En medio de un intenso conflicto en la industria láctea, fracasó la reunión que estaba programada en el Ministerio de Trabajo entre el gremio Atilra y las empresas del sector.
En medio de un intenso conflicto en la industria láctea, fracasó la reunión que estaba programada en el Ministerio de Trabajo entre el gremio Atilra y las empresas del sector.
Los representantes de los trabajadores no participaron de la misma, y amenazaron con profundizar las medidas de fuerza en las próximas horas, lo que podría transformarse en un serio problema para el normal abastecimiento de los productos lácteos.
Por tal motivo, los sectores empresarios vinculados al Centro de la Industria Lechera (CIL) y de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) hicieron un llamado a la ‘paz social‘, y apelaron ‘a la sensatez para lograr un acuerdo favorable a ambas partes, en un marco de buena fe en las negociaciones‘.
Debe recordarse que el último martes hubo un paro de 24 horas y hasta el domingo continuará un quite de colaboración.
Desde el gremio aclararon que “el cese de actividades de esta semana no se realizó en aquellas empresas que accedieron voluntariamente en forma directa a lo peticionado por el gremio”.
De acuerdo con la información proporcionada por diversos actores de la producción láctea, hasta el momento no se registraron inconvenientes para el retiro de la materia prima de los tambos que funcionan en las principales cuencas lecheras del país.
Sin embargo, en las empresas crece la preocupación por el impacto que tendría el accionar gremial en el procesamiento de la leche y también en todo lo relacionado al abastecimiento de productos lácteos.
Sobre dicho tema, desde el CIL aclararon de manera enfática: “Ninguna de las empresas de la Cámara descartó materia prima y que muchas de ellas participan de distintos proyectos solidarios llevados adelantes por distintas ONGs, que incluso han sido obviamente reforzados en el actual contexto de pandemia. Toda esta situación de conflicto ha llevado a que los silos de almacenamiento de las plantas se encuentran al máximo de su capacidad. Sin posibilidades de procesamiento o con capacidad operativa reducida, se producirá inexorablemente un deterioro de la calidad de la materia prima, que restringirá sus destinos industriales alternativos y podría llegar incluso a decomisarse”, remarcó la entidad.