Por Rodrigo Pretto
El herrero santafesino Diego Borsotti participará en el reality Desafío sobre Fuego, ciclo que se emite en History Channel. Estará en pantalla junto a otros 7 participantes. No sólo recibió el pedido del reconocido chef argentino, sino que se las ingenió para motivar una creación con piezas del Puente Colgante al que denominó "Santa Fe Knife".
Por Rodrigo Pretto
Diego Borsotti le pone su marca a los cuchillos que crea en su taller de la ciudad de Santa Fe desde hace una década. Sin embargo la pasión tiene una larga historia. En 2019 quiso homenajear a la capital provincial y así nació "Santa Fe Knife", una verdadera obra de arte hecha con elementos del Puente Colgante, la construcción que se levantó sobre la laguna Setúbal a finales de la década de 1920. Antes se había dado el gusto de confeccionarle una pieza de filo a medida a pedido del reconocido chef argentino Francis Mallmann. Y ahora buscará forjar el mejor cuchillo de Latinoamérica en el prestigioso reality "Desafío sobre Fuego" que se emite por History Channel. Desde este martes 11 de agosto competirá con otros 7 participantes. "Es un oficio que roza la alquimia moderna", asegura.
Hoy es un verdadero experto en el arte de forjar cuchillos. Los oficios metalúrgicos fueron uno de sus hobbies. Por eso, y mientras se encontraba en la universidad cursando sus estudios, ocupaba su tiempo libre en la mecanización de piezas y herrería. Ahora, con una década en el rubro, se embarcó en un reto televisivo. Participará en el tercer ciclo del reality estadounidense llamado "Desafío sobre Fuego". Estará junto a otros siete competidores -cuatro brasileños, dos mexicanos y un colombiano-, en lo que será la versión Latinoamericana del concurso donde intentarán confeccionar la mejor pieza de filo. En juego habrá u$ s 10.000. La aventura por la pantalla chica podrá verse desde este 11 de agosto, a las 21.
Para llegar hubo que esperar. En el casting de la penúltima edición Borsotti había finalizado segundo a nivel nacional, posición que lo dejó con las manos vacías. Pero ahora logró quedarse con la plaza para representar a Argentina. Viajó con todo pago a Ajusco, México, donde las cámaras se prendieron para rodar los capítulos. "Fue durante la primera quincena de marzo, justo antes de que se decrete el aislamiento. Eso solamente para el grupo que integro, porque se formaron dos de cuatro participantes cada una y, de ahí, el primero de cada zona pasa a la final. Otros cuatro van a un repechaje donde habrá dos que se metan en la definición. La clasificación es por sumatoria de puntos mediante las diferentes pruebas diarias que califica un jurado".
Las intensas grabaciones de 14 horas diarias en un taller común para todos se rodaban desde las 6.30 de la mañana hasta las 20. Y durante ese tiempo, únicamente se filmaba la mitad de un episodio. "Fue tremendo. Lo disfruté mucho porque quizás se me dé una sola vez en la vida. Miraba siempre el programa norteamericano y soñaba medirme con otros competidores", remarcó.
Para llegar a ser parte del reallity, Borsotti debió hacer un recorrido previo. Las condiciones que imponía el casting para llegar a México tenían su instructivo. En menos de una semana debían forjar un cuchillo de cero y probar su filo cortando a ras una botella llena de agua y, luego, ponerlo a prueba con madera. "Todo ese proceso, que debe ser demostrado de inicio a fin, tiene que ser filmado y editado en un máximo de 5 minutos. Las imágenes había que enviárselas a ellos. Y a eso teníamos que adjuntarle otro representación donde debíamos responder cosas técnicas del oficio", explicó.
Hace unos dos años, Borsotti confeccionó un cuchillo que recibió las felicitaciones del reconocido cocinero internacional Francis Mallmann. El mensaje se transformó en una amena conversación virtual que desembarcó en un pedido del chef. "Fabriqué un cuchillo y al modelo le puse Francis en su honor. El número uno lo tiene él. Hay personas que me lo pidieron y debí replicarlo".
Quizás una de sus obras exponentes sea "Santa Fe Knife". Se trata de un cuchillo confeccionado mediante piezas del Puente Colgante, una construcción que data de 1928. "Soy guardavidas y en una de mis recorridas por la costa encontré un perno que estudiándolo y hablando con Juan Carlos Mercier -ministro de Hacienda del gobierno de Carlos Reutemann que consiguió los fondos para restaurar la construcción- logré dar con los planos originales que vinieron desde Francia y en donde se había fabricado la materia prima de la edificación. Por medio de la forja lo combiné con un acero que sirve para cuchillería. Y con la madera que tenía la vieja plataforma, a modo de detalle, le hice la empuñadura. Fue la manera de representación y conmemoración a través de una pieza propia de lo que tenemos en la ciudad, un verdadero monumento viviente", contó. La obra fue vendida a un coleccionista de Chubut.