Se puede acordar o disentir con sus argumentaciones, pero lo cierto es que las palabras de Julieta Vigo no dejan indiferente a nadie. Obligan, al igual sus proyectos teatrales (basta recordar “Ya es miércoles” o “Malversión de amor”), a volver la mirada sobre distintos aspectos de la realidad y descubrir, en sus pliegues, formas distintas. Mientras el discurso imperante indica que el paréntesis que impuso la pandemia de Covid19 debe ser aprovechado con la misma lógica “productivista” de antes, la actriz, directora y dramaturga propone otra perspectiva. “No tengo ganas de adaptarme a todo. Me corrí un poco de todas esas cosas del ‘hay qué’. ¿Por qué obligarnos a vivir la vida que estábamos viviendo, con ese ritmo y multiplicidad de actividades? El tiempo que marca el mundo es el de detenerse un poco”, señala.
Mientras, a través de reuniones virtuales y otros recursos, avanza con su participación en el armado de la Comedia Universitaria de la UNL (“Las Hortensias también mueren”) que la tiene como protagonista junto a Lautaro Ruatta, Javier Bonatti y Ariel Gaspoz, entre otros, aceptó mantener un diálogo virtual con El Litoral para dejar su mirada sobre la actualidad del teatro y sus perspectivas. “Gracias a la Comedia, tuve de donde agarrarme estos meses para no desesperar. Pero también me pasó con otro grupo que teníamos funciones en Córdoba y nos quedamos con diez pasajes en la mano, con una gira que teníamos que hacer y no sabemos cuando se va a concretar y funciones en mayo ya pedidas”, apunta.
Para Julieta, este es un momento de invisibilización para el sector que exige meditar y no intentar elaborar respuestas rápidas a la pregunta ¿qué se hace con el teatro? “Lo que me pasó fue no querer responder rápidamente. Me pasó que todo el mundo te mandaba a hacer cosas: ‘Ponéte a escribir’ o ‘Ponéte a bailar y filmáte’. Todo eso me parecía como un imperativo que viene del discurso del amo, del capital, que hay que ser productivo y hay que tener una solución, o reinventarse. Pero por otro lado también aparece esa cuestión de ¿cuándo se termina esto?”, reflexiona.
“Para mucha gente fue como si se hubiera cumplido un deseo de parar algo que estaba en un loco movimiento. Eso de querer hacer de todo, sin parar, estar en muchos lugares a la vez. Al mismo tiempo, esa situación se reproduce en las redes. De repente trabajamos el triple porque tenemos que aprender a usar nuevas plataformas. Pero en esa paradoja, uno puede decir: ‘aprovechemos la excusa y no hagamos todo lo que nos mandan a hacer, sin pensar lo que uno quiere”, añade.
Poco a poco, protocolos sanitarios mediante, distintas actividades se fueron abriendo. Sin embargo, las funciones teatrales con público todavía no se habilitaron. Hoy las propuestas están atravesadas por lo virtual, aunque muchas de las opiniones al respecto de los especialistas apuntan a que no se trata, estrictamente, de teatro. La mirada de Vigo va en esa misma dirección. “El teatro se define por la presencia de los cuerpos, por el compartir. Siempre que haya un espectador puede haber un hecho teatral, pero no es el teatro que añoramos volver a hacer. El que queremos es un teatro que espera poder volver a darse en un mismo espacio, en un aquí y ahora, con los cuerpos presentes”, afirma.
No obstante, la actriz y directora no descartó que se puedan producir cambios. “A lo mejor dentro de poco tiempo empezamos a llamar teatro a una plataforma donde hay gente en vivo y otra gente que mira mediada por una tecnología, pero me parece que define mucho el hecho de salir para ir al teatro, de llevar el cuerpo a un lugar. Eso está en crisis, y a lo mejor después volvemos a ponerle nombre a las cosas y decidimos que sí es teatro, aunque no salgamos de casa. Pero me parece que el teatro empieza en el espectador, en un espectador que dice: ‘voy a ir al teatro’”, considera.
La certeza de que la pandemia será superada en algún momento es clave. “Sabemos que vamos a salir. Se crearon nuevas formas pasajeras, algunas de las cuales van a instalarse y quedarán, pero todos sabemos que en algún momento vamos a volver a trabajar como antes. Estamos un paréntesis. Se pueden hacer un montón de cosas mediadas por la tecnología, pero el teatro tal como lo conocíamos estaba vinculado al deseo de salir a un encuentro y a una cita”, destaca.
Otra de las aristas de la actual coyuntura es el drama que atraviesa mucha gente vinculada al teatro, sobre todo aquellos que dependen exclusivamente de la actividad para mantenerse. “Hay gente que vive del teatro y en ese sentido no puedo negar que el teatro está pasando un momento dramático. Estamos en un momento de mucha pérdida. Pero también la vida es pérdida y ganancia, ganar y perder. Es un momento de pérdida y sufrimiento, pero también de cosas nuevas. Donde uno ve gente muy activa y contenta de hacer cosas nuevas”, finaliza Julieta.
“Las Hortensias también mueren” dirigida por Lautaro Ruatta es la obra seleccionada para la Comedia Universitaria 2020, en la que participan entre otros Julieta Vigo, Javier Bonatti, Ariel Gaspoz. Ensayos y reuniones virtuales permitieron dar continuidad al proyecto, que si la emergencia sanitaria lo permite, se estrenará en noviembre. “Tuvimos la suerte de improvisar en marzo, después bajamos todo el material, ya teníamos el texto y en todo este tiempo estuvimos trabajando en vestuario, escenografía, seminarios de danza y de canto y construcción de muñecos”, cuenta Julieta. Se trata de una obra con dramaturgia propia, inspirada en en el cuento “Las Hortensias”, del uruguayo Felisberto Hernández.