“Soy un agradecido a la vida y a la gente. Desde abril, venía postergando esta operación por el tema de la pandemia. Esto es algo que surgió gracias a la prevención. Por eso, aconsejo a la gente que se haga los controles. Yo me operé de vesícula y fue allí cuando me encontraron un tumor benigno, un mixoma, que había que sacarlo. Me abrieron todo el pecho. Fue una operación importante y en el corazón, pero todo se dio a partir de un control”, dijo Nery Pumpido en una charla que tuvo con La Primera de radio Sol, espacio en el que el campeón del mundo tiene participación, después de la intervención quirúrgica en su corazón a la que fue sometido hace casi dos semanas.
Nery, que está llevando adelante el post operatorio en su domicilio particular y rodeado de sus seres queridos, señaló que “uno se asusta, hace consultas, mira, estudia y la verdad es que yo me quedé con un médico de Santa Fe, como hice toda la vida. En eso, los santafesinos somos ingratos, parece que para resaltar algo o a alguien tiene que tener el 011 adelante y no el 0342 en el número de teléfono. Lo hice cuando fui campeón del mundo o de América, lo primero que hice fue venir a festejar en mi ciudad y con mi gente. El doctor Hernán Molina, que es el médico que me operó, tiene más de 8.000 operaciones del corazón, la Clínica de Nefrología se comportó de maravillas”, dijo el ex jugador y entrenador de Unión, quien definió lo ocurrido como “una operación jodida, pero estoy muy bien, ya estoy caminando y con los cuidados lógicos”.
Contó que “desde Infantino hasta el último dirigente del fútbol argentino se comunicó en forma directa o a través de algún saludo por terceras personas, la gente de la Conmebol me hablaba todos los días, Chiqui Tapia y la de Afa también, el presidente de Unión se interesó por mi salud y a nivel directores técnicos hubo un montón, como así también los futbolistas”, relató.
También lo ocurrido lo llevó a reflexionar sobre algunas cuestiones: “En estos días, uno mira para atrás y vé que más allá de lo que hice como profesional, de los títulos, de los logros alcanzados, está esto otro, que es lo que uno ha sembrado como ser humano. Me paso el día revisando el teléfono y contestando mensajes que voy recibiendo”.
Después, contó una intimidad: “Les confieso que todavía no pude ver entero el videito de los arqueritos de Unión, me ganó la emoción. Llego a un determinado punto y tengo que dejar de verlo porque me largo a llorar, me emociono demasiado. Espero que alguna vez pueda verlo en forma completa. Es algo muy lindo”.
Después volvió a referirse al médico que lo operó. “El médico me vino a visitar a mi casa y no puedo creer lo que me cuenta. Tiene 28 o 38 transplantes, no recuerdo bien. Y más de 8.000 operaciones del corazón, como les contaba. Si lo tenemos en otro lado, decís: ‘¡Qué barbaro este tipo!. Y lo tenemos en Santa Fe. Yo amo y vivo en esta ciudad y voy a defender a muerte a esta ciudad. Por eso quiero reconocer a los profesionales y a la gente de la ciudad. A veces tienen que pasar estas cosas para darse cuenta de lo que uno tiene en la ciudad en la que vive”.
Volviendo a la parte previa a la operación, cuando organizó inclusive más de 40 charlas para un grupo de jóvenes entrenadores entre los que estaba su hijo y que fueron aprovechados por otros que se “engancharon” y continuaron participando, como fue el caso de Kudelka o de Dabove, dijo que “pregunté una vez cómo iba a ser y le dije que le diera para adelante. Fue todo como me lo dijeron. Los primeros días me costó mucho, es una operación a corazón abierto, te abren todo el pecho. Tengo que recuperar eso, no me dejan manejar. Bajé varios kilos, tengo que cuidarme en las comidas”, comentó.
También señaló que “me sacaron un pedacito del corazón, fueron tres centímetros más o menos. Ya salí a caminar, he tenido muy buenas recuperaciones en mi carrera de futbolista, tengo un físico que me recupero rápido y creo que esta no va a ser la excepción. Mi señora me vive retando, quisiera hacer muchas más cosas pero no me dejan”, haciendo gala de su ya reconocida “intensidad”.
También mencionó a entrenadores y gente que lo llamó. “El otro día habló Tite, el técnico de Brasil, con el que no he tenido mucho roce pero igual ya forjamos una buena relación. Otro caso parecido es el de Gerardo Pelusso, que me dijo que si pudiera viajar, se vendría para acá a verme personalmente. Y después, el técnico de Bolivia, a Juampi lo llamaba Diego Dabove todos los días y el resto de los técnicos del fútbol argentino, mis compañeros del 86, de River, de Olimpia, la gente de Unión. En fin, no me alcanzaría el tiempo para seguir mencionando”, dijo Nery.
En cuanto a la carta que le envió Infantino, contó que “yo tengo una buena relación con el secretario de Infantino. Me mandó primero una esquela de Fifa, pero también lo hizo desde su teléfono. En este caso estamos hablando de la cabeza del fútbol mundial, pero también los grandes amigos como Marito, el canchero de Unión, al que aprecio mucho y también se molestaba todos los días por saber cómo andaba”.
Por último, dijo que “poca gente sabía de esta operación, traté de mantenerla en el anonimato todo el tiempo posible porque mi vieja, por ejemplo, no estaba enterada. A nivel de la selección, el único que lo sabía era el Cabezón Ruggeri. Fue una forma de preservar lo que iba a pasar. Muchos se sorprendieron al enterarse, pero lo mío fue por prevención”, concluyó un agradecido Pumpido, que ya sale a caminar por la costanera para colaborar con su recuperación y pronto retomará su ritmo habitual.