Llegan las obras a Loyola, pero preocupa el mientras tanto
El Litoral Dar vuelta la página. Postal de barrio Loyola, un complejo habitacional compuesto por casi 400 casas y departamentos, que históricamente tuvo padecimientos con el servicio de agua.
Durante el último verano, la opinión pública en Santo Tomé se centró -entre otras cosas- en el problema del agua del complejo habitacional San Ignacio del Loyola. Fue común observar en redes sociales los constantes reclamos referidos a lo que salía de los grifos de las casas del lugar, que por su apariencia y olor, lejos estaba de ser un servicio potable. Las palabras y fotos escritas se transformaron en multitudinarias protestas frente a la Municipalidad solicitando mejoras en la prestación, las que además dejaron postales características del problema: vasos y botellas cargadas con el líquido que fluía por las cañerías domiciliarias alimentadas por el tanque del distrito barrial.
Según relevamientos concretados por los propios habitantes del lugar, de las alrededor de 385 unidades habitacionales entre dúplex, casas y torres, prácticamente la mitad tenía o continúa teniendo turbios inconvenientes. Como solución provisoria, la Municipalidad realizó varios empalmes tipo by pass que permitieron conectar la red del Loyola a los tanques Central y General Paz (provistos por el Acueducto Desvío Arijón), a modo de parche hasta pensar y gestionar la solución definitiva. A su vez, entregó bombas y cisternas ante los inconvenientes de presión que persistían en algunos sectores.
Tras pasar agua bajo el puente, finalmente las soluciones se anunciaron algunos días atrás. El Municipio santotomesino informó las obras que se desarrollarán para mejorar definitivamente el servicio de agua potable en el complejo y, complementariamente, en otros sectores de Santo Tomé.
El Litoral ¿Confiables? Así están varios de los medidores de agua del complejo Loyola. Denuncian irregularidades en su funcionamiento.
¿Confiables? Así están varios de los medidores de agua del complejo Loyola. Denuncian irregularidades en su funcionamiento. Foto: El Litoral
Junto a la Provincia, se definieron las alternativas que permitirán abastecer a miles de vecinos con agua de óptima calidad. La idea se centra, básicamente, en ejecutar una conexión desde la cisterna sur, que llegará al barrio a través del tanque ubicado en General Paz. De esa manera el agua recuperaría sus condiciones y, además, terminarían los históricos dolores de cabeza por la baja presión. Ahora solo falta saber fecha de inicio de obras, ya que -expresa el gobierno local- la Provincia “ha asumido la decisión policía de llegar al próximo verano con la obra terminada”.
Desde adentro
Si bien el barrio tomó bien la novedad, lo que sigue preocupando es el mientras tanto, porque las canillas continúan vertiendo problemas. Así lo confirmó a El Litoral Cristina López, vecina del barrio, quien manifestó su beneplácito por las obras anunciadas pero aseguró que la calidad del agua sigue generando dudas y la presión es excesivamente baja. “En algunas de las casas ubicadas en calles como Centenario y Roca, a veces directamente (el agua) no sale, lo que provoca que se rompan calefones, termotanques y hasta lavarropas; esto terminó de agravarse hace unas dos semanas, cuando notamos que el servicio sólo funcionaba de noche”, graficó. La integrante de la Asociación Civil San Ignacio del Loyola manifestó que aún sigue saliendo turbia, con olor a cloro o directamente nauseabundo, lo que obliga al gasto extra de tener que comprar bidones.
‘Por esta situación nos eximieron del pago del servicio por varios meses, y a pesar de haber solicitado una prórroga, en julio volvieron a llegar las boletas con irregularidades tremendas en las mediciones; tenemos relevamientos fotográficos de medidores que directamente están inutilizados‘, añadió López.
Esto disparó la presentación de una nota en el Enress el martes pasado, pidiendo el acceso a la información pública de los análisis del agua que -según la vecinalista- “se efectuaron sobre el servicio del barrio”. El ente tiene 15 días para responder.
Otras intervenciones
En relación a otros aportes y tareas vinculadas al servicio de agua potable que se concretarán en barrio Loyola y en otros sectores de la ciudad, en la semana la intendenta Daniela Qüesta informó que se inició el proceso de compra de 55 tanques que se donarán a las viviendas de dos plantas ubicadas en el complejo. Esto se sumará a lo efectuado el verano pasado, cuando el Municipio compró y entregó 10 tanques y bombas de impulsión para mejorar la presión en las torres que no contaban con ese equipamiento reglamentario. “Si bien son cuestiones que deberían resolver los particulares, entendemos que en el marco de esta situación es importante que hagamos un aporte adicional desde la Municipalidad”, consideró la mandataria. “En una próxima etapa, nos enfocaremos en las 158 casas de planta baja que todavía no cuentan con su tanque de reserva”, adelantó.
Asimismo, Qüesta comunicó que en unos días, se publicará en el boletín oficial el llamado a licitación para realizar una obra que mejorará el ingreso de agua desde la cisterna norte al tanque Central, lo que permitirá a su vez optimizar los niveles de presión en un amplio sector de la ciudad. Haber conectado la red del complejo Loyola al sistema del tanque Central, sobreexigió la capacidad de este último y se generaron problemas de presión en otras zonas, con los consecuentes episodios de precipitación de hierro en las cañerías.