El escenario agrícola venía reforzando el optimismo productivo, teniendo en cuenta las necesidades económicas que tiene el país en estos momentos, que seguirán todos estiman- un curso idéntico en los próximos meses, en lo que se denomina el período pos pandemia. Muchas de las expectativas de una sostenida apreciación de recuperación de nuestra economía están puestas en el resultado de la campaña granaria en marcha. Pero, otra vez en el horizonte aparece un período de sequía y ya los pronósticos dejaron de ser tan auspiciosos como hace dos meses.
El déficit hídrico en parte del área agrícola nacional, esto es el corazón de la denominada “zona núcleo”, que integra nuestra provincia, por ahora no se advierte un gran impacto negativo aunque basta con acceder al informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (Bcba) para entender que los cambios no todos tan negativos por el momento- están ocurriendo. Por ejemplo, ante la falta de lluvias en Entre Ríos, Santa Fe y el centro-norte bonaerense avanzó la siembra de trigo y la cosecha de maíz. En el caso del trigo ya se alcanzó a cubrir el 87% de las 6,5 millones de hectáreas estipuladas para el cultivo en esta temporada. No obstante, sin precipitaciones habría que comenzar a pensar en una reducción de la superficie empleada para el cereal. En el caso del trigo, si bien la falta de precipitaciones complica la siembra de invierno, esto puede permitir mantener un adelanto interanual de 33,3 puntos porcentuales en las labores de recolección del cereal de verano, con un rinde promedio nacional de 83,1 quintales por hectárea.
Menos optimista es el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), cuyos analistas consideran que “hasta hace un mes se esperaba implantar 7 millones de ha, pero, tras la falta de agua, la siembra quedaría limitada a 6,6 millones de ha en el mejor de los casos. Si no llueve en 50 días, pueden perderse más de 200.000 ha trigueras”, subrayaron.
Lamentablemente, hay que coincidir con los expertos que siguen señalando que la falta de agua ha tomado de rehén al trigo. “Podría haber sido el año del trigo, con un récord de siembra que habría dejado atrás la barrera de 7 millones de ha. Pero la falta de agua se interpuso en las posibilidades de siembra y la nueva meta triguera es alcanzar a cubrir 6,6 M ha. Y no será fácil. Faltan por sembrar casi 1,3 M ha con trigo, por lo que el área puede seguir cayendo”, insisten al ampliar el pronóstico.
Quizá sea necesario apelar a otros técnicos para entender la situación. “Los pronósticos no muestran lluvias que puedan modificar la condición hídrica de los suelos mediterráneos”, explicó José Luis Aiello, Dr. en Ciencias Atmosféricas. En consecuencia, el período seco, que abarcó el trimestre de otoño, sigue extendiéndose en julio. Todo ello significa que queda atrás la siembra más importante de la historia en la región. Los datos son concretos: en el centro-sur de Santa Fe y en el sudeste de Córdoba quedó un 5% de la superficie proyectada que no pudo ser implantada por la falta de humedad superficial.
Para entender lo sucedido debe indicarse que el otoño 2020 dejó un saldo negativo de 100 mm respecto a la media histórica. Recordemos que en otoño de 2019 no había piso para ingresar con las sembradoras en gran parte de la zona mencionada. Durante la última semana en las zonas norte y oeste del área agrícola, no se registraron lluvias importantes. Los técnicos estiman que esta situación podría mantenerse hasta entrada la primavera. “Bajo este escenario de falta de lluvias y ausencia de pronósticos en el corto plazo, las zonas que presentan déficits hídricos podrían continuar restando superficie debido a la imposibilidad de concretar la escasa superficie aún pendiente”, advirtió finalmente el informe semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.