Este martes habrá una reunión a la que fueron convocados el presidente de Afa, Chiqui Tapia; el presidente de la Liga Profesional, Marcelo Tinelli; el ministro de Deportes y Turismo, Matías Lammens y, naturalmente, la gente de Salud con Ginés González García a la cabeza. ¿Qué puede resultar de ese encuentro?, no se sabe. Si el Gobierno dispuso la suspensión de todas las reuniones sociales, tratando de limitar el movimiento de gente, se supone que no sería un buen momento para habilitar el fútbol, que ya debería estar en actividad (los entrenamientos) y con los protocolos correspondientes desde hace un tiempo. Pero habrá una excepción: los cinco equipos que deben reiniciar la Libertadores el 15 de setiembre (el 17 se programaron los partidos de todos los argentinos).
Así, River, Boca, Racing, Defensa y Justicia y Tigre volverían el lunes que viene. ¿Y el resto?, al principio se dijo el 17. ¿Mantendrán esta postura?, no se sabe. Se perdió mucho tiempo, demasiado. Hasta el 30 de junio (fecha de vencimiento de los contratos), a nadie le importó demasiado la vuelta a los entrenamientos. Se aclara bien: a los entrenamientos. Nada de pensar en el retorno a la competencia. La pandemia ya paralizó el fútbol por casi cinco meses y el retroceso físico, el perjuicio causado a los futbolistas se hará notorio. Los preparadores físicos hablan de trabajar la mitad del tiempo que se estuvo parado. Una realidad desde lo científico que no hace más que elevar la incertidumbre respecto de lo que pueda llegar a ocurrir con el esperado regreso a la actividad.
¿Por qué esta introducción?, porque si bien hay tiempo, Unión es uno de los equipos que tiene asegurado el regreso a la actividad con fecha definida: el 27 de octubre. Conmebol anunció no sólo el regreso de la Libertadores, sino también el reinicio de la Sudamericana, que debe esperar el desenlace de la fase de grupos del máximo torneo continental, pues hay equipos que bajarán a jugar el segundo torneo en importancia que tiene el continente.
“El único que está incorporando es Central Córdoba, el resto estamos quietos, el mercado no se mueve porque no tenemos fechas ciertas”, se dice en Unión. Y realmente es así. Por eso, la de este martes puede resultar una reunión esclarecedora respecto de los tiempos y, sobre todo, de la vuelta a los entrenamientos.
La postura del presidente de Unión, Luis Spahn, fue que se debió haber regresado a las prácticas hace por lo menos tres semanas. También dijo que “en Buenos Aires hacen cinco reuniones y recién a la sexta piden opinión”. Es cierto que la situación escapa totalmente a lo que es la “cocina interna” de Afa porque acá entran a jugar otros intereses, recomendaciones y hasta autorizaciones (fundamentalmente de parte de los funcionarios del Gobierno). Pero en Unión sostienen que dadas las circunstancias que se viven en Santa Fe, que escapa a lo que ocurre en otras partes del país, sobre todo en el AMBA, se podría haber adelantado el inicio de los entrenamientos con un protocolo que, en teoría, ya está preestablecido y presentado a las autoridades de Salud de la Nación.
Tapia quedó “preso” de sus propias palabras cuando dijo que nadie volverá hasta que todo el país esté en fase 4 y la realidad es que se observa muy complicado que en el AMBA se consiga este estado de situación antes del 17, que es la fecha que se espera para el regreso del resto de los equipos, exceptuando los de la Libertadores. Inclusive, no se cumpliría con la promesa que hizo Tapia de volver todos el mismo día para que ninguno saque ventaja. Pero en esto, el gran condicionante que apuró todo fue la decisión que tomó Conmebol, muy firme por cierto, de tener todo preparado para que el 15 de setiembre se vuelva a competir por las copas.
A todo esto, ¿novedades? Poco y nada. Unión puso los ojos en el delantero uruguayo Sebastián Ribas, de 32 años, jugador de Lanús. Hace dos temporadas, fue uno de los goleadores de la Superliga, detrás del “Morro” García y a la misma altura nada menos que de Lautaro Martínez. Rosario Central tuvo que desligarse de 250.000 dólares para tenerlo un año y ahora volvió a Lanús. El Litoral consultó a Nicolás Russo, presidente granate, que fue contundente: “Si Unión o cualquier equipo lo quiere a Ribas, tendrá que comprarlo o bien pagar un muy buen préstamo”. Unión apuntó a este jugador en ese objetivo de Azconzábal de traer a un jugador que tenga las características de Fernando Zampedri, que tan buenos resultados le dio en Atlético Tucumán.
¿Y Bottinelli?. Este fin de semana estuvo en Santa Fe, recogió sus pertenencias del departamento que alquilaba, lo cual no significa que ya le haya dicho que no a Unión. De todos modos, una fuente bien informada señaló a El Litoral que es “difícil” que Bottinelli continúe en la institución. Por lo pronto, tiene una oferta que está considerando y la dirigencia espera que conteste para continuar adelante con otras posibilidades.
¿Alguno que volvió se podrá quedar?
Son varios los casos que se tendrán que evaluar en Unión. “El Vasco decidirá”, es lo que dicen los dirigentes. Lo cierto es que han vuelto dos arqueros y varios jugadores que estuvieron a préstamo en otros clubes. Interesa que algunos tengan rodaje y puedan tener una continuidad que Unión no les asegura.
Central le debe 650.000 dólares
Según datos oficiales revelados por el Banco Central de la República Argentina, Rosario Central no canceló cheques emitidos por un total de 90.679.461,90 pesos a la fecha. A su vez, La Capital señala que es alarmante lo que el club dejó de percibir: más de 120 millones de pesos y además debe recibir 2,5 millones de dólares por los pases de Gio Lo Celso, Gil y el juicio ganado a Lanús por Braghieri.
El presidente de Central, Rodolfo Di Pollina, aseguró que “el casi el 95 por ciento de la deuda generada hasta la fecha por cheques emitidos y devueltos es por compromisos asumidos y no cancelados” debido a las operaciones que engloban tres partes: el defensor Joaquín Laso, Unión (por la compra de Martínez, Brítez y Gamba) y Defensa y Justicia (por la adquisición de Rius).
A la vez desde el club le argumentaron a Ovación que con Laso ya hubo un acuerdo para refinanciar la deuda gracias a la predisposición que mostró el zaguero central apenas le plantearon el cuadro de situación que envuelve al club. El monto a cubrir es superior a los 150 mil dólares.
Con Unión también están tratando de cerrar un nuevo plan de pagos por las compras de los derechos que hicieron en su momento y tienen como protagonistas a los defensores Damián Martínez y Emanuel Brítez como al volante Diego Zabala. La cifra es superior a los 600 mil dólares.
Mientras que 250 mil dólares restante a cubrir es a Defensa y Justicia por el pase de Ciro Rius. Aunque en este caso hay que realizar un paréntesis porque la directiva auriazul está tratando de ponerle punto final al contrato con el extremo, quien a su vez ahora no se quiere volver a Florencio Varela.