Muchas preguntas, pocas respuestas. La pandemia del Covid-19 arrojó múltiples interrogantes en el sector educativo. En el nivel superior, ámbito que cobija las grandes discusiones de la humanidad, el coronavirus aceleró procesos de conexión que se encontraban pendientes. El caso fue distinto en las casas de estudio que transitan el camino de la innovación. Frente al aislamiento preventivo, la Universidad Siglo 21 desplegó su lógica de estudio, implementando la virtualidad sobre los constantes cambios que transita el mundo, con la modalidad conocida como Educación Distribuida Home que viene desarrollando hace más de diez años.
“Somos la universidad líder en educación mediada por la tecnología. Para nosotros no cambió mucho, excepto por el espacio de trabajo. Salimos de nuestro espacio común y cumplimos de igual forma con las tareas desde nuestros hogares”, afirmó a El Litoral el Coordinador del Centro de Aprendizaje Universitario de la Siglo 21 en Santa Fe, Oscar Matiller.
El Centro local cuenta con unos 1600 estudiantes de la región, conformando uno de los volúmenes más grandes del estudiantado, abarcando las localidades de Santa Fe, Santo Tomé, Esperanza, Rafaela, Santa Carlos, San Justo, Calchaquí, Vera, Reconquista, Gálvez, Funes.
Los alumnos conformaron la principal preocupación del CAU Santa Fe en el comienzo de la pandemia, pero Matiller comentó que el trabajo resultó exitoso. “Primero se aprobó que rindan examen final integrador que era forma presencial quienes tenían que viajar a Córdoba, ahora desde sus hogares. Luego, en Santa Fe también inmediatamente se constituyó el Tribunal Evaluador, logrando que dos estudiantes pudieran defender su tesis y recibirse de forma online. Ahora, seguimos con la toma de los parciales. Todo online. El alumno se inscribe desde su casa, estudia en su casa, rinde en su casa. Al menos hasta que retomemos con la nueva normalidad”, sostuvo.
-¿Cuánto de la experiencia consolidada les sirvió para afrontar la educación en cuarentena?
-Somos una universidad federal, llevamos 25 años de educación distribuida con presencia extensa en todo el país. Contamos con más de 350 Centros de Aprendizaje, tenemos más de 67.000 alumnos y 28.000 egresados, desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego y desde Misiones hasta Mendoza. En el CAU Santa Fe somos cerca de 1600 alumnos de toda la zona. Incluso contamos con un alumno en La Antártida. Esto demuestra que somos la universidad más elegida por los argentinos, lo cual marca soberanía, porque la educación es también soberanía.
Nuestra Universidad favorece y motiva la actividad personal, propositiva, que el alumno se enriquezca. Esto se debe a que los planes estudio, que cuentan con validez nacional y son reconocido por la Coneau, pueden completarlos a su tiempo. Tal es el nivel de profesionales que en el caso de nuestros egresados, el 90% ocupa puestos de gerencia y dirección de empresas.
Contamos con la ventaja de tener un sistema complementario. Aquel estudiante que viva alejado de los centros urbanos y no puede viajar todos los días a clases, tranquilamente puede estudiar en la Siglo 21. Esto para nada compite con el sistema tradicional, que tantas veces se pretende oponer.
-La pandemia ha obligado a la adaptación a muchas casas de estudio tradicionales ¿Cómo evalúa el desarrollo educativo bajo esta modalidad obligada por el contexto?
-Hablamos de educación mediada por tecnología para referirnos a que los estudiantes pueden estudiar lo que les gusta sin la necesidad de desplazarse a las grandes ciudades. Las universidades tradicionales también han ido incorporando la educación mediada por tecnología. Pero la pandemia ha obligado a pensar esta modalidad y a incorporarla a los planes de estudio. En Siglo 21 es nuestra modalidad habitual, ya con años de experiencia en la misma.
Todos los niveles de educación se vieron afectados por la pandemia, pero es algo que se venía imponiendo por la modernidad y la tecnología que disponemos. Hoy por hoy, donde hay un celular y la conectividad suficiente, ya se puede estudiar. Es un mundo maravilloso siempre y cuando se cuenten con los recursos.
-¿Han encontrado dificultades para desarrollar las actividades?
-En nuestro caso, ninguna dificultad. Sin embargo, a lo largo de la provincia notamos distintas situaciones. Nos pasa que cada vez que nos alejamos de la ciudad de Santa Fe, se vuelve insuficiente la señal de celular. Si en un lugar de cercanía pasa eso, qué queda para el resto o las otras provincias. Las empresas proveedoras del servicio deberían aprovechar la oportunidad para renovar el sistema y la estructura.
También tenemos que considerar la distribución de tecnología. También soy docente del Instituto Brown y fui testigo de la entrega de computadoras por parte del gobierno en años anteriores. Lamentablemente, es algo que se discontinuó. Tenemos que ir incorporando la tecnología para que el plan de estudios de un alumno no se corte en ningún momento.
La pandemia nos agarró sin esto, por lo que se recurrió a la televisión pública, los cuadernillos, la radio. En nuestro caso, al ser una universidad privada pedimos como que cada uno tenga estos requisitos. De nuestra parte, buscamos que los Centros de Aprendizaje Universitarios tengan una buena conectividad. Incluso, tenemos doble empresa proveedora por si hay cortes, pero entendemos que esa no es la realidad de cada hogar.
-¿Cuán cerca considera que estamos de retomar las actividades (educativas y administrativas) de forma presencial?
-Es una situación compleja, donde se va analizando día a día. El sector administrativo volvió con turnos rotativos y sin atención de alumnos, de acuerdo a los protocolos y con la habilitación del gobierno provincial.
Respecto a las clases y exámenes creo que todavía va a faltar algún tiempo. Debemos ser cautos. La realidad está marcada por la urgencia económica, pero el riesgo del virus está latente.
-¿Cómo los encuentra el escenario económico?
-Tenemos una situación particular. Debido a que nuestras clases y exámenes siguieron funcionando, no nos vimos tan afectados. En Santa Fe, crecimos el 16% en cantidad de alumnos con respecto al año pasado. Nuestra perspectiva era de un 50%, pero los número son positivos en el marco en que se está desarrollando todo.
Por otra parte, se mantuvieron los pagos en las cuotas. Para aquellos que manifiesten alguna complicación, otorgamos mayores plazos y promociones con tarjetas de crédito. Volvieron los planes de pago y se están aprovechando porque son cuotas fijas en pesos y pueden asegurar el monto de la cuota.
Muchos de nuestros estudiantes trabajan en la administración pública, la policía, el Poder Judicial y Legislativo, por lo que nos favoreció. Distinto sucede en otras plazas, como Córdoba, que tiene más desarrollo en la industria automotriz y hubo muchas suspensiones. No se trata de una competencia entre el sector público y el privado, es un sistema complementario. En este momento, a los dos nos cuesta mucho.
El año pasado, el CAU Santa Fe obtuvo el “Premio a la Persistencia”, que resulta de la comparación entre alumnos inscriptos y en carrera; es decir, cuántos de los que ingresaron continúan realmente en sus estudios. “En Santiago del Estero fue del 92%, pero nosotros obtuvimos el 99%. Fue una grata sorpresa. Es el resultado de mucho trabajo, del acompañamiento constante que se hace de los alumnos y una muestra del sentido de pertenencia que tenemos en el Centro”, pronunció Matiller.
La oferta académica del CAU en Santa Fe de la Universidad Siglo 21 se compone de carreras de grado, pregrado y posgrado, certificaciones internacionales y programas de formación para organizaciones públicas y privadas. Pero algo que no figura en los folletos es el espíritu de trabajo adherido a la capacidad educativa.
Sobre ello, Matiller sostuvo: “Nuestro modelo se basa en un enfoque centrado en el alumno. El modelo de formación en las capacitaciones de las competencias, para que cada egresado pueda trabajar de lo que estudió y tenga un mejor nivel de vida, tanto él como su familia”.
“En total, son más de 40 carreras de grado, pregrado y postgrado, focalizadas en los sectores de trabajo público y privado. Están las carreras tradicionales, pero se fueron incorporando carreras de vanguardia. Por ejemplo, licenciatura en logística, que hoy es necesario en cualquier empresa mediana y grandes. Lo mismo sucede con seguridad e higiene en el trabajo y ambiental. Además, tenemos convenios con múltiples empresas e instituciones amigas para otorgar un descuento especial en matrícula y cuotas mensuales para y favorecer la formación del personal”, agregó.
“Todo esto lo notamos al final de cada año, donde cada grupo de egresado nos muestra su agradecimiento porque pudieron hacer realidad sus sueños para que, en definitiva, podamos tener una sociedad mejor”, completó el coordinador.