Entró en su etapa final el juicio oral contra la pareja acusada de asesinar al albañil Julio Martínez en barrio San Lorenzo, en enero de 2018. Los imputados, Sofía Nahir Pasquier (de 22 años) y Mario Gabriel Valberdi (de 26), pasaron la mayor parte de la audiencia tomados de la mano. Este martes declararon testigos propuestas por los abogados de él -los doctores de la defensa pública Sebastián Moleón y Magalí Mazza-, quienes hicieron hincapié en su traumática infancia.
En primer lugar, se presentaron ante el Tribunal -conformado por Sergio Carraro (presidente), Héctor Gabriel Candioti y Gustavo Urdiales- profesionales de la Junta Provincial de Salud Mental.
Este organismo evaluó a Valberdi y encontró que el joven está “ubicado en tiempo y espacio”. La trabajadora social Florencia Serra y la psicóloga Adriana Ferrer relataron parte de las entrevistas que este equipo interdisciplinario le realizó al acusado e hicieron referencia a las conclusiones.
Ambas recordaban que el muchacho había vivido en un contexto de pobreza y vulnerabilidad; que había pasado parte de su infancia a cargo de su abuela porque sus padres estaban presos; que le había afectado mucho el fallecimiento de su papá, cuando él tenía apenas 8 años; y que tiempo después había abandonado la escuela por desinterés y había comenzado a consumir estupefacientes.
Más tarde fue el turno de la madre de Valberdi, quien llegó esposada al recinto. Al referirse a los años de infancia de su hijo, dijo que habían sido “tristes”.
Ella contó que el padre del joven había caído preso y que sufrió una muerte violenta cuando el ahora imputado tenía 8 años de edad. Que ella también terminó presa y el chico tuvo que ir a vivir un tiempo con su abuela. Además, relató que su hijo comenzó a drogarse de muy chico. “Nunca superó la muerte de su papá”, aseguró.
Luego hizo referencia al allanamiento realizado en su casa y aseguró que el trato de los policías había sido “no muy bueno”. Precisó que los uniformados habían arrastrado a algunos menores para reducirlos (en el momento del procedimiento se encontraban en la casa siete de sus hijos, de entre 18 y 3 años) y que no le habían informado cuál era la causa del operativo, ni mostrado qué elementos habían secuestrado.
Finalmente, fue el turno de la abuela paterna de Valberdi. Esta mujer, que llegó caminando con dificultad y con la ayuda de un bastón, contó que debió hacerse cargo de su nieto porque sus padres estuvieron presos. También explicó que lo llevaba a las penitenciarías para las visitas. Ella afirmó que un cuchillo con hoja filosa y puntiaguda que se secuestró en su domicilio era de su propiedad. “Yo lo llevaba al cementerio cuando iba a visitar a mi hijo, porque había muchos robos. Llevaba esa arma para defenderme. Estaba en mi pieza, envuelto en una bolsa de nailon”, señaló.
Después de las declaraciones de estas dos mujeres, el acusado solicitó permiso para saludar a sus familiares, algo que fue aceptado por el tribunal. Valberdi las abrazó a ambas e intercambió con ellas algunas palabras.
Este miércoles, será el turno de los alegatos de las partes y el viernes los jueces darán a conocer su veredicto.
A lo largo del juicio, los fiscales Martín Torres y Cristina Ferraro presentaron numerosa evidencia para intentar demostrar la culpabilidad de los imputados.
Valberdi y Pasquier están acusados de asesinar de una puñalada en el cuello a Julio Martínez en la cuadra de calle Juan Díaz de Solís al 1500, en la vereda de su casa, en barrio San Lorenzo.
En primer lugar, los funcionarios del MPA ofrecieron imágenes de cámaras públicas de monitoreo que ubican a una pareja con características físicas y fisonómicas similares a las de los acusados en inmediaciones de la zona del crimen y en ese momento, la mañana del 22 de enero de 2018.
Los videos no muestran el ataque a Julio Martínez, pero sí a la pareja (vestida con prendas similares a algunas que fueron secuestradas) cuando caminaba hacia la zona de la escena del crimen y cuando salía de allí, ahora con un bolso negro similar al que le fue robado al albañil.
Después se observa a los sospechosos justo antes de que asaltaran a otro hombre que esperaba un colectivo en una parada. En otro punto de monitoreo, se aprecia como el ladrón se calza las zapatillas de la víctima y minutos más tarde aparecen en otra cámara a bordo de una moto que acababan de robar. En ese vehículo, la pareja hizo un recorrido por la zona oeste de la ciudad y llegó a barrio Barranquitas. El rodado fue hallado por la policía ese mismo día, en inmediaciones de los domicilios de los acusados.
En capturas de videos se puede apreciar además que la mujer de las imágenes tiene lo que parecen tatuajes similares a los de la acusada, en el cuello y en un antebrazo. También en la nuca del hombre de las grabaciones se observan cicatrices parecidas a las que tiene Valberdi.
Entre las pruebas más importantes ofrecidas por los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación, figuran dos pericias realizadas sobre objetos secuestrados en la casa de Valberdi. La esposa de Julio Martínez reconoció un bolso como el que le habían robado a su marido y el hombre al que le robaron las zapatillas aseguró que era el suyo un par que la policía encontró en la pieza del imputado.