Cuando el Vasco Azconzábal habló en la conferencia de la necesidad de reemplazar a los "7 u 8 jugadores que eran base del equipo y que ya no están", hizo hincapié en tres jugadores: Leyes (por la salida de Jalil Elías y Méndez), Márquez y Borgnino (por los alejamientos de Mazzola y Bou). "Van en este sentido del que les estoy hablando", dijo el DT. Son puestos en los que Unión necesita y debe mejorar. La salida de la dupla Acevedo-Mauro Pittón resintió el funcionamiento del mediocampo. Y desde que se desarmó la dupla Soldano-Gamba, al equipo le faltaron goles de delanteros. En los últimos dos torneos, dependió de los goles de los volantes (Fragapane y Zabala fueron los artilleros) o de una dosis no tan trascendente de Bou y Mazzola en el último, incomparable con los 18 goles que hicieron entre Gamba y Soldano en la temporada de la primera clasificación a la Sudamericana.
A Unión le ha faltado gol y Borgnino no deja de ser una apuesta como podría serlo cualquiera de los chicos de inferiores del club. Se deduce con esto que algo más está faltando. Se apuntó en su momento a Ribas, hubo una charla con la gente de Lanús pero se lo llevó Central Córdoba, que fue el club que más se movió en el mercado, haciendo alarde de una tesorería que en otras instituciones escasea o bien especulando y apostando a buenos ingresos futuros que vaya a saber uno de qué lugar o de qué forma se podrán conseguir, exceptuando la TV.
En ese contexto, apareció una vez el Puebla ofreciendo 250.000 dólares por el préstamo de Troyanski y una opción de 2 millones, pero Unión dijo que no. Ahora, el interesado fue Talleres de Córdoba. "Hubo una oferta concreta pero fue rechazada", confió Martín Zuccarelli. ¿Cuál fue la oferta?, en Córdoba se dijo: dinero, más el 25 por ciento de Carabajal, más algún o algunos jugadores en condición de préstamo. La especie fue desmentida en Santa Fe. Y la pregunta no se hizo esperar: ¿cuánto vale Troyanski?. "De la única manera que nos desprenderemos, es por una oferta a la que realmente no le podamos decir que no", sentenció el mánager.
Unión tiene la mitad del pase de Troyanski, pero Unión también tiene necesidades concretas: reforzar en serio su plantel, aumentar su jerarquía. El salto de calidad estuvo lejos de darse. Entre el mercado de pases de invierno del año pasado y el de verano de este año, se fue casi todo el equipo. Si Bottinelli se va a Central, no habrá quedado casi nadie -solo Troyanski- del equipo que clasificó para esta segunda Sudamericana. Y la renovación no fue la adecuada: se perdió nivel y llegaron jugadores que no rindieron a la medida de los que se fueron.
Tenés que leerCuando Unión le ganó a Colombia y batió un récord en el fútbol argentinoFernando Márquez no sólo refleja, con su retorno, las ganas de volver al club en el que nació y esa pertenencia que tantas veces se les reclama a los jugadores del club, sino que puede ayudar en esa búsqueda de mejorar el potencial de un sector que se ha decaido. El pibe Borgnino representa, hoy por hoy, una apuesta o una incógnita. Por ende, la decisión de Unión de evitar hasta dónde se pueda la salida de Troyanski es algo natural, salvo que, como dice Zuccarelli, haya un dinero irresistible y que posibilite la llegada de alguien que no sólo ocupe ese lugar sino que mejore las expectativas.
Las declaraciones de Azconzábal dejan lugar a esperar que hayan, al menos, dos o tres incorporaciones. Quizás el número resulte corto si el técnico no va encontrándose con esas gratas sorpresas que pueden llegar de la mano del rendimiento de algún jugador que desconozca o de algún pibe de inferiores que lo deslumbre. Azconzábal evitó referirse a Juárez, a Pablo Calderón y a Palacio, porque, evidentemente, tiene que verlos y conocerlos. En el cambio de "peón que se fue, peón que debe llegar", le estarían faltando algunos más para reemplazar a los que se fueron, con la promesa de tratar de mejorar la jerarquía de un equipo que, en el último año, apenas si exhibe la victoria en el clásico y el paso a la segunda fase de la Sudamericana como los aspectos a rescatar, en medio de una Superliga de discreta para abajo, muy lejana en la intención inicial de mejorar lo hecho y de pelear por un lugar en la Libertadores.
Viene complicado el panorama para que se lleve a cabo el torneo de reserva en este 2020. Los protocolos son costosos y la incertidumbre reinante hace pensar, al menos en este momento, que es muy difícil que haya competencia. Igual, habrá que esperar.