Es un puesto silencioso, sin aplausos, pero es la pieza mágica que hace funcionar un equipo. Desde los 5 años viste la camiseta de La Salle y con esos colores consiguió los títulos más importantes de la institución, con Juan Carlos Lapalma como DT.
El Litoral Frente a Colón. Manuel Méndez es y será uno de los grandes valores surgidos en las canteras del club colegial.
“Manu” está allí, al lado de los talentosos. De los que entusiasman, con el pase genial o la jugada impensada. Cerca de los que gozan con la mayor satisfacción del fútbol: el gol. De los que se convierten en ídolos por goleadores, por hacer reír o llorar a la gente con sus conquistas. A la par del deslumbrante defensor, que pasa al ataque, que sorprende, que puede soñar con el arco de enfrente. Él está cerca de todos. Pero casi no puede emocionarse con el grito de gol, ni gozar con la creación de una jugada inventada, ni siquiera ilusionarse con el arco de enfrente.
Trabajo oscuro, silencioso, sin aplausos, casi sin reconocimientos. Aunque tan importante, que casi todos dependen de él.
Manuel Méndez, con 29 años es, en realidad, la pieza fundamental del equilibrio de un equipo. Es el que compensa cada sector, cada lugar, es el que batalla por reconquistar la pelota y luego darle el destino justo y necesario.
En la actualidad, y a la espera de la vuelta al trabajo físico en grupos y luego al torneo liguista, Manuel Méndez realiza tareas en los espacios verdes autorizados. “Sinceramente estoy en un mal momento futbolístico, en el sentido que esta pandemia me hizo replantear muchas cosas. Soy consciente que este año no vamos a jugar así que estoy buscando otras opciones para motivarme”, dijo apenas comenzó la nota.
—La Salle, ¿de principio a fin?
—Estoy jugando en La Salle desde los 5 años. Este club es mi vida y los que me conocen saben que es así. Acá, en Cabaña, viví los mejores momentos de mi vida y conseguí cosas muy importantes para el club. Esto no lo cambio por nada.
—¿Hay volante tapón para rato en Cabaña?
—Estoy grande, y a esta altura los objetivos personales son otros. Pero eso no quiere decir que deje el fútbol. Todo lo contrario, es mi pasión, mi cable a tierra y es el lugar que ocupo para disfrutar con amigos de toda la vida y con los nuevos que se preparan para vestir esa camiseta que le vamos a dejar en un tiempo no tan lejano.
—¿Cuál fue el mejor momento desde que vestís la camiseta de La Salle?
—Cada etapa tiene grandes y emocionantes momentos. Yo viví cosas muy lindas en cada una de las categorías. Igual no puedo dejar de mencionar el título que conseguimos en San Justo y la participación en el Regional. Eso es muy importante por la movida de la familia de cada uno de nosotros, de los amigos y allegados al club. Fueron tiempos inolvidables que quedarán en el recuerdo de cada uno de nosotros.
—¿Estás enojado con el presente que nos toca vivir?
—La verdad que este momento me pone de mal humor pero es porque el fútbol es mi pasión como la de tantos deportistas. Igual, hoy estamos esperando que toda esta pesadilla pase cuanto antes y podamos volver a encontrarnos en las canchas de fútbol.
La Salle, un semillero que sigue creciendo
El Litoral
Foto: El Litoral
Manuel Méndez pasó por cada una de las categorías del club colegial. Premios individuales, especialmente los grupales, forman parte de la vitrina que ilustra la institución. De la mano de Juan Carlos Lapalma llegaron los trofeos más preciados para su rica historia como futbolista: campeón liguista y la gran participación en el torneo Regional luego de haber obtenido el ascenso. Con sentido de pertenencia para Manuel Méndez, todo es posible. En la imagen, Méndez es el quinto jugador, ubicado abajo de izquierda a derecha.