El abandono de los estudios es, en sus distintos niveles, un problema de larga data. Motivado por una crisis sin precedentes, los especialistas en educación advierten que la pandemia producirá un aumento en la deserción. Como respuesta a esta problemática, una iniciativa santafesina muestra un camino posible de transitar pese al escenario de emergencia.
En el año de su 30° aniversario, el Instituto Sol, ubicado en Salvador Caputto 3353, instrumentó un programa de mejora educativa denominado "Vuelta al Sol". Su estrategia consiste en una búsqueda activa sobre aquellos alumnos que, por distintos motivos, postergaron la finalización de su carrera. a estos exalumnos se les ofrece la oportunidad de alcanzar la graduación, por medio de acompañamiento y facilidades económicas. a la vez, buscan robustecer los vínculos institucionales con las nuevas camadas.
Gentileza Volver a casa. El Instituto Sol se encuentra en el desafío de contactar con sus primeras camadas para ofrecer, a quienes abandonaron sus estudios, finalizar la carrera con una metodología acorde a sus posibilidades y su actualidad.
Volver a casa. El Instituto Sol se encuentra en el desafío de contactar con sus primeras camadas para ofrecer, a quienes abandonaron sus estudios, finalizar la carrera con una metodología acorde a sus posibilidades y su actualidad. Foto: Gentileza
En diálogo con El Litoral, Analía Lobato de Bauman, directora del Instituto, detalló los principales aspectos del programa, que les valió una muy buena devolución del ministerio de Educación provincial, debido a la apertura hacia problemáticas académicas y demandas sociales de la actualidad.
Modalidad a medida
El programa consta de un cursado libre y a distancia, donde corren los mismos derechos que para cualquiera de los alumnos regulares: se asigna un tutor a cada estudiante y se establecen encuentros quincenales con los docentes de cada asignatura para despejar dudas. Además, con el fin de fomentar el compromiso -y haciendo un esfuerzo económico- decidieron otorgar becas completas a los reinscriptos, por la cual no deben abonar ni cuota ni matricula.
Partiendo de un trabajo de cuantificación de casos, encontraron que un total de doscientos cincuenta alumnos cumplen con los requisitos básicos para poder inscribirse: haber abandonado hace más de cuatro años y adeudar hasta cuatro materias.
"Afortunadamente, nos contactamos con la gran mayoría, pero tuvimos que hacer un rastreo intenso porque las bases de datos son de décadas atrás, donde, a lo sumo, había registro de algún correo electrónico. Aparecieron historias muy interesantes de alumnos que hoy ya son adultos, con familias, que se desarrollaron en otros aspectos y que viven en distintas provincias y países. Todos manifiestan una muy buena predisposición y nos agradecen mucho la oportunidad", describió Lobato de Bauman.
La oferta académica del Instituto Sol se vincula principalmente con el sector de la hospitalidad: turismo, hotelería, gastronomía, organización de eventos. Y es allí mismo donde encontraron la causa más frecuente de los abandonos. Tanto los resultados del relevamiento como el contacto directo con los alumnos señalaron que la postergación se debía en gran medida a la precoz inserción en el mundo laboral.
"Notamos que la mayoría no entregaba el trabajo de integración final. Creemos que se debe a la mayor dedicación necesaria para aplicar todos los contenidos y metodologías aprendidos durante el trayecto en un único proyecto. Al mismo tiempo, las posibilidades laborales que ofrecemos en el Instituto y la dinámica de viajes propia de las carreras hacen que muchos dejen para más adelante el último paso que les falta para recibirse", explicó la directora de la institución.
Oportunidad para lo virtual
Con agrado, las autoridades comentan que a la fecha, recibieron más de cien inscripciones. Con el correr de las semanas, esperan poder llegar a la totalidad de los exalumnos, ya que incluso los exámenes finales contemplan la distancia.
"En todo el contexto de pandemia, el volumen se incrementó mucho. Quienes viven en el extranjero se entusiasmaron con el hecho de que puedan rendir a la distancia, ya que era algo que hasta ahora no era permitido por el ministerio", explicó la directora.
Además, destacan que este marco habilita la producción de trabajos con temáticas novedosas, que serán el respaldo teórico para el futuro del sector. "Es un trabajo muy desafiante el que tenemos por delante. Todo lo que se produzca en este momento es nuevo, tanto en la recopilación de material como en el registro de nuevas modalidades. Por lo que los requisitos de evaluación también serán distintos, apelando más a materiales que surjan de videoconferencias o webinars, y no tanto a lo escrito", completó Lobato de Bauman.
Situación económica
Las complicaciones en el aspecto económico no escapan a ninguna institución. Consultados por este escenario y su implicación académica, desde el Instituto Sol explicaron: "Decidimos hacer el esfuerzo de costear un alto porcentaje de morosidad que estábamos teniendo. Realizamos un seguimiento puntual en aquellos alumnos que presentaban problemas económicos y dispusimos distintas alternativas para que sigan cursando sus estudios. Afortunadamente, esto hizo que el porcentaje de abandono sea relativamente bajo".
Sueños pendientes
Con la oportunidad recibida, llegaron historias de toda índole. Entre los múltiples testimonios de vida, surgieron hilos en común.
Enrique, jubilado, de 61 años y residente de nuestra ciudad, contó que si bien durante este tiempo se dedicó a otros rubros, todavía anhela poder concluir sus estudios en Turismo aplazados en 1992. "Sería de gran agrado, y todo un desafío en esta etapa de mi vida, poder finalizar los estudios con el objetivo de obtener el título que me quedó pendiente", señaló Enrique.
En tanto, Marco, de 39 años, narró que la distancia entre Santa Fe y su trabajo en Mar del Plata -donde vive actualmente- le dificultó finalizar sus estudios postergados desde el 2004. "Siempre fue una asignatura pendiente el poder recibirme. Es un desafío personal, para poder continuar con mi trabajo de una manera más profesional, pero también para poder hacer realidad el anhelado deseo de culminar una hermosa etapa de mi vida", dijo sobre la oportunidad.
Ejemplo familiar
Otro de los motivos mencionados como impulsores en el deseo de poder retomar y dar un cierre a los estudios, fue el de retribuir a los seres queridos todo el apoyo entregado.
María Eugenia, de 49 años, casada y con 3 hijos, vive en Missouri en Estados Unidos. Desde allí, contó que dejó la carrera de Turismo en 1993, pero que siempre le quedó pendiente poder recibirse: "Deseo graduarme por varios motivos: darle la satisfacción a mis padres, quienes hicieron mucho sacrificio para que yo estudiara; demostrarle a mis hijos que nunca es tarde para realizar tus metas; y usar parte de mi tiempo en un rubro relacionado al turismo aquí".
Por otra parte, Luisina, de 42 años, junto a su familia (esposo e hijo) vive en Boulogne, Buenos Aires, donde trabaja en ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, que motivaron el abandono de su carrera 19 años atrás. "Los motivos tienen que ver con un deseo postergado. Además, sería un orgullo para mí y para mi familia que siempre me alentó a culminar los estudios, más allá del tiempo transcurrido", comentó Luisina.