A mediados de febrero, la Fundación Cardiopatías Congénitas de Santa Fe colocó un monumento con forma de corazón en bulevar Gálvez y Rivadavia -a pocos metros de El Molino Fábrica Cultural- y lanzó la campaña solidaria para juntar tapitas. La respuesta de los santafesinos no tardó en llegar y en poco más de cuatro meses ya reunieron 3 mil kilos que fueron vendidos a una empresa recicladora de San José del Rincón para reutilice el plástico y retorne al circuito productivo.
“Una vez por semana vamos a recolectar lo que deja la gente. La verdad, es impresionante cómo ayuda la gente a juntar tapitas”, valoró en diálogo con El Litoral Erica Bode, una de las voluntarias de la Fundación, quien recordó que el objetivo es donar un ecógrafo para el Hospital de Niños “Orlando Alassia” y así la cardiopatía congénita puede ser abordada a tiempo con su diagnóstico precoz.
Tras reunir una buena cantidad de tapitas hasta casi rebasar el “corazón”, el problema con el que se encontraban en la Fundación era trasladar el material hasta Rincón. “Por suerte apareció nuestro ‘héroe’, el chico de la empresa recicladora las compra y además las viene a buscar. Era un gran problema porque perdíamos plata en flete”, destacó Bode y agregó: “Siempre que hay una causa solidaria aparecen buenas personas”.
Objetivo difícil, pero no imposible
El ecógrafo que desean adquirir y donar al Alassia ayudaría y mucho al diagnóstico precoz de la enfermedad, ya que el instrumento sería de alta tecnología y superior al que hoy funciona en el hospital. Para comprar el ecógrafo y ampliar la terapia intensiva -otro de los objetivos planteados- necesitan reunir 80 mil dólares. En este momento, la empresa que compra las tapitas paga 8 pesos el kilo, es decir que se necesitan cientos de toneladas.
“En plata no juntamos mucho, pero lo que importa es visibilizar la campaña y dejar el monumento a la solidaridad para que otras asociaciones puedan utilizarlo. Podemos hacer otras campañas para llegar más rápido al ecógrafo”, se esperanzó la voluntaria. Además, mencionó que hubo aportes de dinero de forma anónima para colaborar con la causa. “Siempre estamos en campaña para que las personas se acerquen a la Fundación como benefactores, también a las empresas grandes”, concluyó Bode.
En Ceres, la Municipalidad colocó un “corazón” en la plaza principal de la ciudad, y lo que recaudan va destinado a la Fundación Cardiopatías Congénitas. En Rafaela también se sumaron a la acción solidaria para acercarse cada vez más al ecógrafo, mientras que en San Cristóbal se están organizando para sumarse.
“Todos los municipios y comunas deberían colocar su monumento de tapitas para concentrar todo en un lugar y que sirva para diferentes campañas y también para cuidar el medioambiente”, resaltó Bode.
En los últimos cuatro meses el coronavirus trastocó la vida de la humanidad y nadie quedó exento de readecuarse. La Fundación Cardiopatías Congénitas también tuvo que “arremangarse” y dar una mano a las madres con bebés que sufren la afección. “Estuvimos ayudando a las familias, sobre todo a las más necesitadas, y le armamos kits de bioseguridad con mascarillas, barbijos, alcohol en gel y jabón líquido”, comentó Bode.
Algunos de estos elementos fueron entregados a las mamás que se acercan a la Fundación y otros kits fueron repartidos en el hospital Alassia. “Ahora nos estamos reuniendo por vía Zoom. Además, avanzamos con un proyecto de cirugías para Santa Fe”, adelantó la voluntaria.
Se necesitan recolectar para comprar el ecógrafo y agrandar la terapia intensiva del Alassia.