Los Reyes Felipe y Letizia, junto con sus hijas, han presidido este jueves en el Palacio Real un emocionado homenaje de recuerdo a las víctimas de Covid-19. En él se ha evocado a los fallecidos y se ha alabado la labor de los sanitarios durante los últimos meses de lucha contra el virus, aunque no se ha realizado en ningún momento una referencia expresa al número concreto y total de muertos por la pandemia.
El acto ha comenzado con la llegada de las autoridades al Patio del Príncipe. Allí, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido a los Reyes, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía; que a continuación han saludado a las autoridades principales, todos ataviados con mascarilla (la mayoría de color negro) y guardando la distancia de seguridad.
Entre ellos estaban las principales autoridades del Estado, el Gobierno al completo, altos representantes de la Unión Europea e instituciones internacionales, todos los presidentes de comunidades autónomas y los expresidentes del Gobierno (excepto Felipe González). Sánchez ha participado en esta línea de saludos detrás de los Reyes y sus hijas.
Tanto la entrada al Palacio Real como el desplazamiento a su interior han dejado algunos momentos en los que se ha podido ver conversar a representantes de distinto signo político, como el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo; o el presidente vasco, Iñigo Urkullu, hablando con el mandatario andaluz, Juan Manuel Moreno.
Además, entre quince y veinte ciudadanos se han congregado a la entrada del Palacio y han aplaudido a los Reyes a su llegada, así como dirigido 'caceroladas' --grabadas con el móvil-- al presidente del Gobierno y el vicepresidente Pablo Iglesias a su salida, con gritos de 'asesino'.
En el homenaje han estado representados todos los partidos políticos nacionales excepto Vox, que ve el acto como "una ceremonia exculpatoria" del Gobierno, al que acusa de "ocultar" la cifra real de fallecidos por la pandemia. Tampoco han participado ERC, Bildu, BNG ni la CUP. Desde ERC han trasladado todo su apoyo y solidaridad con las víctimas pero creen que el acto supone un "blanqueamiento" de la monarquía.