La Empresa Provincial de la Energía informó oficialmente que su recaudación se incrementó en el último mes, y alcanzó un 90% del total, una cifra bastante mas cercana a los valores habituales para ese servicio.
La Empresa Provincial de la Energía informó oficialmente que su recaudación se incrementó en el último mes, y alcanzó un 90% del total, una cifra bastante mas cercana a los valores habituales para ese servicio.
El dato corresponde a junio y es significativamente mejor que el de abril, cuando la capacidad de cobro se había derrumbado “en un 70%”, según las estimaciones que brindara el interventor de la compañía Mauricio Caussi.
Al comenzar la segunda semana de abril, el funcionario dijo que “el consumo de energía eléctrica ha caído mucho, pero la cobranza cayó mucho más aún”.
El inicio de la fase uno de la cuarentena significó en términos globales un derrumbe de la demanda de la energía eléctrica en todo el país, y en el caso de Santa Fe esa tendencia se reflejó en entre 10 y 15%.
Desde entonces, la conducción de la Epe advirtió que la pandemia tendría duros efectos económicos en distribuidora, a la que consideró “una herramienta estratégica para el desarrollo de la provincia, en manos del Estado, más aún en situaciones de crisis”.
Cabe señalar que usualmente, respecto de la energía facturada la compañía estatal registra unos pocos puntos de boletas impagas ya que cuenta con la posibilidad del corte. Sin embargo, desde que están vigente las disposiciones excepcionales por la cuarentena a nivel nacional, el no pago de las facturas de la Epe se multiplicó.
El concepto de boletas pendientes de cobro por parte de la distribuidora no debe ser confundido con la energía eléctrica que la Epe pierde por hurto o por los enganchados en barrios marginados, que se identifican con las llamadas “pérdidas no técnicas”.