El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que el miércoles próximo recibirá en la Casa Blanca a su par de México, Andrés López Obrador, para celebrar la "histórica" entrada en vigor del nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
"Para marcar este logro histórico, espero dar la bienvenida al presidente Andrés Lopez Obrador de México a la Casa Blanca para continuar nuestro importante diálogo en comercio, salud y otros temas centrales para nuestra seguridad y prosperidad regional", dijo Trump en un comunicado.
El mandatario destacó "el aprecio de Estaos Unidos de los esfuerzos" de sus "socios en México y Canadá para asegurar que Norteamérica refuerza sus lazos económicos mientras trabaja en combatir la pandemia del coronavirus", informó la agencia EFE.
"El T-MEC es el mayor, más justo y más equilibrado acuerdo comercial jamás negociado y contiene provisiones innovadoras para ayudar a crecer la economía y apoyar empleos estadounidenses", agregó Trump.
La fecha de la visita de López Obrador a la Casa Blanca ya había sido confirmada por la cancillería mexicana, que además precisó que habría un encuentro trilateral al día siguiente, algo que la nota de la Casa Blanca no menciona.
El viaje destinado a celebrar la implementación del acuerdo comercial estaba previsto en un principio para hoy, pero López Obrador decidió pasar el día en México celebrando el segundo aniversario de su victoria electoral de 2018.
El nuevo acuerdo, que reemplazó hoy al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, en inglés) vigente desde 1994, incluye varios cambios importantes en un flujo comercial entre los tres países que asciende a un valor de unos 1,2 billones de dólares.
Este pacto llevará a los tres países a modernizar su relación comercial al incluir temas como la facilitación del comercio electrónico y el almacenamiento de datos, pero también elevará los costes en el sector automotriz de Norteamérica.
Los tres países firmantes del Nafta rubricaron el T-MEC en noviembre de 2018, pero el proceso de ratificación se alargó más de un año en Estados Unidos debido a las dudas sobre las garantías de aplicación de los estándares medioambientales y laborales, en medio de la pandemia.