La comunicación necesaria para sostener el vínculo pedagógico en la distancia resulta escasa. La falta de conexión a internet y la carencia de dispositivos personales han demostrado ser los principales condicionantes para la educación en contexto de pandemia. Tanto alumnos como docentes padecen la ausencia, reduciendo la interacción al envío de tareas. El inconveniente se vuelve mayor a la hora de planear la vuelta a las aulas que, desde que suceda hasta que se encuentre una vacuna, alternará entre la presencialidad y la virtualidad.
Según un informe del Observatorio Argentinos por la Educación, con autoría de Mariano Narodowski, Víctor Volman y Federico Braga, la principal razón de la comunicación escolar en la cuarentena fue el envío de actividades, al punto que solamente uno de cada cinco establecimientos implementó clases en vivo por medio de Zoom o Meet.
El reporte es el primero de una serie de cuatro que integrarán un estudio final sobre la “frecuencia y fines del vínculo pedagógico en cuarentena”. Los próximos informes indagarán respecto a dispositivos y medios de comunicación para mantener el vínculo; tiempo destinado a actividades escolares y acompañamiento de adultos; y percepción respecto a la pérdida de aprendizajes y conformidad con los docentes.
En el período de clases en cuarentena se pudo cumplir con la continuidad pedagógica solicitada; pero al indagar cómo fue la manera de enseñar, se observó que los métodos sincrónicos fueron prácticamente nulos (0,8%). En contraposición, los métodos asincrónicos ocuparon el 81,6% de las respuestas y los mixtos un 17,6%.
Una clase sincrónica refiere a un encuentro brindado en tiempo real (en vivo) a través de un dispositivo de conectividad entre los alumnos y el docente. En tanto, la referencia asincrónica trata de explicaciones brindadas a través de actividades para que los estudiantes realicen por su cuenta.
“Pudimos ver que la comunicación fue básicamente asincrónica. Las estrellas de la educación remota fueron WhatsApp y el mail. Existe una sobrerrepresentación de las plataformas como Zoom; la inmensa mayoría no las usa. Los resultados se vuelven contundentes porque, al ser online, a la encuesta la pudieron responder únicamente las familias que tienen conectividad”, sostuvo Naradowski, al momento de la presentación por videoconferencia.
De acuerdo al relevamiento de las prácticas escolares, en el contexto de pandemia el 90% tuvo contacto al menos una vez por semana, el 51,0% manifestó tener comunicación diaria y solo un 8,1% dijo que se da cada dos semanas. Sin embargo, el motivo más frecuente de las comunicaciones consistió en que los docentes envíen tareas, los alumnos la completen y luego las devuelvan a sus maestros (87,8%). En menor proporción, se sucedió la utilización de plataformas, blogs o páginas web (17,9%) con interacción “a la carta”. Por último, se ubicó la utilización de clases grabadas (8,4%) para un aprendizaje “on demand”.
Por otro lado, el 40,8% de los encuestados dijo que hubo comunicación para conocer cómo estaban los alumnos e interesarse por la situación personal o familiar. Resultados que, según aclara el informe, son consistentes con diversos estudios anteriores.
En España, según un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios, solamente uno de cada tres alumnos de primaria no tuvo clases online en el confinamiento. En el caso de los colegios concertados, estas clases han llegado al 84%. En este país, el estudio reveló que un 20% de las familias tuvo que adquirir dispositivos a propósito y que un 14% de los niños se vio obligado a tomar clases con un móvil durante el confinamiento.