Dr. Hugo D. Valderrama | Médico neurólogo - Máster en Neurociencias (Mat. 5010)
Dr. Hugo D. Valderrama | Médico neurólogo - Máster en Neurociencias (Mat. 5010)
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En esta columna resumiré los aspectos básicos de las causas más frecuentes -entre muchas- de los orígenes del temblor de manos. El objetivo es que usted cuente con mayor información, para detectar síntomas y realizar la consulta médica correspondiente.
Si el temblor se produce sólo durante movimientos finos como levantar una tasa, pintar o escribir, es característico del denominado “temblor esencial”, el más frecuente de todos los temblores. Lo padecen una de cada veinte personas y se lo llama también “temblor benigno”, ya que sus consecuencias no son más que los propios inconvenientes que produce el temblor. Generalmente se presenta a partir de los 40 años y aumenta su frecuencia con la edad, aunque también se puede dar en personas más jóvenes. La mayoría de las veces leve, pero en casos puntuales se suma con el correr del tiempo, temblor en la cabeza y de la voz (temblor laríngeo, al afectar las cuerdas vocales).
La “benignidad” de este cuadro es relativo a las tareas que realiza la persona que lo padece. Atendí a una paciente pianista a la cual -como imaginan-, el temblor afectaba su vida completa. Para estos casos donde se ve alterada una labor necesaria, o en donde pasa de ser una molestia esporádica a un impedimento habitual, existe tratamiento farmacológico, con posibilidades de reducción de la sintomatología. El propranolol es el medicamento más aplicado, pero el médico neurólogo evaluará cuál es indicado dentro de otros posibles, teniendo en cuenta los antecedentes individuales de la persona.
El mecanismo del temblor esencial esta en relación con la redes neuronales que controlan los movimientos musculares, aunque se desconoce con exactitud. El origen es genético, ya sea por herencia en la familia en la mitad de los casos, o por mutaciones, de genes ya identificados.
Al contrario, el temblor producido por la Enfermedad de Parkinson se manifiesta estando las manos en reposo, por ejemplo cuando están relajadas al costado del cuerpo, sobre el regazo o descansando sobre una mesa. El temblor puede continuar al desplazar los brazos, pero disminuye o frena al tomar acción las manos en alguna tarea.
A su vez, la enfermedad de Parkinson va acompañada de otros dos síntomas cardinales: lentitud en el movimiento (bradicinesia) y rigidez. Al inicio puede notarse cómo la persona balancea menos un brazo y la pierna de un mismo lado, puesto que predominan sobre una mitad del cuerpo. Esta patología aún no tiene tratamiento curativo pero sí tratamiento farmacológico, no farmacológico (basado en el ejercicio fìsico) y en determinados casos quirúrgico, que logran disminuir en muchas casos los síntomas y su velocidad de progresión.
Por último, hay que diferenciar el temblor normal por ansiedad, miedo o emoción intensa, generado por un shock de neurotransmisores como la adrenalina. Este temblor se da sólo eventualmente, frente a situaciones estresantes intensas y no son progresivos.
Hay que tener en cuenta que la liberación de adrenalina también aumenta francamente el temblor esencial y el temblor de enfermedad de Parkinson, pero sólo mientras dure ese momento de ansiedad, no de manera permanente.
Como aclaré en el inicio, además de estas tres causas más asiduas, existen otras como el hipertirodismo, efectos adversos de medicamentos, alcoholemia, tumores o diferentes enfermedades que producen daño neuronal. Consulte siempre frente a la duda de padecer algún síntoma, para que su médico especialista determine el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento evolutivo.