Juan Chiummiento | [email protected]
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Más allá de vivir una situación privilegiada respecto al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en las últimas semanas Rosario convive con una mayor circulación del coronavirus. Junto a la quema de las islas, son los principales temas que preocupan y ocupan a diario al intendente Pablo Javkin, que llegó a ese cargo luego de una extensa carrera política que se remonta hasta sus tiempos de estudiante en el Superior de Comercio.
En un alto de su intensa agenda, recibe a El Litoral para dialogar no solo del coronavirus y las islas, sino también de esos temas sobre los que seguramente le hubiera gustado enfocar su gestión. Política industrial, planeamiento y obras, pero también un mensaje hacia el interior del Frente Progresista, de cara a un 2021 que está a la vuelta de la esquina.
"Es un tiempo de austeridad y sentido común", dice Javkin, quien sabe que le tocó un momento complejo, con recursos escasos y sin aliados políticos en la Casa Gris. Más allá del difícil panorama, el dirigente no se desanima y saca a relucir los cambios que ya le imprimió a la ciudad. Mientras tanto, apela a todos los caminos posibles para generar movimiento en su ciudad: "Hay que ir a gestionar cada mango que se pueda para hacer obras", afirma.
-¿Cómo está observando el avance del coronavirus en Rosario?
-Con mucha atención. En las últimas semanas vemos crecer la curva de casos, tenemos algunas situaciones de brotes en instituciones sanitarias y también tenemos algunos casos de circulación comunitaria. Eso obliga a tener una estrategia de teste, rastreo, abordaje rápido y aislamiento preventivo. Estamos estructurando todas las fortalezas en ese camino, en la capacidad de rastrear y aislar, de detectar rápido y hacer el seguimiento de los contactos, con un nivel de exigencia mayor al que teníamos hace un mes.
-El otro de los temas de agenda tiene que ver con la quema en las islas. ¿Cómo piensa que puede trabajarse en su solución?
-En lo emergente, con mayor presencia de control, del poder de policía de la provincia de Entre Ríos, con el aporte de las autoridades nacionales en lo que refiere al plan de manejo de fuego y la llegada del grupo Albatros. Y en el fondo, con una regulación distinta: necesitamos darle una protección de mayor rango al humedal, porque la situación no solo frente a Rosario, abarca desde el norte de Santa Fe hasta Campana, en Buenos Aires. Estamos degradando un recurso muy importante, no lo estamos cuidando.
-Más allá de lo estrictamente coyuntural, planteaba que la ciudad también avanza con otras cuestiones. Estos últimos días se estuvo comunicando respecto a algunas obras que se encaran desde el Municipio. ¿Cómo planifica este esquema en un tiempo como el actual?
-Por un lado, es un tiempo de austeridad y sentido común. Hay que priorizar que lo que se haga cumpla con esos dos objetivos. Estamos trabajando en la agenda que definimos cuando presentamos el mensaje en el Concejo: fundamentalmente bacheo, tratando de tomar temas históricos de corredores tradicionales, como lo que hicimos en Pellegrini y Felipe Moré (NdR: se solucionó un problema vinculado a las vías del tren, que generaba mucha demora en el tránsito) o los trabajos en el barrio 7 de Septiembre, que sus vecinos vienen sufriendo mucho con el tema pavimento. Avenidas como Santa Fe, Avellaneda o Córdoba: la idea es trabajar mucho en el mantenimiento de la calle, que es un tema clave. Pero también estamos avanzando con una segunda etapa, en lo que refiere al mantenimiento en otros aspectos, como la poda, desobstrucción de desagües, sumideros... La ciudad necesita reponer los árboles, tenemos cantidad de lugares que tienen cazuelas sin árboles, con pedidos históricos de los vecinos. Lo mismo con el tema del alumbrado público: estamos terminando una colocación de leds, completando áreas que no la tenían, como en bulevar Segui, de Oroño a San Martín, son alrededor de 1.000 luminarias.
-Durante las últimas gestiones, el Municipio se apalancó mucho para realizar obras en los recursos provinciales. Hoy la situación es distinta, ¿cómo se las arregla con eso?
-Nosotros estamos buscando programas nacionales y programas con la Provincia, algunos con financiamiento internacional. El de Villa Banana es un crédito con el Banco Mundial, gestionado el año pasado a partir de un acuerdo con la Nación. Lo que refiere a los Promeba (Programa de Mejoramiento Barrial), lo mismo, gracias a recursos del BID. Hay que ir a gestionar cada mango que se pueda para hacer obras. Es un tiempo de poner con lo propio en el mantenimiento, y buscar otros temas con lo que consigamos extra.
-Recuerdo que durante la campaña planteaba la necesidad de, al menos, mantener lo que ya está. Mucho foco en el mantenimiento...
-La ciudad necesita una inversión en el mantenimiento del día a día. Con los recursos limitados que tenemos, ya hemos tomado varias medidas en ese sentido. Por ejemplo, la unificación en una sola área de los servicios barriales. Es lo mismo que con el bacheo: tal vez no se trata de hacer más, sino de hacerlo diferente, hacerlo con un hormigón que va a tener mayor duración. Lo mismo con las paradas de colectivo, ahora estamos cambiando las del Metrobus de Alberdi, o en Pellegrini donde estamos unificando las cunetas con el resto de la calle.
-Uno de los temas instalados en esta última semana tiene que ver con el proyecto de promoción industrial, para tratar de impedir la salida de industrias al área metropolitana, un fenómeno que se viene sintiendo en la ciudad desde hace rato...
-Respecto a eso, hay que tener en cuenta un tema macro primero. El período 2011/2019 es de retracción económica, con fuerte impacto sobre el sector industrial. Después hay fenómenos más locales, es cierto, pero justamente por eso entiendo que uno de los puntos clave es cómo entendemos la región y el rol de Rosario en la región, y cómo imaginamos el rol de Rosario en relación a sus industrias, para no caer en lo que fue 2002/2003, que fue una competencia por el valor del suelo, donde las ciudades con una política de suelo industrial más agresiva de la que puede tener Rosario, terminen generando el traslado. Dicho esto, en el proyecto que mandamos al Concejo queremos que el suelo industrial que hoy tiene la ciudad se pueda aprovechar como tal, en base a un par de principios. El primer cambio es generar suelo industrial más acorde a lo que puede ser una pyme y lo segundo que por primera vez ponemos un incentivo económico, en relación al Drei, que en general no había sido habitual.
-También lo escuché plantear que se apunte a algunos sectores en particular. ¿En qué sentido lo dice?
-Nosotros tenemos que pensar un esquema donde las empresas seguramente tengan sedes en el área metropolitana, pero donde Rosario mantenga el nodo logístico más importante de la empresa. Ese es un punto donde también hay que mirarlo. Tiene que ver con qué industrias y a qué complementariedad vamos a apuntar, es decir, dónde nosotros tenemos ventajas cualitativas y dónde nos gana el valor suelo. En la logística, en la industria de servicios, o en cuestiones tecnológicas, claramente ahí hay una ventaja.
-Más allá de lo referente al corto plazo, ¿le queda margen para pensar en el día después de la pandemia?
-La pandemia es muy disruptiva. Está muy claro que lo cercano, lo accesible, van a tener un valor importante. En función de eso hay que empezar a pensar las ciudades: las ciclovías, las peatonalizaciones, la posibilidad de aprovechar el espacio público de una manera más amable... Algunas cuestiones las fuimos planteando, como los planes de distrito, o algunas modificaciones al Código Urbano, como la ampliación de balcones y darle mayor altura a la planta baja de los edificios. Hay que pensar en los espacios comunes, que ya tenían una demanda sobre las ciudades, pero ahora van a ser más importantes todavía.
-El 2021 está a la vuelta de la esquina y ese año habrá nuevamente elecciones. ¿Cómo está viendo al Frente Progresista para esa instancia?
-Por un lado, tengo poco tiempo para pensar en eso porque la agenda es super exigente. Me imagino que después de la pandemia habrá que pensar cosas nuevas en todo sentido, también en lo que refiere a ofrecerle propuestas a la sociedad. Ahí estará la fortaleza de los espacios políticos: abrirse al tiempo nuevo que vamos a tener, generando un proceso de reconstrucción, porque las consecuencias de lo que estamos viviendo no las podemos medir ahora. Pero sin dudas le va a requerir a la política las mejores respuestas. El foco del Frente Progresista es entender eso, va a tener que ver con ampliar la dinámica, cambiarse a sí misma. Ese es el foco en el que todos vamos a tener que trabajar.