De repente la gélida noche del jueves se transformó en un infierno.
De repente la gélida noche del jueves se transformó en un infierno.
Faltaban algunos minutos para las 20 cuando varios sujetos que se conducían a bordo de motocicletas aparecieron en la zona de Pavón y Sarmiento, esto es, en el corazón de barrio Guadalupe Oeste.
Sin pérdida de tiempo se ubicaron en el frente de una vivienda y desenfundaron armas de fuego. Lo que siguió no es difícil de imaginar. Una feroz balacera se descargó contra las paredes de dicho inmueble, mientras sus ocupantes corrían buscando refugio.
Pero luego de los tiros lo agresores (que cubrían sus rostros algunos con pasamontañas y otros con cascos) no dieron por concluida su faena.
Ahora directamente irrumpieron en el interior de la casa llevando consigo bombas caseras del tipo Molotov (botellas con combustible y una mecha) las que arrojaron encendidas y que provocaron un incendio de magnitud en el lugar.
Dentro de la casa había una mujer con otras personas, las que alcanzaron a escapar entre gritos y corridas antes que las llamas se volvieran incontrolables.
Lejos de dar por terminado el asunto los rufianes se trasladaron unos metros y repitieron la acción contra otro inmueble.
Concluida la demencial faena los agresores volvieron a montar sus motos y escaparon a toda velocidad, no sin antes lanzar frases amenazantes contra todo aquel que se les cruzó en su camino.
Poco después arribaron al lugar agentes policiales de la seccional 8va y personal de la Agrupación Bomberos Zapadores. Fueron éstos últimos quienes durante largo rato lucharon contra el fuego hasta que finalmente lograron la extinción de las llamas.
Si bien lo ocurrido está bajo investigación, existe la fuerte sospecha que los incidentes de la noche del jueves estarían directamente relacionados con un hecho de sangre ocurrido el último sábado en el barrio, y donde perdió la vida un joven de 19 años.
Aquella jornada, poco antes de la medianoche, varios disparos sobresaltaron a los vecinos que residen en la zona de Larrea al 1600.
Los primeros que se animaron a espiar por las ventanas observaron que, tras las detonaciones, un joven había quedado tendido en la calle con varios impactos de bala en su cuerpo.
Poco después el herido (a quien se lo identificó como Daniel Luis Díaz) era cargado en un vehículo particular y trasladado al hospital Iturraspe donde ingresó ya sin vida. Tenía un balazo en el pecho y otro en la espalda.
Como principal sospechoso de este crimen se sindica a otro joven que vive no muy lejos de donde ocurrieron los hechos, y que actualmente se encuentra en condición de prófugo.