Una "impronta" tatengue en el cuerpo técnico de Azconzábal
El Vasco vuelve a tener el grupo de trabajo que lo acompañó en Tucumán, con Zapata y Aredes como colaboradores. El PF principal es de su ciudad natal (Junín) y se hizo justicia con dos profesionales que venían cumpliendo tareas con Madelón y lo hicieron muy bien.
El Litoral Rodrigo Llinas en Mar del Plata, en una de las pretemporadas con Madelón, junto a Alan Sosa, el tercer arquero del último plantel, que dejó de pertenecer a la institución hace algunas semanas.
Se terminó de armar el grupo de trabajo que acompañará a Juan Manuel Azconzábal en Unión. Como primer punto de partida, una aclaración: los cuerpos técnicos los arman los técnicos. Y no me parece mal que ellos elijan porque debe existir conocimiento mutuo y armonía para que el grupo funcione. Antes, los entrenadores llegaban en soledad a los clubes; a lo sumo con el preparador físico. El ayudante de campo se lo ponía el club o directamente no había. Y a los arqueros, los entrenaban ellos mismos. Hoy es otra cosa. Los cuerpos técnicos tienen uno o dos ayudantes de campo (o técnicos alternos para buscar un nombre que les otorgue más “prestigio”), hoy son dos los preparadores físicos, el entrenador de arqueros y muchos han adoptado la figura del analista de videos (en el cuerpo técnico de Madelón lo desempeñaba Luca Marcoggiuseppe, más allá de que luego se ubicó a la par de un técnico alterno, inclusive trabajando en lo táctico junto al “Moncho” Ruiz).
Azconzábal había decidido llegar a Santa Fe con su ayudante de siempre —el Pepi Zapata— y el profesor Jorge Funes. Sumó a alguien que conoce muy bien (jugaron juntos en Estudiantes y luego estuvieron en un momento de bonanza para el Vasco como fue aquél paso por Atlético Tucumán) como el tucumano Raúl Aredes. Y el club aportó a dos profesionales que hicieron muy bien las cosas en el tiempo que llevan en el club: el profesor Hugo Díaz y Rodrigo Llinas.
El Litoral El profesor Hugo Díaz, colaborador de Mariano Lisanti en este último tiempo.
El profesor Hugo Díaz, colaborador de Mariano Lisanti en este último tiempo. Foto: El Litoral
En estas tres últimas incorporaciones, hay una fuerte “impronta” tatengue. Raúl Aredes estuvo un año en Unión y jugó poco, no porque le faltaran condiciones (era un enganche con llegada al gol, que luego tuvo un paso esplendoroso por la “U” de Chile como jugador), sino porque delante suyo estaba nada menos que Madelón.
Hace un tiempito, cuando Aredes estaba de ayudante del Vasco en Atlético, dialogó con El Litoral recordando aquél 1989-1990, cuando fue uno de los pocos refuerzos que sumó Humberto Zuccarelli (el padre del actual secretario deportivo tatengue) para jugar en Primera. “Me acuerdo perfectamente de ese año, primero porque en Unión me trataron de maravillas y, además, porque la pasé muy bien a pesar de que jugaba poco. El otro día nos encontramos con Madelón y recordamos aquellos tiempos. Yo le decía a Leo que me dejara jugar un ratito, pero no me hacía caso...”, señalaba por entonces y en tono de broma.
El Litoral Raúl Aredes con el jefe de Deportes de El Litoral en cancha de Atlético Tucumán. Muchos recuerdan aquélla famosa discusión sobre si él y Madelón podían jugar juntos. Lo hicieron pocas veces, en ese equipo que dirigía el Flaco Zuccarelli.
Raúl Aredes con el jefe de Deportes de El Litoral en cancha de Atlético Tucumán. Muchos recuerdan aquélla famosa discusión sobre si él y Madelón podían jugar juntos. Lo hicieron pocas veces, en ese equipo que dirigía el Flaco Zuccarelli. Foto: El Litoral
Recién cuando Madelón y Echaniz, en el momento que el equipo estaba en una buena posición en la tabla (llegó a estar en el cuarto puesto) y ya sin problemas por el descenso, fueron transferidos al Saint Polsten de Austria, Aredes tuvo la chance de jugar y tuvo algunos partidos destacados, como aquél con River en el Monumental en el cierre de aquella temporada. Conoce el club, sabe adónde viene por más que esto ocurrió hace 30 años.
En cuanto a Díaz y Llinas, si bien era un secreto a voces, también se lo debe tomar como un estricto acto de justicia. Hugo Díaz se ha perfeccionado en este último tiempo y los propios jugadores del último plantel se encargaron de poner en valor el exigente e inusual trabajo de mantenimiento que se debió hacer durante esta pandemia. Rodrigo Llinas es un producto bien genuino de Unión, llegó a atajar en la primera, luego continuó su carrera en otros clubes y asumió esta función de entrenador de arqueros cuando el técnico del equipo era Juan Pablo Pumpido, a principios de 2017. Desde entonces, Llinas estuvo en ese rol, continuando durante la última etapa de Madelón, que se prolongó por casi tres años. En su caso, como el de Díaz, con un perfil bajo, de seriedad y de mucho trabajo que fue valorizado por todo el plantel.