En Venezuela —que ha estado en cuarentena desde el 16 de marzo, tres días después que se confirmaron los dos primeros casos en el país— se registraron 15.463 casos de coronavirus. De ese total, 14.018 fueron detectados entre el 1 de junio y el 26 de julio, periodo en el que la cifra de fallecidos saltó de 14 a 142.
Maduro comentó que muchos venezolanos no toman en serio el COVID-19. En ese sentido resaltó que 70% de los contagios registrados en la capital venezolana y el vecino estado Miranda están vinculados a “fiestas y celebraciones”. En Caracas hay 1.746 casos activos.
Otros nueve estados retomarán las actividades a partir del lunes, entre ellos el sector bancario, las tiendas minoristas de autopartes y los talleres mecánicos, así como las industrias química, de textiles y del calzado. En los ocho estados restantes, donde el número de contagios es muy bajo, la “flexibilización” se ampliará a 62 sectores, acotó.
En los municipios fronterizos con Colombia y Brasil no se aplicarán las medidas de flexibilización.
Maduro atribuye en buena medida el repunte en las cifras de infectados al regreso de aquellos venezolanos que migraron a otros países sudamericanos en los últimos años. Decenas de miles ingresaron a Venezuela por caminos abiertos en la maleza para burlar los controles fronterizos, en los que se obliga a guardar 14 días de cuarentena en recintos designados por el gobierno, sostienen las autoridades.
Los expertos dicen que el número bajo de casos en Venezuela respecto a otros países de la región se debe en gran medida al aislamiento que vive el país después de años de crisis política, económica y social.
Venezuela registró 534 casos nuevos en las últimas 24 horas, de ellos 470 son de transmisión doméstica y 64 importados por venezolanos que regresaron al país recientemente.