La banda panameña invitó a Los Pericos y otros amigos a interpretar “Un millón de amigos”, el clásico de Roberto Carlos. En diálogo con El Litoral, el cantante Emilio Regueira contó sobre la iniciativa, y repasó el presente de estos 25 años de carrera.
Gentileza producción Regueira al frente de la formación, que completan Randy Cuevas, Christian Torres y Javier Saavedra.
Los Rabanes, la banda panameña de mayor proyección internacional, junto con Los Pericos y voces invitadas, realizó una versión ska de “Un millón de amigos”, el clásico de Roberto Carlos. Con ese gesto buscaron trascender fronteras con alegría, superando esta crisis global de la pandemia. Para saber más de esta movida, y de otras que constituyen el presente de esta agrupación con 25 años de carrera, El Litoral se comunicó con Emilio Regueira (voz y guitarra), referente de una formación que completan Randy Cuevas (teclados), Christian Torres (bajo) y Javier Saavedra (batería).
Sumar amigos
—¿Cómo los afectó esta situación? ¿Qué planes tenían para este 2020?
—Bueno, los planes para el 2020, la agenda, se rompió completamente, definitivamente. Algo inesperado. Y casualmente para este 2020 Los Rabanes teníamos la celebración de 25 años de carrera, que los celebramos en base al lanzamiento de nuestro primer disco, “¿Por qué te fuiste, Benito?”, que salió al mercado el 3 de junio de 1995. Han pasado 25 años, y teníamos una presentación masiva en el Coliseo de Puerto Rico; una gira con Los Auténticos Decadentes en México; presentaciones junto a El Tri de México en Guatemala; gira en Orlando y Miami (Florida). Un montón de cosas.
—¿Por qué eligieron “Un millón de amigos” para reversionar? ¿Cómo se resignifica hoy la letra?
—“Un millón de amigos” es un tema increíble, un himno latinoamericano. Y es una canción que siempre habíamos disfrutado, que yo tenía en el subconsciente. Después de estar tantos días en confinamiento, entre cuatro paredes, uno empieza a escuchar música, a explorar; hay más pausa en el tiempo. Y escuchando varias playlists de música latinoamericana me reencuentro con este tema. Entonces es como que haces “click” nuevamente con la letra, con el contenido: esta es una canción que siempre lleva esperanza; es un coro motivador. Tal vez el maestro Roberto Carlos lo planteó un poquito más de época; yo lo hago un poquito más hippie, en cuanto a la época más original de los 70: en cuanto al verde de los campos, de la amistad, de los pajaritos, en un sentido de buena vibra. Pero acá también la pudimos retrotraer, hablando de que estuviera ese simbolismo de amistad más en las redes de sociales, más en nuestro día a día, en esta época que estamos viviendo en la que hay tanta incertidumbre. Queremos ser más amigos, y un millón es algo muy grande, infinito: entre más amigos tengamos, mejor es.
Entre hermanos
—¿Cómo surgió la idea de la colaboración con Los Pericos? ¿Cómo construyeron esta relación entre las bandas?
—Los Rabanes y Los Pericos son bandas hermanas: con ellos hemos hecho festivales en muchos lugares de Latinoamérica y Estados Unidos: Venezuela, Panamá, Guadalajara, Ciudad de México, Miami, Nueva York. Esta banda siempre ha sido una influencia muy grande para Los Rabanes.
En el 2019 nos reencontramos en el Vive Latino en México, el festival más grande de rock latino, diría yo. Y nos volvimos a reencontrar en septiembre en Ciudad de México, en una sala mítica que se llama El Plaza Condesa. Ahí ya quedamos viendo qué podíamos versionar juntos. Pasa lo de la pandemia y aprovechamos para ver si podíamos hacer música desde nuestras casas. Una vez que esta canción ya estaba un poco adelantada, que tenía la influencia del reggae y el ska, invitamos a Los Pericos si querían participar y bueno, creo que vieron lo mismo que nosotros: una oportunidad de llevarle música a todo el mundo, y se sumaron a este proyecto.
—Sumaron voces de otras personas para los estribillos. ¿Cómo fue la convocatoria?
—Sí, también complementamos con los coros de varios colegas de acá de Panamá, que son gente de nuestro día a día: personas que grabaron su video y que cantaron el estribillo. Algunos trabajan con nosotros en sonido, otros son colegas de la música, coristas, jazzistas, gente muy allegada a Los Rabanes; camarógrafos, amigos de la música. Como este es un estribillo tan pegajoso y tan sencillo también grabaron, participaron del video, e hicieron que el coro fuera con mucha gente, que contagiara “a un millón de amigos”.
Activos
—Este año salió “Rabanes and friends, desde el Teatro Nacional de Panamá”. ¿Cómo fue hacerlo y cómo eligieron los invitados?
—Para este 2020 editamos este disco, que ya se había grabado hace un par de años: es un disco conmemorativo, se hizo en el marco de 20 años de celebración, un poco más por ahí. La mayoría de los invitados son gente que tuvo mucho que ver con el inicio de Los Rabanes: grandes invitados de la escena local del rock panameño, latino. La convocatoria fue sencilla, porque estuvieron con nosotros desde el día cero: Os Almirantes, Víctor Juliao de Los 33, el gran Alejandro Lagrotta, Flex Nigga, Osvaldo Ayala, Samy Sandoval (acordeonista del conjunto Samy y Sandra Sandoval); Mundito Archibold, Lourdes Robles desde Puerto Rico (gran amiga nuestra que estaba en Panamá para esos días); Lilo Sánchez de Señor Loop; Leonte Bordanea. Un montón de amigos de la música local de Panamá.
Lo bonito de este disco es que cuando se grabó Los Rabanes fueron la primera banda de rock en hacer un recital en un sitio tan emblemático para las artes en Panamá, como es el Teatro Nacional.
—En esta etapa hicieron la canción “En cuarentena” con la música de “Guantanamera”. ¿Cómo salió eso?
—“En cuarentena” es la versión actual de “Guantanamera”, este himno latinoamericano muy pegajoso, canción del universo, de la vida misma. Un día, bastante golpeado, un poco con los ánimos caídos por todo lo que pasaba (suspensión de conciertos, todo el confinamiento) entré al baño, abrí la regadera, siempre canto un poco debajo de la ducha. Cuando estaba bañándome cantaba “Guantanamera” y después salió “en cuarentena, aquí nadie va pa’ fuera”.
Lo vimos como una readaptación, de llevarle también ánimo, alegría, en una canción tan pegajosa, a todo el mundo que está en nuestra situación, en cuatro paredes. Es una canción que sube el ánimo, en momentos que uno comienza a flaquear un poco con esta situación de la pandemia.
Historia
—Lanzaron al formato digital discos que no estaban en catálogo. ¿Por qué esa faltante?
—Cuando uno está haciendo un patrimonio digital hay que ordenar, reordenar, ver muchos aspectos técnicos; hay que también ver muchas cuestiones de derechos. Ordenar todo en un plan digital, legal, y en un plan también de cómo sacar las producciones. Entonces no es fácil, no es de la noche a la mañana; y las personas lo saben, porque buscas canciones de tus artistas favoritos y te das cuenta: “Oye, pero este álbum no está aquí, este tema no está, o está en otra versión”. Digitalizar la música, el patrimonio de cada artista, es un proceso. Y lo estamos haciendo responsablemente, y cada vez que podamos adelantar trayendo esos temas pues lo hacemos, pero de la manera como se hace. Eso es para todos los artistas de la humanidad, que han tenido carrera previa a las plataformas digitales.
—¿Cómo se sostiene un proyecto artístico como este en el tiempo?
—Primero que somos una hermandad, nos queremos como hermanos. Es verdad que somos una familia, hemos pasado muchas situaciones juntos: mucho éxito, se ha ganado dinero, nos hemos peleado, hemos tenido situaciones difíciles. Como cualquier familia. Pero siempre ha sido un lazo que no se rompe; y también la aventura de hacer siempre nuevas exploraciones musicales, nuevas mezclas, experimentar; combinar ritmos latinoamericanos, folclóricos, con el rock y otras tendencias. Es esa búsqueda eterna la que nos lleva a mantenernos unidos; el respeto y el amor a la música