El director ejecutivo de TikTok, Kevin Mayer, anunció el miércoles que dejaría la empresa, en un contexto de altas tensiones entre Washington y Beijing por la aplicación de propiedad china y las sospechas de espionaje.
El director ejecutivo de TikTok, Kevin Mayer, anunció el miércoles que dejaría la empresa, en un contexto de altas tensiones entre Washington y Beijing por la aplicación de propiedad china y las sospechas de espionaje.
Hace unos días, TikTok presentó también una demanda contra el gobierno de Estados Unidos por la presión que ejerce contra la plataforma.
Mayer advirtió en una carta a los empleados que "el entorno político ha cambiado drásticamente" en las últimas semanas y añadió: "En este contexto, y como esperamos llegar a una resolución muy pronto, quiero hacerles saber con gran pesar que he decidido dejar la empresa".
"Entiendo que la función por la que firmé, incluida la ejecución de TikTok a nivel mundial, será muy diferente como resultado de la acción de la administración estadounidense para impulsar la venta del negocio estadounidense", concluyó.
Por su parte, TikTok comunicó su apoyo al ahora ex directivo: "Reconocemos que la dinámica política de los últimos meses ha cambiado significativamente el margen de actuación de Kevin en el futuro, y respetamos plenamente su decisión".
El conflicto comenzó cuando el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva el 6 de agosto en la que daba un plazo de 45 días a los estadounidenses para dejar de hacer negocios con la empresa matriz de TikTok, la china ByteDance.
El texto también establecía el mismo periodo para que TikTok fuera vendida a una compañía estadounidense.
TikTok, descargada 175 millones de veces en Estados Unidos, aseguró que la orden de Trump fue una aplicación incorrecta de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional porque la plataforma, una red social de videos cortos, no es "una amenaza inusual ni extraordinaria".
El Ministerio de Asunto Exteriores de China se opone a la venta forzada de TikTok, una operación que en su opinión viola los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).