Gustavo Capeletti
El municipio reclamó a intervención de los poderes ejecutivo y legislativo nacional y provincial. Denunció falta de presupuesto y criticó a productores que actúan de manera “desaprensiva y cortoplacista”. Integra el Comité Intersectorial de Manejo del Sitio Ramsar Jaaukanigás.
Gustavo Capeletti
En su rol de sede permanente del Foro Nacional de Humedales y Foro Regional del Litoral Argentino, miembro fundador y presidente del Foro Permanente para el Desarrollo Ecoturístico de la Región del Jaaukanigás (en formación), y actualmente a cargo de la Secretaría Ejecutiva del Comité Intersectorial de Manejo (CIM) del Sitio Ramsar Jaaukanigás, la Municipalidad de Villa Ocampo expresó su preocupación mediante por los incendios en el valle aluvial del Paraná.
Lo hizo mediante una declaración en la que consideró que la problemática de los incendios en la región del Delta del Paraná ha ido ganando en trascendencia mediática a nivel nacional e internacional, a partir de la “justificada preocupación de la sociedad por sus consecuencias sobre el ambiente y la biodiversidad, por un lado, y sobre la salud y la seguridad públicas, por el otro”.
El municipio recordó que “este fenómeno no es nuevo”, ya que ha ocurrido con cierta periodicidad en el pasado, con sus eventos más extremos en los años 2008 y 2012, que incluso “costaron varias vidas humanas”. Y que justamente generaron la elaboración de un Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná (PIECAS DP), que proponía un marco de funcionamiento y administración, que “en la práctica nunca terminó de materializarse de manera adecuada”, amonestó.
En el párrafo siguiente, reflexionó que “el Delta no nos debe tapar el valle”, porque resulta claro que “la problemática no se circunscribe solo a esa región, sino prácticamente a todo el Valle de Inundación del Río Paraná”, con situaciones similares, aunque de menor magnitud registradas frente a la ciudad de Santa Fe, y en varias localidades de los departamentos San Javier y General Obligado.
En tanto, indicó que, si bien el fuego con fines productivos se considera una práctica de manejo ancestral en el valle del Paraná, analizado desde el punto de vista legal, sencillamente “está prohibida por normativas nacionales y provinciales”, y destacó que solo en algunos “casos excepcionales podría realizarse de manera fuertemente regulada”, lo que “claramente no está ocurriendo en ninguno de los eventos” que se presentan hoy.
Por otra parte, abordado desde el lado de la razonabilidad, sentenció que resulta “descabellado ampararse en el argumento de que se trata de una práctica habitual e histórica en la región, cuando claramente el stock ganadero en islas está hoy en día muy por encima de lo que era unos 30 años atrás”.
Tras valorar que existen diferentes lineamientos generales a seguir para el manejo racional de los recursos naturales y el ordenamiento del territorio en el valle aluvial correspondiente a la provincia de Santa Fe, advirtió que “no actúan de manera integrada y de hecho no contemplan algunas regiones como ser parte del Dpto. La Capital y los departamentos Garay y San Javier”.
Más adelante, lamentó que proyectos de ley de diferentes legisladores de varias provincias no se hayan sintetizado en uno solo que pueda prosperar con apoyo mayoritario para convertirse en la esperada norma.
Y enfatizó que los mismos “si no cuentan con la decisión política y la inversión necesaria” para ser dotados de infraestructura y recursos humanos en el terreno, se convierten indefectiblemente en “letra muerta”.
Si bien en mayor o menor tiempo el río volverá a crecer y las lluvias apagarán los fuegos, eso “no significará que el problema se solucionó, sino sencillamente que la humedad ocultará el mal manejo”, manifestó.
En consecuencia, solicitó que todas las consideraciones expuestas sean tomadas en cuenta por el poder legislativo al momento de dictar nuevas normativas como la Ley de Presupuestos Mínimos para la Conservación de los Humedales y se comprenda también la urgencia del caso; por el gobierno nacional, en términos de la puesta en práctica de estrategias en el territorio con infraestructura y recursos humanos tendientes a la resolución de los problemas.
Y, asimismo, por el gobierno provincial para que coordine los diferentes planes de manejo disponibles para el valle aluvial del Paraná, incluyendo las áreas aún no contempladas y designe el personal de guarda-reservas contemplado en la Ley 12.175, “recuperando también la estructura, hoy y desde hace tiempo desarticulada, del Plan Provincial de Manejo del Fuego”.
Paralelamente, instó a los gobiernos locales de las áreas involucradas para que “asuman sus responsabilidades en lo atinente al ordenamiento del territorio orientado a un manejo racional de los recursos naturales”.
Finalmente, exhortó a los productores y ocupantes de la región insular para que comprendan también que sus actividades, siempre reconocidas como un motor para el desarrollo, generan “externalidades negativas” que recaen sobre la comunidad toda, y para que asuman que ha llegado el momento para aquellos que actúan de manera “desaprensiva y con visión cortoplacista, de cesar de inmediato en esas conductas, para comenzar a trabajar en el marco de la ley, la razonabilidad y el bien común”.
En el documento oficial, el municipio de Villa Ocampo sostuvo que las causales de los incendios se explican a partir de las “condiciones ambientales y climáticas, que suman una bajante extrema a una sequía significativa, a su vez con una muy baja humedad del ambiente, todo esto en combinación y con la generación de focos ígneos antrópicos, producidos ya sea accidentalmente por irresponsabilidad de turistas, cazadores y pescadores, en su gran mayoría ilegales, que no extinguen sus fuegos de campamento al retirarse, o en otros casos producidos intencionalmente, sea con la finalidad de generar rebrotes de forraje para el ganado, o sencillamente para ‘limpiar’ el campo para la próxima temporada”.