"Fantasmas", volumen de cuentos perteneciente a Analía Giordanino se publicó por primera vez en 2008. Fue a través de la Universidad Nacional del Litoral, tras ganar la escritora santafesina el premio provincial de narrativa "Alcides Greca". Pasó poco más de una década y desde otra editorial, Contramar, convocaron a Analía para revisar esos cuentos, darles un nuevo enfoque y publicarlos nuevamente pero con otra impronta. Algo que finalmente se concretó recientemente, con la inclusión de un relato nuevo que otorga nuevas lecturas a toda la serie.
"El inicio de todo fue el llamado de la editorial Contramar, hacia finales de 2018. Fue la primera vez que me llamó una editorial, las otras veces que publiqué fue porque había concursado", contó la escritora en una entrevista concedida a Multimedios El Litoral. "Desde Contramar pretendían dar densidad a las publicaciones de Santa Fe y yo quiero mucho a esos cuentos, hacía mucho que no los releía. Ese fue el germen de esta nueva edición de los cuentos. El trabajo principal fue sentarse a revisarlos, ya que hacía mucho que nos los transitaba", explicó.
"Tomamos decisiones con los editores, eliminamos algunos relatos que no consideramos dentro del estilo clásico, donde hay una tensión que luego se resuelve. Dejamos aquellos que tenían un cierre más formal en cuanto al tránsito de la tensión y la resolución final. Había algunos que eran aguafuertes a lo Roberto Arlt, sin un cierre de tensión. Esos quedaron afuera y priorizamos los que podían tener una relación con los cuentos de la misma serie", indicó la autora.
Sentarse a releer sus propios escritos fue para Analía una especie de autodescubrimiento. "Fue como un desdoblamiento, verme a mí misma, pero narrativamente. Un yo narrativo que hubo que volver a mirar. Estos textos fueron los primeros que resolví en forma de cuentos. Entonces 12 años después, con otra experiencia, me dio mucho amor ver que yo podía escribir de manera satisfactoria para mi yo actual", sintetizó.
Los cuentos están atravesados por lo fantástico y ambientados en una Santa Fe que se intuye cargada de grises. "Todos los personajes transitan escenarios de Santa Fe. Desde el barrio Centenario hasta el cordón oeste. Eso tiene que ver con los recorridos que yo hacía en ese momento y con los tipos de personajes de la realidad en los cuales reparaba como inspiración para poder arrancar con una historia".
Básicamente, el intento que hizo Analía a través de sus "fantasmas" fue darles cuerpo a una serie de personajes en la Santa Fe de los '90. "Una de las cosas que tenía clara es que quería contar lo gris de la ciudad. Me parecía, en aquel momento, que la ciudad era gris, no solo por los colores, la humedad o por el río, sino por el contexto histórico, que era un poco deprimente. Ese color apagado está en todos los cuentos", remarcó.
En lo formal, los cuentos de Giordanino no incluyen fantasmas en el sentido estricto que se le brinda a ese término en la literatura de terror. "No hay sustos, pero si un transitar irreal, más bien de ensueño. Hay un único cuento que puede encasillarse en el terror, que está basado en un sueño. Después algunos tienen presencias terroríficas que no terminan de resolverse de una manera clara. Es que en el momento en que escribí los cuentos, estaba buscando, inconscientemente, donde ir en cuanto a los géneros", señaló la autora.
Si bien durante la escritura de los cuentos contenidos en "Fantasmas" Analía justo estaba leyendo "A sangre fría" de Truman Capote, lo cual incidió en el devenir de su prosa, a la distancia reconoce múltiples influencias. Lori Moore, Salinger, Carson MacCullers, Flanery O'Connor, Silvina Ocampo y Jorge Luis Borges aparecen en la lista. "La observación de la realidad es algo que ejerzo siempre. Cómo contar la pobreza es algo que siempre me ha preocupado. O ver cómo aparece un crimen, Muchos de los cuentos tienen que ver con eso, con cómo se ve el amor desde el lado de los abusos, cómo se ve el abandono desde el lado de la pobreza. No es algo que a mí me preocupe como propaganda. Aparece porque es el contexto en el que me muevo", sostuvo.
Para describir su ejercicio cotidiano de escribir, Giordanino elige una metáfora que es muy gráfica: "lo que hago equivale a prender una radio en mi oído y esa sintonía es la verdad de mis textos". Que no se traduce únicamente en forma de narraciones, sino también en un universo vinculado con lo poético. "Nunca dejo de escribir poesía. De hecho, a la par de 'Fantasmas', apareció un libro consagrado a ella que se llama 'Estampitas', finalizó.