Habló el joyero que recibió las pertenencias robadas de la casa de Teresa Galli, la docente asesinada brutalmente en Concordia. Aseguró conocer al acusado del asesinato. Cuando éste se las llevó para venderlas, "me dijo que las joyas eran de su suegra", afirmó.
"Cuando me enteré que era él, me entró una desesperación... No sabía qué hacer. No lo podía creer, no sabía qué pensar. Es espantoso", dijo el trabajador, quien se comunicó con la familia de la víctima y luego con la Policía, al enterarse de lo que tenía en su poder podía pertenecer a la mujer asesinada.