La muerte se paga con fuego… dice una vieja ley no escrita y que por estos días se impuso en barrio Santa Lucía.
La precaria finca donde vivían los supuestos sospechosos de un asesinato, sufrió cuatro ataques incendiarios. No hay detenidos.
La muerte se paga con fuego… dice una vieja ley no escrita y que por estos días se impuso en barrio Santa Lucía.
Todo se inició la noche del domingo en la zona de Corrientes y Gaboto, donde un joven de 16 años (identificado como Joel Nicolás Revechi) murió tras ser alcanzado por un disparo de escopeta. En rigor, el disparo fue hecho con una "tumbera".
En el mismo incidente un hermano del nombrado (Fabricio Fabián Revechi, de 18 años) salvó su vida "de milagro". Le tiraron a la cabeza, aunque el proyectil solo le provocó una herida leve en su oreja izquierda.
Como autor de las agresiones quedó sindicado un hombre, vecino del lugar, quien previo al desenlace fatal habría mantenido una fuerte discusión con los mencionados.
Durante esa disputa (cuyo motivos se desconocen) hubo intercambio de insultos, amenazas y hasta golpes de puño.
Poco después de esa pelea una camioneta fue incendiada, la que obró como un macabro presagio.
Es que ya en la noche del martes personal policial debió acudir hasta Moreno y Gaboto por un principio de incendio en un precaria finca (mitad de material y el resto de chapas), la que estaba sin ocupantes.
Distintas fuentes señalan a esa casa como el sitio de residencia del supuesto matador del chico Revechi.
Los policías secuestraron del lugar un artefacto del tipo bomba Molotov, que fue el iniciador del fuego, el que había provocado daños parciales.
Pero las embestidas contra ese inmueble no terminaron allí.
Horas después una mujer que había quedado al cuidado del lugar denunció que, en momentos que ella no estaba, fue advertida por vecinos que unos jóvenes habían ingresado a la fuerza.
Al llegar observó que salían corriendo un tal "Lito" y otro apodado "Picu", junto a otros sujetos, los que habían quemado un ropero con prendas de vestir, mercadería de un almacén, además de provocar daños en otras habitaciones y haber desclavado varias chapas.
La noche del martes la policía volvió a acudir hasta Moreno y Gaboto, por un nuevo incendio en la vivienda por lo que se pidió la intervención de los Bomberos.
Tras una intensa labor los servidores lograron extinguir las llamas, toda vez que dejaron trascender que el siniestro fue de carácter intencional.