Recorridas nocturnas. Una de las tantas acciones solidarias que los voluntarios realizan en busca de lograr más equidad social.
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Fundación Sí es una ONG de alcance nacional que tiene como principal objetivo promover la inclusión social de los sectores más vulnerables de la Argentina. Nació en 2012 y su surgimiento se debió, fundamentalmente, a las ganas de 16 voluntarios que se conocían de otras organizaciones, y que compartían el objetivo común de trabajar con proyectos de largo plazo que pudieran transformar la realidad de las personas con mayores carencias sociales y económicas. Su principal referente es Manuel Lozano (ver foto), conocido por sus apariciones en entrevistas en medios de comunicación nacionales.
María de Jesús Espil es la coordinadora del equipo de comunicación de la fundación. En diálogo con El Litoral, contó que la ONG está conformada en un ciento por ciento por voluntarios. “Somos 2.800 aproximadamente en todo el país. Y en cada ciudad tenemos un equipo diferente que desarrolla distintos proyecto de inclusión social. Realizamos recorridas nocturnas para visitar a las personas que están en situación de calle; talleres con niños y adolescentes en centros comunitarios; tenemos residencias universitarias para jóvenes que viven en zonas rurales y que no cuentan con la posibilidad de estudiar en las urbes donde están las universidades y los terciarios. En definitiva, lo que persiguen todos nuestros proyectos es equilibrar un poco las posibilidades de aquellas personas que no la tienen tan fácil”, subraya.
La idea de Fundación Sí es formar un equipo de voluntarios en cada ciudad del país.
Gentileza Manuel Lozano, el rostro y líder de la ONG Fundación Sí.
Manuel Lozano, el rostro y líder de la ONG Fundación Sí. Foto: Gentileza
Llegada a la capital
Actualmente son 44 los grupos armados que trabajan en la fundación: “Y nos llegó de parte de algunos vecinos de Santa Fe el interés de desarrollar un equipo local. Así es que empezamos un proceso de capacitaciones con algunos de ellos, y la idea es convocar a más personas que tengan ganas y tiempo de conocer un poco más a la fundación, de saber cuáles son nuestros proyectos y de sumarse a este voluntariado, que lo que persigue es poner cada uno su granito de arena a través del trabajo comunitario”, explicó Espil.
—¿Cuál es el objetivo a corto y mediano plazo en Santa Fe puntualmente, y cuando se comenzaría el trabajo de campo en concreto? ¿Hay fechas estimativas?
—En Santa Fe estamos organizando para las próximas semanas una primera reunión. Por la pandemia del Covid-19 estamos imposibilitados de viajar y hacer una reunión presencial, así que seguramente será a través de una reunión virtual donde conozcamos a todos los interesados y les contemos un poco más acerca de cuáles son los próximos pasos.
Pero en principio, como nuestros proyectos son de largo plazo, siempre empezamos con un relevamiento para conocer cuáles son los centros comunitarios con las que podemos trabajar y a partir de ahí y del equipo de voluntarios interesados, se empezarán a planificar las acciones a desarrollar en el futuro.
Uno de los primeros proyectos con los cuales trabajó la ONG fueron las recorridas nocturnas. “En la ciudad de Buenos Aires hay muchas personas que viven en situación de calle y nuestro trabajo con ellos particularmente tiene que ver con el acompañamiento y la generación de un vínculo de confianza, para poder transformar esa situación en la que se encuentran, siempre de acuerdo a la voluntad de cada uno de ellos. Lentamente se nos fue ocurriendo que en distintas ciudades de la Argentina también debían tener la necesidad de desarrollar éste u otros proyectos, pero sobre todo había muchas ganas de participar de personas que estaban interesados en ser voluntarios en proyectos que no implicarán ninguna vinculación política ni religiosa”, detalló la coordinadora.
La fundación y el Covid
—¿Se incrementaron las necesidades y las carencias durante la cuarentena?
—Las personas que concurren a los centros comunitarios y que son nuestros voceros y nuestros ojos en los barrios más vulnerables, nos cuentan que por la situación de aislamiento obligatorio muchos que tenían algún trabajo informal se encuentran imposibilitados de generar ingresos. En ese sentido, se multiplicó mucho el trabajo de los centros comunitarios. También para nosotros como fundación se nos complicó, porque no podemos tener el acercamiento físico habitual.
Por ende, se nos transformó la tarea de asistencia en los centros comunitarios: a través de nuestra página web armamos como un supermercado virtual que nos permite hacer compras de pequeños montos, para poder luego a ese dinero que recaudamos convertirlo en mercadería y trasladarla a las familias que están sin posibilidades de generar recursos propios. Así que estamos desde hace más de 100 días trabajando con esta campaña que se llama “Súper Sí”, colaborando con 460 comedores de todo el país, con equipos desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Y en la medida en que se van liberando las ciudades, también enfocamos el trabajo en aquellas que se encuentran más limitadas o cerradas".
Situación delicada
La asistencia a las personas que están en situación de calle es uno de los proyectos más fuertes de la fundación. “Empezamos a hacer nuevamente las recorridas nocturnas. Pero como no podemos hacerlas todos los días, tal como lo hacíamos previo a marzo, las realizamos con voluntarios que tienen autorización de circulación. Son recorridas diferentes a las del resto del año: acercamos alimentos calientes y abrigos”, describió Espil. “El trabajo de la fundación en esta pandemia se transformó un poco, pero eso es una de las características nuestras tener que flexibilizarnos de acuerdo a lo que nos marca la realidad y la necesidad de cada momento”, cerró.
“El trabajo de la fundación en esta pandemia se transformó, pero eso es una de las características nuestras: tener que flexibilizarnos de acuerdo a lo que nos marca la realidad y la necesidad de cada momento”, asegura Espil