recuperan los ingresos el 61,8% de los hogares los destinará a cancelar pasivos.
“En la medida que se liberen más actividades es de esperar que las familias vayan regularizando sus deudas no bancarias. Pero ese proceso será muy lento e irá combinado con aumentos en el stock de deuda de quienes perdieron ingresos o empleo y no recuperan todavía”, analizó el CERX.
En este sentido, señalaron que la carga de la deuda en las familias será “uno de los grandes limitantes para recuperar el consumo, aun cuando los ingresos comiencen a ganar terreno”, ya que “primero se cancelarán deudas y después habrá consumo”.
La información recabada por el CERX surge del cruce de datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) con una encuesta realizada a 6.770 hogares entre el 22 y 25 de junio.