El Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires criticó la aprobación por parte de la Legislatura porteña de la adhesión al protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y sostuvo que “sin vida no hay libertad”. A través de un comunicado que lleva la firma del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, y otras autoridades eclesiásticas, la Iglesia expresó que “cuando se niega el derecho más elemental el derecho a vivir todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo‘, y remató: ‘Sin vida, por ejemplo, no hay libertad.
“Nos lastima y nos duele que en medio de un letal contagio, donde tantos agentes sanitarios y servidores esenciales exponen y arriesgan su vida para salvar la del semejante, los legisladores vean oportuno avanzar en una ley, que ciertamente no es “honrar la vida”, como nos gusta escuchar y cantar a los porteños‘, señaló la institución.
El Arzobispado consideró que “este protocolo ILE contradice las garantías constitucionales a favor de la vida más desprotegida: la de un ser humano por nacer”, y agregó: “¿Quién puede festejar esta aprobación? La interrupción se convirtió en ley, pero sigue siendo un eufemismo, y todos sabemos de qué se trata”.
“No estamos en contra de los derechos de la mujer; sí, a favor de la vida como viene, en toda circunstancia, aun en medio de la pandemia, en los barrios más humildes, en los sectores más pudientes, en todos lados de nuestra querida ciudad debe escucharse: Sí a la vida, sí a las dos vidas”, señaló el comunicado.
Las autoridades eclesiásticas dijeron que entienden “los argumentos que abordan el aborto como un tema de salud, pero estos argumentos conciben a la salud desde un enfoque aislado, como si los seres humanos no fuéramos relación, vínculos, espíritu”.
“Comprendemos que está en juego la salud, pero también comprendemos que la salud no se puede alcanzar descartando a otro ser humano. Por eso, para las mujeres de los barrios más humildes, el aborto es vivido como un drama existencial, personal y comunitario”, agregaron.
Además del cardenal Poli, el comunicado fue acompañado por monseñor Joaquín Sucunza y sus pares Enrique Eguía Seguí; Alejandro Giorgi; Ernesto Giobando; Juan Carlos Ares; José María Baliña y Gustavo Carrara.