Juan Carlos Scalzo | [email protected]
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Rafaela fue la tercera ciudad más afectada por la picadura del mosquito aedes aegypti en la provincia de Santa Fe, con 639 casos confirmados, luego de Reconquista, con 1.444 y Rosario, con 1.342. Por debajo de la cabecera del Departamento Castellanos se ubicaron: Avellaneda, con 388, y la capital provincial, con 238.
La epidemia comenzó en el período estival, en los meses siguientes se empezó a acelerar y demandó una ardua tarea del Gobierno local, y la asistencia de la Nación, hasta que en la tercera semana de mayo la proliferación de casos tuvo un freno y tomó un ritmo descendente vertiginoso.
La evolución de los contagios indica que en el inicio e marzo, mes en el que se reconoció la circulación del virus del dengue en la comunidad, se informaron más de 70 casos positivos. Abril arrancó con 261, en tanto que Mayo empezó con 553 y junio lo hizo con cerca de 620.
Para dar batalla contra el agente transmisor del dengue se aplicó el protocolo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ante cada caso positivo detectado, se realizó una intervención en el domicilio del contagiado y en las viviendas lindantes.
A esta labor se le sumó un equipo enviado desde el Gobierno nacional que recorrió las calles de los barrios en donde se identificaron personas infectadas por el virus, efectuando una fumigación espacial. Esta labor fue efectuada por dos camionetas especialmente preparadas del Ministerio de Salud de la Nación.
A su vez, se formó la Brigada sanitaria, compuesta por integrantes de la Junta Municipal de Protección Civil y empleados municipales, con el fin de llevar adelante una descacharrización en el interior y patios de viviendas en la ciudad.
En el inicio del Julio, y con la ayuda de las bajas temperatura se dio por finalizada la temporada de dengue en la provincia y desde hacía varios días en Rafaela no se tenían más casos.
Con la experiencia recogida no se discontinuó el trabajo y con los datos y estadísticas colectadas se trazó un diagnóstico de las características y el avance del brote, conocimiento que será volcado a futuras acciones y planes para no tener que soportar una nueva embestida del virus.
“Con ese fin -indicó el subsecretario de Salud municipal, Martín Racca- se presentó un programa que incluye el saneamiento domiciliario y peridomiciliario con participación comunitaria como base, con el objetivo, por un lado, disminuir la densidad del mosquito vector y, por el otro, disminuir el contacto del vector con los rafaelinos. Se planificó un trabajo de, al menos seis meses, que en breve comenzará por los barrios”.
“Las acciones preventivas contra el dengue se llevarán a cabo en forma conjunta con el Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe. Es en este marco que se inició la elaboración de estrategias coordinadas entre ambos gobiernos para profundizar la labor de concientización entre los vecinos con respecto a la importancia del descacharrado como el método más importante para prevenir la proliferación del mosquito vector del dengue”, señaló el funcionario.