Baltasar Garzón defenderá al presunto testaferro de Nicolás Maduro
El bufete de abogados del letrado intentará presentar a Alex Saab como víctima de una estrategia política de presión contra Venezuela
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El despacho de abogados de Baltasar Garzón confirmó este miércoles que ha asumido la coordinación de la defensa en un caso que amenaza con poner en jaque el entramado financiero del régimen chavista. El bufete del exjuez representará al empresario colombiano Alex Saab, detenido en junio en Cabo Verde bajo la acusación de ser testaferro del mandatario venezolano, Nicolás Maduro. El equipo legal intentará presentar a Saab, reclamado por Estados Unidos por lavado de dinero, como víctima de una estrategia política de presión contra Caracas.
El International Legal Office for Cooperation and Development (ILOCAD) no se pronuncia sobre las presuntas responsabilidades de Saab y asegura que se encargará del caso “ante las evidencias de que se puede estar incurriendo en malas prácticas por parte de las autoridades norteamericanas”. El despacho entra así en la batalla de la extradición, que siembra inquietud en el entorno de Maduro y que todavía no está resuelta. La línea de la defensa tiene una premisa de carácter político, ya que la detención del presunto operador financiero se enmarca en las investigaciones de Washington contra el régimen.
“Consideramos que existen claros indicios de que se están vulnerando derechos fundamentales por parte del Gobierno estadounidense”, señala el bufete a través de un comunicado. “Es importante destacar cómo muchas de las acciones judiciales en EE UU están condicionadas por los intereses políticos y diplomáticos del Ejecutivo, motivo por el cual se están instrumentalizando para presionar a Venezuela en el plano político internacional”. Garzón, que como magistrado de la Audiencia Nacional procesó en los noventa al dictador chileno Augusto Pinochet y trató de extraditarlo y en 2012 asumió la defensa del fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha declinado por el momento hacer declaraciones sobre la investigación.
Saab, muy próximo a Maduro y, según los señalamientos, una figura clave para las finanzas del aparato chavista, hizo escala en Cabo Verde a mediados de junio. Las autoridades del archipiélago africano lo detuvieron tras recibir una circular de Interpol y su captura no solo dio pie a una rotunda protesta, sino que hizo saltar todas las alarmas en Caracas. El canciller venezolano, Jorge Arreaza, calificó de arbitrario ese procedimiento y recordó que el empresario estaba actuando como representante del Gobierno con inmunidad diplomática.
Empezó entonces el pulso por la extradición a EE UU, una decisión que le corresponde a la justicia local. El despacho fundado por Garzón considera que “el señor Saab se ha visto perjudicado por una serie de irregularidades, tales como una clara falta de proporcionalidad en la acusación, la falta del derecho al debido proceso y las garantías procesales, en caso de ser extraditado”. La defensa lo sitúa, en definitiva, en el centro de un cerco diplomático internacional contra Venezuela, “una estrategia política de guerra jurídica inaceptable por parte de aquel país”.