Cambiar sus escenarios habituales, poblados por gente de todas las edades pero sobre todo por niños, para desplegar su retablo y sus marionetas ante la cámara de un teléfono celular y realizar transmisiones en vivos implicó un cambio sustancial para Gustavo "Tuti" Nuñez. "Fue difícil, porque lo mío es distinto incluso a lo que hace un montón de artistas. La mayoría actúa en el escenario. Pero yo bajo y me meto en el medio de la gente. Trabajo así y por eso me costó aggiornarme", admite en diálogo con Multimedios El Litoral.
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Sin embargo, el payaso y titiritero cordobés de origen pero santafesino por adopción aceptó el reto. Y a lo largo de los cinco meses que llevan en pie las restricciones por la pandemia, se mantuvo activo en el contacto con el público a través de distintas acciones desarrolladas en el universo de las redes sociales. "Reconozco que fue raro, más para alguien de 47 años. Siempre digo que no hay edad para la tecnología, pero tuve que aggionarme a todo, desde cómo se usan las redes sociales hasta como se hace un vivo. Nunca en mi vida había hecho un vivo de nada", dice.
Algo llamativo es que, a pesar de que se trata de un artista curtido, "Tuti" se encontró con que los vivos en las redes sociales le provocaron mucha más adrenalina incluso que actuar ante un millar de personas. "He recorrido el mundo y nunca actuar me provocó este nivel de adrenalina, estos nervios. De todos modos es difícil, porque las artes escénicas son para verlas en forma presencial y no por Internet", señala.
Las rutinas artísticas de Tuti se alteraron completamente en los últimos 120 días. En las primeras semanas de la pandemia, cuando la cuarentena era estricta en todo el país y la incertidumbre enorme, comenzó tímidamente a generar contenidos en las redes sociales. "Cómo uno es, en cierta forma, un comunicador, traté de contribuir para que la gente se quede en su casa y tome medidas de precaución. Todo eso a través de mensajes divididos en pequeños videos con los títeres", cuenta.
Luego llegaron llamados desde jardines de infantes, escuelas y hasta de abuelas o tías que querían mandar saludos a los nietos o los sobrinos. "Todo eso lo hice de onda y fueron días en los cuales no tuve ni tiempo para ver un rato Netflix. Entonces tuve que ordenarme un poco, porque no tenía días para dedicarme a armar un muñeco para mí", recuerda. Así, "Tuti" empezó a organizar las presentaciones en vivo a través de las redes sociales en días y momentos predeterminados, anunciados con anticipación.
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En la medida en que el trabajo "virtual" de Tuti fue prendiendo entre los internautas, apareció una idea nueva para sumar a las obras en vivo: la de brindar clases. "Empecé a dar algunas, por pedido de algunas maestras que me empezaron a llamar para que les enseñe a los chicos a hacer títeres. Entonces armé un grupo de Facebook y empecé a sumar a docentes de todo el país y otros países también que tenían ganas de aprender sobre el tema", explica. De modo que martes y jueves quedaron fijos para las clases de Nuñes por Internet. "Eso se hace a la gorra virtual y está buenísimo, porque me despertó las ganas de hacer cosas nuevas", apunta.
En un año normal, "Tuti" se caracteriza por su hiperactividad y por andar todos los días con su nariz roja y sus zapatones en busca de sonrisas. En los últimos meses todo ese impulso se trasladó al living de su casa, desde donde realiza semanalmente funciones de sus diferentes espectáculos.
"El trabajo que hice hasta ahora en las redes incluye obras que tengo, lo que pasó es que fui buscando en bolsas de títeres que hacía veinte años que no abría. Es todo material de muchos años atrás", explica.
Todas esas puestas de diferentes etapas de la vida de "Tuti" debieron adaptarse al nuevo espacio visual en el cual debe trabajar. "Está buenísimo lo horizontal, aunque para hacer un vivo con títeres te conviene el vertical, porque podés jugar a esconder cosas en la medida en que trabajás más cerca de la pantalla. Provocás otra intimidad. Es cómo que empezas a aprender de cine, a jugar con el cine. No uso aplicaciones, sino cosas caseras para generar climas. Hago lo que hacía en el teatro, pero achicado a un metro o un metro y medio", cuenta.
El artista anticipa que cuando pase la pandemia y las cosas se normalicen tratará de continuar con sus propuestas virtuales. "Obvio que voy a disponer un par de días de la semana para eso y el resto para lo mío. Pero lo virtual seguramente lo seguiré explorando porque está buenísimo. Te lleva a lugares en los cuales no podrías estar de otra manera. Es una conexión que está bueno no perder. Pero necesito volver a lo presencial", asegura.
Indica también que estos últimos meses le aportaron muchos aprendizajes. "El primero, escuchar más. Después, a bajar un cambio, a dejar para mañana las cosas menos importantes, a disfrutar del hoy. Volví a jugar con mi hijo de 20 como cuando tenía 5. Y a disfrutar las pequeñas cosas. También a aggiornarme a los nuevos tiempos. En estos meses nunca me deprimí, solo extraño las funciones con los pibes. Pero desde las redes les pude contar que, poniéndote el mantel de la cocina, también podés ser un superhéroe".