Por Lucila Lehmann (*)
El dinero que se escapa con la corrupción es dinero que se le quita a la ciudadanía. Dinero que falta en obras, en salud, en seguridad y en educación. Cuando hay corrupción, hay deterioro en el bienestar de la gente porque el Estado tiene menos recursos para cumplir sus funciones.
Por Lucila Lehmann (*)
Dos años atrás denuncié penalmente el juego clandestino en Reconquista. En rigor de verdad aunque ilegal, no era tan clandestino, ya que todos lo sabían, pero nadie se atrevía a exigir a la Justicia que cumpla con su deber. Era entendible, la corrupción ligada al juego afectaba intereses de fuerzas de seguridad y de funcionarios públicos.
Lejos de resignarnos, decidimos dar la batalla y encabezar una denuncia penal que abrió las puertas a una investigación muy bien llevada por el Ministerio Público. La certera actuación del fiscal regional, Dr. Rubén Martínez posibilitó lo que muchos creían impensable: decenas de allanamientos y una veintena de detenidos y procesados, entre ellos un comisario de la policía.
De esta forma, la red de juego clandestino fue desbaratada en la zona y con ella, la recaudación de lotería provincial aumentó un 74% en la ciudad. No es poco. El juego ilegal dominaba el 50% del mercado en todo el norte provincial.
"La corrupción mata": es una frase que se ha repetido hasta el cansancio infinidad de veces, pero es tremendamente cierta. El dinero que se escapa con la corrupción es dinero que se le quita a la ciudadanía. Dinero que falta en obras, en salud, en seguridad y en educación. Cuando hay corrupción, hay deterioro en el bienestar de la gente porque el Estado tiene menos recursos para cumplir sus funciones.
En los últimas días se ha dado a conocer que el fiscal de Rosario, Gustavo Ponce Asahad, ha sido acusado de exigir y recibir coimas ligadas al juego clandestino. Hablamos del mismo fiscal que perseguía a quienes habían convocado a la marcha del 7M para expresar nada más ni nada menos que el deseo de volver a trabajar y el derecho a la libertad, manteniendo los protocolos necesarios que garanticen la salud de la comunidad. No bajamos los brazos ni nos dejamos intimidar. Lo denunciamos por persecución. Y ahora, reclamamos que se investigue a fondo esta situación. Es imprescindible sanear el Estado de fiscales y funcionarios cómplices de las mafias que han llevado a Rosario y a toda Santa Fe a estar sometida al narcotráfico y al crimen organizado. Con la seguridad no se negocia, con las mafias y la corrupción, tampoco. Nada indica que los vínculos de las organizaciones criminales se agoten en ellos, sino que por el contrario, sus detenciones sean solo la muestra de una parte más de una estructura de cohecho y tráfico de influencias que es difícil saber de antemano donde termina. Estos fiscales fueron puestos por el poder político.
Sin duda quedan batallas que dar en muchos frentes para lograr un Estado libre de corrupción y verdaderamente al servicio de la comunidad. Es necesario el compromiso de todos para poder llegar a ese objetivo. Pero la recompensa es muy alta: los invito a imaginar como sería la Argentina si no hubiera corrupción. En esa idea esta la importancia de dar estas peleas.
Muchas veces desde los espacios políticos de oposición nos toca llevar voces críticas para alertar y accionar en aquellas cosas que creemos deben cambiarse, pero es importante también resaltar los aciertos. Porque estas acciones nos demuestran que cambiar las cosas es posible. Ese es el camino que debemos seguir transitando y el que elegimos tomar.
(*) Diputada Nacional por la Coalición Cívica